13 de febrero de 1801 – 23 de octubre de 1845/ Había nacido en la Ciudad de Salto, Pcia. de Buenos Aires. Era hijo de don Antonio de Olavarría militar español destinado en el Virreinato del Río de la Plata, y de doña Gertrudis Rodríguez Peña, hermana del prócer de Mayo Nicolas Rodríguez Peña, (de importante actuación en los días previos a la revolución de1810 y en el cabildo del 22 de mayo, adema s de ser secretario de Castelli, integrante de la primer expedición al Alto Perú, primer Gobernador Delegado de la provincia Oriental y colaborador de San Martin en la organización del Ejercito de Los Andes) .
A los 11 años ingresó como Cadete del Regimiento de Artilleros de Buenos Aires. Se unió al Ejército de los Andes y con 15 años combatió en Chacabuco… Un día después, cumplía los dieciséis años, estuvo en Cancha Rayada (1818), Maypo (1818) y en Bio-bio en la Segunda Campaña al Sur de Chile. Partiendo al Perú con la Expedición Libertadora en 1820.
El 6 de agosto de 1824 se encuentra en la Pampa de Junín. Está junto a Necochea. Carga con seis escuadrones de granaderos y Húsares de Colombia y del Perú, y al grito de “¡Adentro, Granaderos!” Necochea acomete contra el grueso de las fuerzas realistas. Pero es un esfuerzo inútil: Don Mariano es el primero en caer, con las manos mutiladas y más de 14 heridas, algunas muy graves. Será capturado, al igual que el mayor José Valentín de Olavarría, el cual es herido gravemente en una pierna, ambos serán rescatados de las manos de los españoles, y el triunfo de «Junín» será un lauro más en sus fojas de servicio.
Estará presente también en la última gran batalla de la Independencia Americana: Ayacucho.
Regresado al país, y formando parte del Ejército Republicano será uno de los vencedores de los brasileños en Ituzaingo.
Se unirá a Lavalle en su Revolución. Fracasada ésta, abandona las armas y se dedica al campo, perseguido por Rosas debe exiliarse en Montevideo junto a su familia. Nos dice el historiador Adolfo Saldías en su Historia de la Confederación Argentina: «Se sabía que el coronel Olavarría era el principal apoyo del general Lavalle, así por su bravura legendaria como por el sencillo cariño que le profesaba a éste, a cuyo lado siempre batalló. Reunía en su fisonomía blanda, expresiva y delicadamente contorneada y en su porte elegante y distinguido, las condiciones de un hombre más que hermoso, de un hombre bello de ojos azules, tez bronceada por las campañas que lo habían alejado de Buenos Aires durante catorce años…». el 23 de octubre de 1845 fallece en la capital oriental.
Durante su vida fue muy amigo del Coronel Manuel Isidoro Suarez, el vencedor de «Junín», y ambos, en los finales de sus vidas tuvieron que partir al exilio perseguidos por el rosismo. Y allí murieron, lejos de la Patria por la que habían combatido…
Suarez era dos años mayor que Olavarría. Y falleció un año después, también en Montevideo, en 1846. Caído ya el Restaurador, se decidió repatriar a ambos Héroes, pero aquí sucedió algo que aún hoy no está muy claro. Se tomó la decisión de exhumar ambos cuerpos y colocar las cenizas de aquellos amigos dentro de una misma urna, que es donde actualmente reposan juntos, en el sueño eterno. Dicha urna que contiene los restos de Olavarría y Suarez, descansa en el Mausoleo de la familia Suarez en el Cementerio de la Recoleta.
Elías Almada
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