Malvinas en abril/ Elías Almada

 

Para este mes en cualquier año las actividades en suelo Malvinense o entorno a él comienzan a disminuir por la incidencia climática, los hechos más destacados a lo largo del tiempo son:

27 de abril de 1521  | Muerte de Fernando de Magallanes  el descubridor de Malvinas

La batalla de Mactán tuvo lugar el 27 de abril de 1521 en la isla de Mactán (Filipinas). Unos 1500 guerreros de la isla al mando de Lapu-Lapu, el caudillo de Mactán, vencieron a un grupo de 49 miembros de la expedición española al mando de Fernando de Magallanes, quien murió en combate.

11 de abril de 1713 | Comienza la firma del Tratado de Utrecht.

La Paz de Utrecht aseguró la integridad de las posesiones de España en América del Sur y confirmó su exclusividad de navegación en el Atlántico Sur. Inglaterra aceptó dichas cláusulas como signataria de los acuerdos de Utrecht y de tratados posteriores del siglo XVIII que lo ratificaban.

No obstante, hacia mediados de este siglo, las Islas Malvinas comenzaron a ser objeto del interés de Gran Bretaña y Francia, que aspiraban a contar con un establecimiento estratégicamente ubicado frente al estrecho de Magallanes.

6 de abril de 1844 | Arribo de James Ross a Malvinas

Once años después de la usurpación inglesa a nuestras Islas Malvinas, arribaron los navíos «Erebus» y «Terror», al mando del explorador británico James Ross.

Al desembarcar se encontraron con un panorama desolador:

“La condición del establecimiento en el tiempo de nuestra llegada era cualquier cosa menos floreciente; en realidad, de acuerdo con los informes que oí, más bien estaba retrocediendo. El número de habitantes había disminuido considerablemente y en ese momento llegaba a sólo cuarenta y seis, al margen del teniente gobernador y su séquito de unos veinte y del capitán Allen Gardiner, R.N., su esposa y dos hijos” (Arnoldo Canclini. Malvinas 1833).

Vale aclarar que de esas 46 personas, 14 estaban en relación con naves; y que en la época de Vernet la población estaba estimada en 150 personas permanentes.

La descripción de Ross se completaba con la enumeración de los once edificios del establecimiento:

“La Casa de Gobierno, en muy mal estado; consiste de cinco piezas y dos bohardillas en el techo, teniendo adosadas algunas extensiones útiles para la turba, etc. Las paredes son anchas, pero quebradas y hechas de piedra y barro”.

Abril de 1982  el comienzo de la guerra

Entre la noche del 1 de abril  las primeras  horas del 2 de llevo a cabo la Operación Rosario, la primera acción  llevada adelante por Argentina, a partir de ese momento y durante todo ese mes  se desarrolló el envió de tropas y pertrechos. Si bien  apenas se supo del desembarco Argentino, Gran Bretaña  dio inicio al alistamiento de su flota para ser enviada al atlántico sur, incluso se adelantaron en su arribo los su marinos, la ONU, la OEA, y diferentes naciones  buscaron la forma de acercar las posiciones a los efectos de evitar la guerra pero más allá de la expresiones voluntariosas, los intentos diplomáticos no fueron fructíferos. El apoyo del pueblo argentino a la recuperación de las islas, fue confundido por el Gral. Galtieri como un apoyo y reconocimiento personal por lo que se envalentonó, y esa  acción que estaba pensada como  un acto  de toma de posesión por parte del componente militar y luego  abrir las negociaciones,  manteniendo un grupo limitado de efectivos, paso a ser una movilización  a los efectos de establecer una posición y resistir en caso de que Inglaterra  intentara el retome de las Islas, con las complicaciones lógicas de la falta de previsión, no era nada sencillo  el apoyo logístico que debía tener la misma y como se comprobó luego fue el talón de Aquiles que dejo a los soldados sin alimentos, sin abrigo  y hasta sin el armamento y munición necesaria para el combate. Por el lado inglés, Margaret Tacher vio en la guerra la posibilidad  de remozar su alicaído gobierno,  es decir ambos gobiernos apostaron a la guerra para consolidarse interiormente,  las acciones militares más destacadas se llevaron a cabo en las Islas Georgias del Sur, Argentina en tanto incrementó su presencia militar en la frontera con Chile, especialmente en la región patagónica, previendo una intervención de dicho país, desplegó más efectivos  y a la  fuerza aérea en el litoral marítimo,  inclusive utilizando unidades navales vetustas y patrulleros de Prefectura preparó la vigilancia y defensa de la ciudad de Buenos Aires ante una eventual operación inglesa a través del Río de La Plata.

3 de abril de 1982, Operación Georgias

La recuperación de las Georgias del Sur tuvo lugar el 3 de abril de 1982, cuando fuerzas navales argentinas tomaron el control de la isla Georgia del Sur (renombrada como isla San Pedro) después de rendir a un pequeño grupo de Marines Reales del Reino Unido en Grytviken.

El 23 de marzo, el Comandante del Grupo Naval Antártico, capitán de navío César Trombetta, al mando del ARA Bahía Paraíso que se hallaba en las Orcadas del Sur, recibió órdenes del Estado Mayor General Naval de dirigirse a máxima velocidad a las islas Georgias del Sur, con la misión de evitar el desalojo del grupo de obreros argentinos de Davidoff por parte del HMS Endurance, salido a tal efecto desde las islas Malvinas. Los movimientos británicos se encontraron con una serie de contramedidas argentinas: las corbetas ARA Drummond y ARA Granville fueron desplegadas entre las Malvinas y las Georgias del Sur, quedando en posición de interceptar al HMS Endurance y rescatar cualquier personal argentino que llevara a bordo.

El 24 de marzo el gobierno argentino comunicó a la prensa la presencia de los obreros en las Georgias del Sur, mientras que Astiz recibió la orden de «desembarcar el 25 de marzo a las 00:15 en Puerto Leith a fin de proteger obreros argentinos.»

El ARA Bahía Paraíso arribó a Puerto Leith en la noche del 24 de marzo y desembarcó al grupo de 14 militares comandados por Astiz (Grupo Alfa), con armamento individual perteneciente al buque. El ARA Bahía Paraíso permaneció en la zona y patrulló con sus helicópteros el área durante las horas subsiguientes. Las noticias procedentes del sur dieron cuenta de un inusual movimiento de buques de guerra de la Armada Argentina en el océano Atlántico Sur. Al llegar a Puerto Leith el HMS Endurance encontró anclado al ARA Bahía Paraíso, luego ambos barcos estuvieron persiguiéndose y escondiéndose alrededor de las islas hasta perder contacto entre ellos el 31 de marzo.

El 30 de marzo, cuando se hizo obvio que la toma de Malvinas era inminente, el gobierno británico ordenó que el destructor HMS Antrim, seguido de otros dos buques de superficie y tres submarinos nucleares, se dirigieran a las islas Georgias del Sur para apoyar al HMS Endurance. El resto de las unidades de la marina británica se puso en alerta de cuatro horas.

El 1 de abril el Estado Mayor General Naval recibió la Orden de Operaciones N.º 1/82 «S» para «ocupar Grytviken y mantener Leith a fin de asegurar el dominio de las islas Georgias», para lo que ordenó a la corbeta misilística ARA Guerrico, al mando del capitán de fragata Carlos Alfonso, unirse al ARA Bahía Paraíso, equipado con dos helicópteros de la Agrupación Antártica (1 Puma del Ejército Argentino, 1 Alouette (del Comando de Aviación Naval de la Armada Argentina) y un grupo de 40 infantes de marina al mando del teniente de navío Guillermo Luna que se unieron a las fuerzas de Astiz en Puerto Leith. Hasta esa fecha las Georgias del Sur no habían estado comprendidas en el Teatro de Operaciones Malvinas. El plan británico era que el comandante del British Antarctic Survey, Martin, sería el responsable hasta que las fuerzas argentinas demostraran cualquier intención hostil, si eso ocurría, el teniente Keith Paul Mills tomaría el mando.

El 2 de abril Astiz anunció a los argentinos que se hallaban en Puerto Leith que su país había recuperado las Malvinas. Recibió la orden de ejecutar la Orden de Operaciones N.º 1/82 «S». Después de enterarse de la caída de Puerto Stanley, Mills tomó urgentes medidas: sus hombres fortificaron la playa en Punta Coronel Zelaya, cerca de la entrada de la bahía, con alambre y minas terrestres y prepararon defensas alrededor de los edificios del BAS. El HMS Endurance, que se hallaba algunas millas costa afuera, proporcionaba la comunicación entre el pequeño destacamento británico y Londres. Mills fue autorizado a abrir fuego en defensa propia después de realizar una advertencia. Una declaración posterior del gobierno británico dio instrucciones a los infantes de marina a «no resistir más allá del punto en donde las vidas se pudieran perder inútilmente». Por las inclemencias del clima, la ARA Guerrico recién entró en la bahía Cumberland a las 17:00 del 2 de abril, por lo que los planes de las fuerzas argentinas para ese día en las Georgias del Sur se vieron frustrados y Trombetta los postergó para el 3 de abril. Esos planes consistían en el aterrizaje de las fuerzas especiales de Astiz en Hope Point, cerca de Grytviken, para asegurar el arribo de los equipos de las fuerzas terrestres, transportados por helicóptero. La ARA Guerrico debía proveer fuego naval fuera de la bahía, pero la llegada de la corbeta fue retrasada por una tormenta, luego, un nuevo curso de acción fue decidido para el día siguiente. De acuerdo al nuevo plan, el primer aterrizaje debía ser realizado por el helicóptero Alouette desde la ARA Guerrico, seguido por tres oleadas de infantes de marina en el Puma desde el ARA Bahía Paraíso. Después de enviar un mensaje de radio exigiendo la rendición de los británicos, Trombetta debía ordenar a la ARA Guerrico hacer un avance sobre la caleta Capitán Vago en donde se halla el puerto de Grytviken, justo enfrente a Punta Coronel Zelaya. La corbeta solo estaba autorizada a usar sus armas de fuego a pedido de las fuerzas de tierra. Los hombres de Astiz debían permanecer en la retaguardia a bordo del ARA Bahía Paraíso. Todas las fuerzas implicadas debían evitar las muertes enemigas todo el tiempo posible.  Se cree que Trombetta hizo esas provisiones pensando que se encontraría solamente con el equipo del BAS. Aparentemente, el descuido en ese punto se debió a la ausencia del HMS Endurance, lo que le hizo pensar que se ocuparía solamente de la gente del BAS, Trombetta ordenó a la corbeta ARA Guerrico acercarse a la costa, enviar al helicóptero Alouette en reconocimiento, y transportar al primer grupo de infantes de marina en el otro helicóptero, un Puma. Durante la noche, los dos barcos argentinos establecieron contacto y permanecieron en aguas próximas, estando la corbeta en la bahía Stromness.

El 3 de abril a las 5:00 Luna recibió un mensaje naval comunicando que el HMS Endurance se hallaba en Grytviken con 22 infantes de marina. A la 7:35, con mejores condiciones climáticas, la corbeta arribó a Puerto Leith y trasbordó a los infantes de marina al ARA Bahía Paraíso, mientras que fueron reembarcados los comandos de Astiz, quedando los obreros protegidos en tierra por hombres del ARA Bahía Paraíso a las órdenes del teniente Cortez. A las 11:10 desde el ARA Bahía Paraíso se exigió la rendición de Grytviken con un mensaje en inglés, repetido 3 minutos después. El teniente Mills recibió y luego retransmitió el mensaje al HMS Endurance, con la intención de ganar tiempo. A la vez, invitó al personal del BAS a ponerse a cubierto dentro del local de la iglesia. Los soldados británicos no aceptaron la rendición. Para entonces, el Alouette sobrevolaba Grytviken informando que no se observaba posible resistencia y la ARA Guerrico hacía su primera entrada en la ensenada.  A las 11:25 se ordenó a Grytviken que el personal de la base saliera a un lugar visible, avisando que habría un desembarco de infantería de marina y 10 minutos después desde la corbeta advirtieron la presencia de personal armado. El Puma puso en tierra al primer grupo de 15 infantes de marina argentinos (entre ellos el teniente Luna) con una ametralladora a las 11:41 en King Edward Point, en el lado opuesto de la casa Shackleton, en donde los marines reales estaban atrincherados. Para entonces, en la corbeta sabían que la zona de despliegue de los marines era en la orilla norte de la boca de la ensenada. La segunda oleada de infantes de marina salió desde el ARA Bahía Paraíso a bordo del Puma a las 11:47, formada por el teniente de corbeta Giusti con otros 14 infantes y una ametralladora. El comandante del grupo argentino ya en tierra, teniente Luna, pidió vía la ARA Guerrico –él no tenía comunicación directa con el ARA Bahía Paraíso – que la segunda oleada sea la que debía llegar en tercer término equipada con morteros de 60 mm, pero los infantes de marina ya estaban en vuelo. El aterrizaje tuvo lugar al este de la posición de Luna, bien a la vista del destacamento británico.30​ El helicóptero estuvo al alcance de las armas de Mills y sus hombres en ese momento. La aeronave fue granizada por un intenso fuego de armas automáticas, pero el piloto pudo cruzar la bahía y aterrizó de emergencia el helicóptero en la costa sur de la misma, en la orilla opuesta a Punta Coronel Zelaya. Los conscriptos Mario Almonacid y Jorge Néstor Águila murieron y otros cuatro resultaron heridos, el resto quedó fuera de posición de combate, pero se abrió fuego con la ametralladora sobre el hospital, logrando herir a un marine en un brazo. Al mismo tiempo, las tropas de Luna comenzaron su marcha hacia la casa Shackleton, pero una vez abatido el helicóptero, los británicos dispararon sobre ellos fuego pesado.​ En vista de eso, Luna requirió a la ARA Guerrico fuego de apoyo. La corbeta realizó luego su segundo avance sobre la ensenada y a las 11:55 abrió fuego. Para decepción de su comandante, las armas de 20 mm se atascaron después de su primer tiro, y con las de 40 mm solo pudo disparar seis andanadas. El cañón de 100 mm quedó inutilizado después del primer tiro. Completamente expuesto, el barco no tenía otra opción que la de alejarse y viró dentro de la caleta abriendo fuego con sus armas ubicadas en su otra banda. Los británicos dirigieron sus disparos sobre el barco a las 11:59. La corbeta fue golpeada por el fuego de armas ligeras y por un lanzacohetes antitanques Carl Gustav de 84 mm. El ataque mató al cabo primero de mar Patricio Guanca e hirió a otros cinco marineros, dañando cables de electricidad, un cañón de 40 mm, un lanzador de cohetes Exocet y el montaje del cañón de 100 mm. Cuando la corbeta pasó nuevamente frente a la posición enemiga para alejarse, volvió a recibir intenso fuego.

Mientras tanto, el Alouette había transportado a los otros 10 infantes de marina, fuera del alcance de las armas británicas, pese a que era un helicóptero de reconocimiento y no de transporte de tropas.​ Mientras la averiada ARA Guerrico se dirigía fuera de la bahía, las tropas argentinas reasumían el intercambio de disparos con los marines de Mills. Una vez que se puso fuera del alcance de las armas de los británicos, desde las cercanías de la roca Hobart, la corbeta reanudó el fuego con sus cañones de 40 milímetros, reparados y nuevamente en servicio. Esto convenció a Mills de que todo estaba terminado y ordenó a sus marines cesar el fuego. ​ A las 13:00 Mills se acercó a las posiciones argentinas agitando una capa blanca y se entregó, recibiendo la orden de hacer salir individualmente a sus subordinados. Mills y sus hombres fueron tomados en custodia por el grupo de Astiz, quien se había mantenido en reserva durante la batalla. A las 13:35 se informó que había sido arriada la bandera británica. El HMS Endurance despachó a uno de sus helicópteros Wasp a la bahía Cumberland. El helicóptero aterrizó allí y detectó a la corbeta argentina y al barco de transporte en la ensenada, pero no encontró señales de combate. El HMS Endurance permaneció en las aguas de las Georgias del Sur hasta el 5 de abril.​ Por la tarde fueron apresados 13 civiles del BAS que se hallaban dispersos en las inmediaciones. A las 23 el Grupo Alfa reemplazó al teniente Cortez y sus hombres en la protección de los obreros en Puerto Leith. Las fuerzas argentinas desistieron de atacar la base del BAS en la isla Bird, permaneciendo allí y en la bahía Schlieper, el glaciar Lyell y la bahía Saint Andrews, 15 británicos del BAS que se mantuvieron fuera del control argentino hasta la recuperación británica de las islas. La Armada Argentina dejó un destacamento de 55 infantes de marina en las islas, junto con los 39 obreros desmanteladores de chatarra que permanecieron en Puerto Leith.

El 25 de abril de 1982 Operación Paraquet

El 25 de abril de 1982, el Grupo de Tareas 317.9 liderado por el destructor HMS Antrim conquistó el archipiélago rindiendo a la guarnición argentina, que ocupaba el lugar desde la denominada Operación Georgias el 3 de abril del mismo año.

El nombre paraquet en idioma inglés es una forma alternativa de parakeet (periquito), pero las tropas británicas en el Atlántico Sur frecuentemente denominaban a la operación como Operación Paraquat, en alusión a que podría volverse tan mortal para ellos como el herbicida Paraquat. Desde el principio, fue evidente que el primer objetivo británico habría de ser las islas Georgias del Sur. No sólo porque ya había un buque británico en el área, el HMS Endurance, sino porque los datos de inteligencia notificaban que la presencia argentina en estas islas prácticamente inhabitables era reducida. Ocupar las Georgias del Sur proporcionaría un pequeño punto de apoyo terrestre a la flota británica, pero sobre todo tendría un efecto propagandístico de gran importancia sobre la población argentina, la británica y la opinión pública internacional. Dado lo crítico de esta operación, el almirante Fieldhouse la había organizado en secreto y con una cadena de mando distinta de la que utilizaban las fuerzas que se preparaban para ocupar las Malvinas. La operación fue ordenada por Fieldhouse el 12 de abril de 1982, la misma en un principio involucraba a una fuerza de doscientos cincuenta soldados compuesta por: el escuadrón «D» del Servicio Aéreo Especial basado en la isla Ascensión, ciento cincuenta infantes de marina en el buque petrolero RFA Tidespring (A75), a dos Special Boat Service en la fragata HMS Plymouth (F126) y a seis SBS en el submarino HMS Conqueror (S-48). Quien primero llegó, el día 19, fue el submarino nuclear HMS Conqueror, con una tripulación entrenada para pelear con los cruceros y submarinos rusos, por lo que no era probable que ningún elemento de la flota argentina le ofreciera una resistencia significativa. El submarino realizó un reconocimiento de puntos claves de la costa de las Georgias del Sur. El día 20, un avión de reconocimiento estratégico Handley Page Victor, retornaba a la isla Ascensión después de levantar nuevos mapas del archipiélago —siempre variables debido a los glaciares— y cubrir ciento cincuenta mil millas cuadradas de mar. Con catorce horas y cuarenta y cinco minutos de duración, se trató de la misión de reconocimiento más larga de la historia, que logró buenos mapas, pero no halló a la flota de superficie argentina en el área. Se planeó que fuerzas del SAS y del SBS se infiltrarían en la isla Georgia del Sur mediante helicópteros del RFA Tidespring y del destructor HMS Antrim, pero el plan falló y tuvo que cambiar repentinamente cuando dos de los helicópteros Westland Wessex que transportaban a las tropas del SAS a una localización ambiciosa en la costa oeste se estrellaron en condiciones atmosféricas atroces en el glaciar Fortuna. Mientras las tropas de Capitán de Corbeta Luis Lagos en Grytviken y las del Teniente de Corbeta Alfredo Astiz en Puerto Leith permanecían ajenas a lo que pasaba. Los británicos se concentraron ahora en hallar un punto de inserción adecuado —escuchando esta vez los consejos de los científicos del British Antarctic Survey— y en cazar al ARA Santa Fe. A lo largo del día 21 de abril el resto de la fuerza británica llegó a las proximidades de las islas Georgias del Sur y el día 23, un débil eco en el sonar delató la presencia del submarino argentino ARA Santa Fe (S-21); todas las operaciones se detuvieron de inmediato, el RFA Tidespring fue enviado a aguas más apartadas, otros dos petroleros en aproximación se desviaron y la flotilla británica se desplegó en orden de combate para interceptarlo.

El Capitán de Corbeta Bicain, al mando del ARA Santa Fe, tenía órdenes de en evitar la posible presencia británica para desembarcar unos magros refuerzos en Grytviken. Se le ordenaba evitar a la tercera flota del mundo con un navío que vio un dique seco por última vez en 1960. Estaba tan deteriorado que no podía variar su profundidad; sólo tenía dos posibles posiciones, en superficie o sumergido a cota fija. Y operar los tubos lanzatorpedos implicaba el riesgo de sufrir una explosión. Frente a él, buques y submarinos pensados para luchar en la Tercera Guerra Mundial. Sobre las 11 horas del 25 de abril, un helicóptero Wessex del HMS Antrim detectó otra vez al submarino, y antes de que se escabullera de nuevo, arrojó dos cargas de profundidad tan anticuadas como el submarino al que iban dirigidas (el único armamento que llevaba a bordo). Una de ellas explotó muy cerca e inundó los tanques de flotabilidad del ARA Santa Fe, que se vio obligado a salir a superficie, transformándose en un fácil blanco para toda clase de cañones, misiles y torpedos, Bicain trató desesperadamente de llegar a Grytviken.

El submarino fue subsecuentemente atacado por una fuerza de tareas compuesta por helicópteros Westland Wasp y Westland Lynx. Uno de ellos le lanzó dos misiles AS-12 que impactaron en la torreta, pero como durante la modificación de 1960 se había reconstruido en materiales plásticos, no ofreció suficiente resistencia como para que se activara su espoleta y los misiles pasaron a través. Aún lo atacaron una tercera vez con torpedos dirigidos contra sus hélices, pero en aquella época los torpedos antisubmarinos no explotaban al alcanzar blancos de superficie por razones de seguridad. Desde la vela, un grupo de tripulantes encabezado por el cabo Héctor O. Feldman respondió el ataque disparando con FN FAL y ametralladoras GARANT de la dotación de a bordo, lo que negó a los helicópteros la vertical de buque y sólo les permitió tirar con sus armas livianas ya que los misiles que arrojaron fueron inefectivos. El proyectil AS-12 que atravesó la vela, hirió de gravedad al cabo camarero Alberto Macías que disparaba desde el tren de amunicionamiento, provocándole la pérdida de su pierna derecha.

Para asombro de todos, especialmente de sus ocupantes, el ARA Santa Fe logró llegar trabajosamente a Grytviken y ser evacuado. Quedó varado, (Durante el verano austral 1984/1985, la Dirección de Servicios de la Marina del Ministerio de Defensa del Reino Unido, ordenó el salvamento del ex-ARA Santa Fe (S-21) a fin de retirarlo del fondeadero de la Caleta Vago, con el objeto de liberar el muelle para ser utilizado por buques en servicio. El submarino fue reflotado y subido al varadero para obturar los rumbos del casco. Luego de cuatro meses de trabajo con el apoyo del buque de salvamento RMAS «Gooosander» y del remolcador «Salvageman», el S-21 comenzó a ser remolcado hacia aguas más profundas. Finalmente la veterana nave, se hundió definitivamente en el Atlántico Sur en la posición 54°08.5′″S 36°19.8′″O, el 20 de febrero de 1985, estimándose que se encuentra sobre el lecho marítimo a 196 metros de profundidad). Sus hombres se unieron a las fuerzas de Lagos que durante el ataque al «Santa Fe», había abierto fuego contra los helicópteros enemigos utilizando, incluso, misiles antitanque. Siguió un asalto por un grupo improvisado de fuerzas especiales e infantes de marina con los barcos HMS Antrim y HMS Plymouth realizando intenso bombardeo naval en las colinas bajas enfrente de Grytviken. Mientras, los comandos del SAS y el SBS hallaron puntos de inserción adecuados. En ausencia de patrullas argentinas, caminaron hasta Grytviken y Leith. Al llegar a la primera, se encontraron banderas blancas colgando de los edificios. El capitán de corbeta Luis Lagos, al cargo de las islas Georgias del Sur, había decidido no luchar ante fuerzas superiores. En la mañana del 26, Lagos firmó la rendición en la base del British Antarctic Survey en King Edward Point. El equipo del ARA Santa Fe se entregó junto con Lagos a la Compañía «M», del Batallón de Comandos 42 de los Marines Reales. Alfredo Astiz, responsable de los quince buzos tácticos en Leith, no aceptó al principio la rendición, pero ante lo que se le venía encima, habiendo recibido sobre su posición intenso fuego naval, aceptaría el alto el fuego propuesto por los británicos y por la tarde firmaría también la rendición a bordo del HMS Plymouth.

Elías Almada – DNI 14936811

Correo electrónico: almada-22@hotmail.com