Susto en primera persona: En el río Paraná una yarará se subió a un kayak en plena travesía

Un kayakista de la ciudad de Rosario que remaba tranquilamente por el río Paraná, vivió lo que fue un susto verdaderamente en primera persona, al ser sorprendido por una visita inesperada, frente a las costas del balneario La Florida.

En efecto, una serpiente yarará de gran tamaño apareció entre las turbias aguas del río, y nadando hacia su kayak, sin titubeos se subió a la cubierta de proa de la pequeña embarcación de un solo tripulante, generando un acontecimiento que seguramente quedará grabado para siempre en la memoria del deportista náutico.

En los últimos días la foto que ilustra ese momento único se hizo viral tras haber sido publicada en el Instagram alma.de.rio.kayaks, de una escuela de kayakismo y travesías de la ciudad de Rosario (Santa Fe), ubicando el hecho en diferentes lugares.

Ante la difusión nacional e internacional de este posteo con información falsa o distorsionada, la escuela Alma de Río Kayaks publicó cómo sucedieron los hechos y dónde ocurrió.

Alma de Río indica en su última publicación que “Dada la gran repercusión que tuvieron estas imágenes y debido a la cantidad de falsedades escritas en distintos medios, desde la Escuela de kayak Alma de Río queremos contar como fue exactamente el hecho.

Sucedió en una de las salidas de la escuela, cruzando el río a la altura del balneario La Florida, cuando ven nadando una víbora. Se acerca Alejandro –@alejandro.poncedeleon.798– profe de la escuela, a verla y sacarle una foto. La víbora, que resulta ser una yarará, se le acerca rápidamente y se le sube al kayak, para su sorpresa, despertando en él fascinación y adrenalina al mismo tiempo. Le habla, diciéndole que se quede tranquila y que la iba a llevar a la costa. La yarará se enrosca y muestra su cascabeleo amenazante cuando Ale hace el movimiento de remar, por lo que decide hacer un paleo bajo y lento para que la yarará se tranquilice. Al cabo de un rato la yara comienza a deslizarse por la cubierta hacia Alejandro y para tranquilidad de él decide bajarse del kayak y seguir su destino nadando. Alucinante experiencia”, dice el posteo. Asimismo, la publicación explica que la yarará (Bothrops Alternatus) vive en ambientes terrestres y acuáticos, y en épocas de lluvia y creciente del río es común que sean arrastradas por camalotes y tengan que nadar por el río en busca de tierra firme. “Nadar les consume mucha energía por lo que buscan algún lugar para subirse y poder descansar. No es común que una víbora suba arriba de un kayak, en este caso lo mejor es dejarla descansar y si se acerca a nosotros guiarla al agua con el remo. Es más probable que tengamos un encuentro similar en tierra firme, por lo que es importante reconocer la especie y si es venenosa”. “Y si es una yarará es importante mantener la calma para que no se sienta amenazada, ya que sólo ataca cuando se siente agredida. Quedarnos quietos y alejarnos lentamente es la mejor opción. Nuestras actividades al aire libre pueden ser más o menos dañinas según nuestros valores, responsabilidad, conciencia y respeto. Matar a los seres que no nos gusten o que les tengamos miedo es algo totalmente dañino, perjudicial para el medioambiente y sin sentido. Elijamos no matarlas, informándonos y cuidándonos”, comenta el escrito.

Fuente El Telegrafo