Un equipo de científicos ha identificado lo que podría ser el cráter de impacto más antiguo conocido en la Tierra, ubicado en Pilbara, una región del estado de Australia Occidental.
Según informó ABC News Down Under, el cráter se habría formado hace aproximadamente 3.570 millones de años, durante el Eón Arcaico, un período de la historia terrestre del que se sabe muy poco. Este descubrimiento no solo destaca por su antigüedad, sino también por las implicaciones que podría tener en la comprensión de los orígenes de la vida en nuestro planeta.
Asimismo, Johnson y su equipo han presentado múltiples líneas de evidencia que respaldan su hipótesis, incluyendo formaciones geológicas únicas como los “conos astillados” y los “basaltos almohadillados”. Estas estructuras, según los investigadores, son características de eventos de impacto masivo y podrían ser clave para entender cómo se formó la Tierra primitiva.
Un impacto que dejó huellas profundas en Pilbara
El área de Pilbara, conocida por su vasta extensión de terreno y su importancia geológica, ha sido objeto de estudio durante años. Según detalló ABC News Down Under, Johnson y su equipo deslizaron hace tres años que una región de 250.000 kilómetros cuadrados, conocida como el Cratón de Pilbara, se formó como resultado de un impacto de asteroide. Este evento habría sido tan significativo que podría compararse con el impacto que causó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años.
El cráter, aunque erosionado y transformado por miles de millones de años de actividad geológica, dejó rastros que los científicos han analizado cuidadosamente. Entre ellos destacan los “conos astillados”, formaciones que, según Johnson, solo pueden generarse por el impacto de un meteorito. Estas estructuras tienen una forma cónica que apunta hacia arriba y presentan delicadas marcas similares a plumas, lo que las hace únicas en el registro geológico.
Además, los investigadores encontraron “basaltos almohadillados”, una formación que podría haberse originado cuando la lava fluyó bajo el agua tras el impacto. Estas formaciones no solo corroboran la hipótesis del impacto, sino que también han permitido a los científicos fechar el evento en unos 3.570 millones de años, lo que lo convierte en el cráter de impacto más antiguo conocido hasta la fecha.
El Eón Arcaico y los misterios de la Tierra primitiva
El Eón Arcaico, que abarca desde hace aproximadamente 4.000 millones hasta 2.500 millones de años, es uno de los períodos más enigmáticos de la historia de la Tierra.
Durante este tiempo, el planeta estaba compuesto principalmente de agua, y los impactos de meteoritos y asteroides eran relativamente raros en comparación con épocas posteriores.
Según explicó ABC News Down Under, este largo período de tiempo ha dejado pocos registros geológicos, lo que dificulta la reconstrucción de los eventos que moldearon la Tierra primitiva.
El descubrimiento del cráter en Pilbara podría llenar algunos de los vacíos en la comprensión de este período. Johnson y su equipo han sugerido que impactos como este no solo alteraron la superficie terrestre, sino que también pudieron haber desempeñado un papel crucial en la aparición de la vida.
Según el geólogo, las estructuras de cúpula que se formaron tras el impacto podrían haber creado entornos favorables para el desarrollo de organismos primitivos.
“Creemos que esas cúpulas son posiblemente los lugares donde la vida pudo haber echado un pie en Pilbara y otros lugares”, afirmó Johnson en declaraciones recogidas por ABC News Down Under. Esta hipótesis, aunque aún en desarrollo, plantea la posibilidad de que los impactos de asteroides no solo hayan sido eventos destructivos, sino también catalizadores de la vida en la Tierra.
Evidencias y escepticismo en la comunidad científica
A pesar de las pruebas presentadas por Johnson y su equipo, no todos los científicos están convencidos de que este descubrimiento cambie significativamente nuestra comprensión de la evolución de la Tierra.
Según informó ABC News Down Under, algunos expertos han expresado dudas sobre la interpretación de las formaciones geológicas en Pilbara y su relación con un impacto de asteroide.
Para fortalecer su argumento, los investigadores planean utilizar una variedad de herramientas para analizar los componentes de los “conos astillados” y otras formaciones asociadas al cráter, lo que podría proporcionar datos más precisos sobre la naturaleza del impacto y su impacto en la geología de la región.
Por ahora, el descubrimiento del cráter en Pilbara representa un avance significativo en el estudio de los impactos de asteroides y su influencia en la historia de la Tierra. Si las hipótesis de Johnson y su equipo resultan correctas, este evento podría ser una pieza clave para entender no solo la formación de nuestro planeta, sino también los orígenes de la vida misma. Fuente INFOBAE
