Crece el conocimiento sobre el rol de la microbiota en la salud y en la enfermedad

Cada vez hay más evidencia, y más variada, sobre el rol que cumple la microbiota, tanto para contribuir a preservar nuestra salud como, en contrapartida, intervenir en mecanismos que desarrollan enfermedades. Más aún, si bien la ‘estrella’ sobre la que más se ha venido hablando en los últimos años es la microbiota intestinal, otras áreas de nuestro cuerpo como la piel, la boca y los pulmones también están colonizadas por microorganismos con una función activa.

‘Habitualmente las comunidades de microbios, integradas principalmente por bacterias, hongos, virus y otros microorganismos[1], conviven pacíficamente, contribuyendo a la autorregulación del órgano en que habitan y a fortalecer la función inmunológica. Sin embargo, en determinadas ocasiones pueden producirse alteraciones, disbalances, en ese equilibrio, lo que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades como las cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes, enfermedades inflamatorias del intestino, trastornos cerebrales, enfermedades crónicas del riñón y enfermedades hepáticas, entre otras’.[2]

Sobre este tema se hablará en profundidad durante el VIII Simposio Internacional de Microbiota y Probióticos 2024’ (MicrobiotaBA 2024), que se desarrollará los días 4 y 5 de octubre en Buenos Aires con la participación de más de 700 profesionales de la salud de disciplinas afines a la temática, que -por cierto- cada vez son más.

“Por ejemplo, la piel es el órgano más grande del cuerpo y si su microbiota es muy diversa, contribuye a la prevención de infecciones. Por el contrario, su desequilibrio está asociado al desarrollo de múltiples enfermedades comunes de la piel, como el acné[3]”, expresó el Dr. Christian Boggio Marzet, médico pediatra y gastroenterólogo, director del simposio MicrobiotaBA.

La alteración de la microbiota de la cavidad bucal interviene en el desarrollo de infecciones como la gingivitis o la enfermedad periodontal y puede convertirse en un obstáculo para su tratamiento.[4],[5].

Según los especialistas, una microbiota en equilibrio tanto del tracto respiratorio como del intestino protege contra la neumonía al prevenir la colonización por bacterias patógenas y al modular las respuestas inmunitarias. En esa misma línea, como las vías respiratorias superiores son la principal fuente de microbios para las vías respiratorias inferiores, recientes investigaciones demuestran que la reducción de la diversidad de la microbiota nasal puede aumentar el riesgo de neumonía[6].

Al igual que los tejidos intestinales y orales, los pulmones presentan una comunidad bacteriana compleja. La microbiota pulmonar es relativamente dinámica debido a la inmigración y eliminación de microbios a través de la aspiración, la tos y los estornudos[7]. La microbiota pulmonar es responsable de la defensa inmunitaria ante respuestas inflamatorias no deseadas[8], incluso en modelos de ratones se observó que al reforzarla con comunidades bacterianas mejoraba su respuesta a los alérgenos[9].

“Hoy la comunidad científica acumula investigaciones que sugieren que la microbiota inclusive está activamente involucrada en el desarrollo de enfermedades alérgicas como el asma , dermatitis atopicas y alergias alimentarias, sostuvo el Dr. Jorge Martínez, médico pediatra especialista en Alergia e Inmunología, también Director del Simposio MicrobiotaBA.

Por otro lado, en el marco de la reunión científica, se destacará también la evidencia creciente del rol de la microbiota intestinal en la progresión de un conjunto amplio de enfermedades, entre las que se encuentran las renales crónicas, las hepáticas crónicas, las cardiovasculares y varios trastornos neurológicos, como el ACV, la enfermedad de Alzheimer, de Parkinson, o de salud mental, como la esquizofrenia, entre otros[10].

“La hipótesis cada vez más documentada es que los microorganismos alojados en el intestino participan en la regulación de múltiples funciones, tanto a nivel gastrointestinal como en la función cerebral a través de su efecto en la inmunidad”, señaló el Dr. Boggio Marzet, quien también es Profesor Titular de Pediatría y Gastroenterología de la Universidad del Salvador.

“Cada día vamos comprendiendo más y mejor la amplia gama de funciones fisiológicas que desempeña el intestino humano y las distintas microbiotas que habitan en otras zonas antes impensadas de nuestro organismo”, reflexionó el Dr. Martínez.

“El potencial de prevenir y/o tratar enfermedades mediante acciones sobre la microbiota es un libro en blanco que hoy se nos abre y que nos arroja novedades permanentemente. Una línea de investigación apunta a demostrar la eficacia de transferencia fecal de microbiota en situaciones clínicas específicas, pero no es la única. Confiamos en que en la medida en que conozcamos más sus funciones y sus alcances, nos podremos acercar a soluciones que hasta hace poco eran impensadas”, concluyó el Dr. Boggio Marzet.