El balance presentado desde la municipalidad de Concepción del Uruguay exhibe el resultado económico de la Fiesta de la Playa con un superávit de más de 18 millones de pesos. Sin embargo, señala que el mismo municipio debió aportar 50 millones para llevar adelante la fiesta.
Si bien desde hace muchos años existe una Comisión Organizadora, sigue siendo el propio municipio el responsable del andamiaje necesario para armar la fiesta, es el sostén logístico, y también el principal aportante. En este contexto, resulta un tanto confuso mostrar un resultado económico como positivo, cuando la propia municipalidad tuvo que poner 32 millones de pesos para llegar a cubrir los 121 millones que costó la organización.
Pero como el gobierno decidió destinar 50 millones en ves de esos 32 que faltaban, hay 18 millones de «resultado positivo».
A lo largo de las más de tres décadas que lleva organizándose esta fiesta, la municipalidad siempre terminó haciéndose cargo del déficit económico al final de cada edición, porque es la única y última responsable de su organización. Este año decidieron, además de paliar el faltante, hacer un adelanto a cuenta del año que viene.
La Fiesta Nacional de la Playa de Río es la única fiesta nacional que tiene Concepción del Uruguay, por lo tanto, sostenerla es un deber del Estado municipal que implica costos altos para que el nivel de espectáculos y convocatoria permita su continuidad. Es algo que la mayoría de la comunidad ya sabe.
Es la manera también de sostener uno de los principales atractivos que ofrece la ciudad para sus propios habitantes y también para los visitantes.
Teniendo en claro que la Fiesta de la Playa tiene estas características, y que no es un negocio que busque obtener ganancias, no habría ningua necesidad de forzar un balance para mostrarlo como positivo.
No está mal que no haya dado ganancias. El objetivo de la Fiesta es mucho más grande.
El trabajo de la Comisión Organizadora de la fiesta fue impecable, los números musicales elegidos fueron acertados (siempre será imposible conformar a todos), el compromiso mostrado por todos quienes colaboraron está fuera de discusión, y el resultado final fue positivo.
La innecesaria pregunta que surgió al final es la que se hace mucha gente que revisó el detalle de los números del balance. ¿Realmente se puede considerar un resultado positivo de 18 millones, cuando el propio Municipio desembolsó 50 millones para su organización?
Porque el aporte municipal es aún más grande que los 50 millones en efectivo que se aportaron. A todo eso hay que sumarle la enorme cantidad de personal municipal abocado a las tareas de acondicionamiento que demanda la fiesta en todos sus escenarios. La maquinaria, el combustible, el personal administrativo, y todo aquello que el municipio dispone para que la fiesta se pueda desarrollar tal cual se viene haciendo hace más de 30 años.
Finalmente… ¿Era necesario poner 18 millones adicionales de fondos municipales para que la gente crea que fue aún más exitosa debido a un balance económico?
Porque puestos a analizar en términos de balance, también podría haber dado un superavit de 48 millones si la municipalidad decidía aportar 80 en vez de 50 millones. Y eso la haría aún más exitosa.
O una lectura inversa de los números presentados podría arrojar un resultado negativo con 32 millones de pérdida que tuvo que afrontar el municipio con fondos propios.
La Fiesta Nacional de la Playa de Concepción del Uruguay ya había sido considerada exitosa sin necesidad de esta discutible exhibición de un balance «positivo».
