Cuando el lunes Paysandú registró 24 nuevos contagios de COVID-19, se pensó en la posibilidad que se estuviera en el comienzo de la caída de la curva de aumento de infecciones en curso. Pero la cifra de la víspera echó por tierra –al menos por ahora– esa idea, desde que el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) informó 101 nuevos casos, convirtiéndose así en la mayor cantidad en una sola jornada.
Empero, si bien se ha podido comprobar que es real el número de 101 ayer, la situación es aún más complicada, si se consideran los resultados que llegan tardíamente y ante la gran cantidad que debe administrar el Sinae no han sido aún contabilizados. En la jornada de hoy se informará de otros 58 casos que aún no fueron incluidos entre el sábado 3 y lunes 5. Por lo tanto, con estos datos a los que accedió EL TELEGRAFO, se puede hablar de que entre el sábado 3 y ayer miércoles 7, se registraron 339 nuevos contagios. El sábado 49, el domingo 53, el lunes 54, el martes 24 y ayer 101. Agregando los 58 aún no considerados se llega a esa cifra total de COVID-19, en solamente 5 días.
Actualmente los activos prácticamente llegan al medio millar, con 496 (438 el martes). Los recuperados son 1.565 (1.521), los fallecidos se mantienen en 16 y el total superó las dos mil personas desde el 13 de marzo, sumando 2.077 (1.975 el martes).
Además, siguen siendo miles las personas que deben permanecer en cuarentena por ser contactos de infecciones en curso. Solamente en la jornada se ayer se sumaron (promedialmente) 2.000 personas.
Las autoridades sanitarias no han establecido un número específico de encuarentenados por precaución de haber sido contagiados, en buena medida porque el personal afectado a la tarea de estudiar caso por caso está trabajando al límite de su capacidad. No obstante, análisis independientes sostienen que la cifra es superior a 7.000 personas, las que durante una semana o diez días deben estar en sus hogares, sin posibilidad de realizar ninguna tarea rentada, lo que impacta directamente en la economía no solamente de los afectados, sino de toda la sociedad.
Fuente El Telégrafo