Se cumplen 200 años de una batalla clave por la independencia sudamericana. Al regresar de Europa en 1812, San Martín tenía una idea clara: los pueblos de la América Española serían todos libres o ninguno llegaría a serlo.
José de San Martín concibió su Plan Estratégico Continental: actuar sobre el corazón del poder realista en América del Sur, el Virreinato del Perú, y el camino para ello era por medio de una operación anfibia que partiera de Chile. La magistral campaña de los Andes le dio la independencia a este país y allí pudo organizar el Ejército Libertador para emprender la campaña al Perú. El 8 de septiembre de 1820 el Ejército Libertador comenzó su desembarco en suelo peruano en Paracas. Las fuerzas que podían oponérsele eran las milicias locales bajo las órdenes del comandante general de la costa sur de la Intendencia de Lima, coronel Manuel Químper y consistían en 500 infantes, 100 hombres de caballería y 2 piezas de artillería, las que se replegaron hacia Ica. Las fuerzas patriotas completaron su desembarco el 10 de septiembre y desplegaron instalando su puesto de comando en Pisco.
Para realizar la necesaria expedición al interior, se constituyó una división a órdenes del general Juan Antonio Alvarez de Arenales, que llevaba como jefe de estado mayor al teniente coronel Manuel Rojas.
El virrey Joaquín de la Pezuela propuso iniciar negociaciones y en Miraflores se reunieron los delegados de San Martín con los realistas y se acordó una suspensión de hostilidades hasta el 4 de octubre. Finalizado el armisticio, la división inició su marcha hacia Ica, siendo cubierto su movimiento por el coronel Mariano Necochea con su Regimiento de Cazadores a Caballo. Al aproximarse la división patriota a Ica, el coronel Químper, que contaba entonces con 800 hombres, se replegó hacia Nasca.
El 7 de octubre, un escuadrón de cazadores a caballo bajo el mando del teniente coronel Rufino Guido alcanzó en Palpa a una fracción de la división realista y la atacó decididamente. El enemigo opuso escasa resistencia y se replegó en distintas direcciones, mientras dos compañías de infantería completas se pasaban a los patriotas con sus oficiales y armamento.
El combate de Palpa constituye el primer hecho de armas en la Campaña Libertadora del Perú y, si bien fue un episodio menor en el marco estratégico, en la visión histórica adquiere una gran trascendencia. Es la que tiene la primera victoria en una campaña militar por su efecto sobre la moral de las tropas y, muy especialmente en la población, a la que en esa oportunidad debía ganársela para la causa de la independencia. Además, esta acción es el antecedente de la brillante victoria que ocho días más tarde obtendría el teniente coronel Rojas al derrotar a Químper en el combate de Nazca.
Gral. Juan Antonio Alvarez de Arenales
Nació en España en la localidad denominada Villa de Reinoso, en Castilla, en 1770, aunque algunos autores señalan que podría haber nacido en la ciudad de Salta. Tras concluir sus estudios fue enviado al Alto Perú, donde formó parte de la Revolución de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, primer movimiento contra el dominio español llevado a cabo en el Virreinato del Río de la Plata. Participó en la creación de la primera Junta que buscó emanciparse de las autoridades realistas. Arenales se convirtió en dirigente contra el gobierno colonial y Comandante de las milicias que organizó. Sofocada la insurrección por parte del monárquico Vicente Nieto, sus tropas se dispersaron y fue arrestado. Enviado preso a las casamatas del Callao, huyó en fecha desconocida, llegando en secreto a la ciudad de Salta, donde fue nombrado Regidor del cabildo, allí es nuevamente e arrestado, siendo liberado por Eustoquio Díaz Vélez luego de la victoria de Tucumán y participa de la Batalla de Salta como jefe de estado mayo, sigue con Belgrano hacia el alto Perú, se desempeñó como gobernador de Cochabamba y desarrollo una vasta acción militar contra los realista, luego de la derrota de Rondeau en Sipe Sipe en 1815 permanece resistiendo hasta ser derrotado el mismo en Samaipata para regresar a Salta, tuvo diferencias por la forma de llevar la campaña con Güemes, no compartía la forma de la guerra gaucha, en 1819 se unió al ejercito libertador que comandaba San Martin, realizo la campaña de Las sierras, fue gobernador de las provincias del norte (Trujillo), y luego de la entrevista de Guayaquil volvió a Salta donde fue gobernador, envió tropas a la guerra con el Brasil y finalmente murió el Bolivia en 1931, uno de sus nietos José Félix Evaristo Uriburo seria presidente de la Nación entre el 23 de enero de 1895 y el 12 de octubre de 1898.
Rufino Guido
Nace en Buenos Aires, 1796 y muere en la misma ciudad, 1880. Era hermano menor del después general Tomás Guido. En 1813 ingresó en el Regimiento de Granaderos a Caballo creado por José de San Martín, y participó en el sitio de Montevideo. Al año siguiente estuvo destacado con un batallón de su regimiento que luchó en el Alto Perú, y peleó en el combate del Tejar: fue tomado prisionero, pero pocos días más tarde se libró y capturó a sus propios carceleros. Luchó en la batalla de Sipe Sipe. En 1816 pasó al Ejército de los Andes e hizo la campaña de Chile, luchando en Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú, ara luego marchar al Perú, además de obtener esta primera victoria en Palpa, fue el segundo jefe de las fuerzas patriotas en la batalla de Cerro de Pasco. La Batalla de Pasco tuvo lugar en la primera campaña de Arenales a las sierras durante la guerra de independencia del Perú en la fecha del 6 de diciembre de 1820, enfrentando a las fuerzas independentistas contra los realistas de la fuerza de O’Reilly, enviada desde Lima por el virrey Pezuela para cortar el paso a las tropas de Arenales en su retorno a la costa.
Tuvo un papel importante en la toma de Lima y en la defensa de la misma en 1822. Fue ascendido al grado de coronel y ocupó cargos militares y civiles en la capital; más tarde fue nombrado ayudante personal de San Martín. Lo acompañó en el viaje a Guayaquil, pero no presenció la parte decisiva de la entrevista con Simón Bolívar, que fue a solas. Permaneció por muchos años en Perú, donde continuó su carrera militar y ascendió hasta el grado de general.
Regresando en 1855 a Buenos Aires; por su hermano Tomás se unió al partido federal, abandonando toda actividad pública después de la batalla de Pavón. Fue ascendido al grado de general por el presidente Sarmiento, pero no volvió a tener mando de tropas.
Elia Almada – DNI 14936811