Merced a investigaciones del académico Fernando Assunçao y los musicólogos Lauro Ayestarán y Carlos Vega, entre otros, y de acuerdo a lo publicado en sus estudios por Melina Monzalvo en 2020 se sabe que la chamarrita es un ritmo folklórico de las Islas Azores, portuguesas, existen registros que demuestran su existencia desde fines del siglo XVII. Desde esta época se practicaba como canción y danza por los nativos de esas islas que aún la siguen ejecutando. Evidentemente no se trata de la misma chamarrita practicada en nuestros días en América pero los autores encontraron puntos en común tanto en la coreografía como en los temas poéticos que demuestran que la Americana se deriva de la Azoreña.
Los azorianos poblaron las primeras ciudades coloniales portuguesas en lo que es hoy el sur del Brasil. Primero en la isla de Santa Catalina en el siglo XVII y luego ya en territorio riograndense en Porto Alegre, Santo Amaro, Taquarí y otras localidades más al sur en el siglo XVIII. Se ha conjeturado que la chamarrita podría haber llegado a Entre Ríos durante la guerra del Paraguay, cuando los ejércitos brasileros, argentinos y uruguayos compartieron las campañas y los campamentos pero ello ocurrió en 1864 y para esa época los azorianos practicantes de la chamarrita ya venían mezclándose con charrúas y africanos desde 150 años antes y en la misma zona, obviamente en contacto con la sociedad local. Y teniendo en cuenta la movilidad que había entre portugueses viajando desde la costa atlántica hasta la Colonia del Sacramento, de charrúas entrerrianos comerciando en la costa del Brasil, de Guenoas uruguayos cazando en la Selva del Montiel o de guaraníes correntinos transportando la producción industrial de las misiones al puerto de Buenos Aires por poner solo algunos ejemplos, es lógico pensar que las danzas y ritmos musicales circularan junto a las personas desde fines del siglo XVII y que no haya que esperar a mediados del XIX para que se difundieran por la región.
Por tanto, cualquier pregunta sobre las condiciones en que se originó la chamarrita en nuestra provincia implica conocer cómo era la sociedad entrerriana en el momento en que aparecen estos estilos musicales en los registros históricos
Muchos estudios analizan nuestra historia desde el siglo XIX, basándose en la creencia de que los valores de nuestra nacionalidad se forjaron con la independencia y dejan sin atender las cuestiones precedentes.
Los azorianos fueron evidentemente un factor muy importante en la conformación de la primitiva sociedad colonial en el sur de Brasil y es natural que la chamarrita azoriana forme parte de la tradición musical de la costa del Brasil, pero dado que el territorio de la actual provincia de Entre Ríos no fue colonizado por ellos ¿Cómo llegó hasta aquí? Y sobre todo, ¿Cómo llego a convertirse en símbolo de identidad de la cultura entrerriana y no de Corrientes que geográficamente está mucho más próxima al punto de desembarco de la chamarrita original? En su excelente y pionero trabajo sobre el origen de la chamarrita Fernando Assunçao describe la expansión de los primeros azorianos practicantes de este ritmo desde su introducción en Santa Catalina, hoy Florianópolis en 1675, mostrándonos luego su presencia en la Colonia del Sacramento, en 1715 y posteriormente ya “agauchados” en Yaguarón en la frontera lindante con Uruguay hacia el año 1801. Este autor, no pudiendo explicar su presencia en Entre Ríos y sur de Corrientes dice: “Queda por establecer aún, (como) muchos azorianos, con las dificultades tremendas de los primeros tiempos, en las tierras incultas de Rio Grande, se desplazaron hacia el sur y el oeste, hacia el territorio del Uruguay y de Entre Ríos y el extremo sur de Corrientes”. Por eso el concepto “azoriano” como tipo cultural portador de la chamarrita, es utilizado por este autor como un operador abstracto que se movería a través de un período de 150 años y en un área geográfica inmensa como si permaneciera invariable en el tiempo y el espacio. Describe así a los actores como “azorianos agauchados” en el siglo XIX, el asunto es que los azorianos no actuaban solos ni se mantenían aislados de influencias, sino que estaban inmersos en una sociedad multi-étnica y compleja en el seno de la cual los “bienes culturales” se transforman y cambian incluso de portadores. Po lo tanto no es que se pierda el rastro a mediados del siglo XIX al norte del Uruguay sino que probablemente para esa época ya fuera inútil seguir asociando la chamarrita solo a los azorianos, dado que llevaban ya más de 150 años conviviendo y mezclándose con otros portugueses, charrúas, guaraníes, españoles y africanos.
Gracias a ello hoy sabemos que no se trata de ver como los azorianos fueron “propagando” la chamarrita sino de conocer en qué sociedad interactuaron y como de esa interacción surgió la chamarrita actual en Entre Ríos. La clave es comprender que si bien los azorianos desembarcan la chamarrita a fines del siglo XVII se integran rápidamente a un tipo de sociedad donde fue reelaborada en los siguientes 300 años, por personas de diversos orígenes étnicos que conformaron la sociedad donde se desarrolló. Este punto de vista implica hablar de charrúas, guaraníes, españoles, portugueses y africanos es decir el tipo cultural de la época. Por ello cuando Assunçao nos habla por ejemplo del chamarritero uruguayo Teodoro Bustamante que en la localidad de Aiguá cantaba chamarritas en la segunda mitad del siglo XIX más que en reminiscencias azoreñas debemos pensar en un tipo musical donde se mezclen los componentes culturales antedichos. En resumen debemos tener en cuenta que la chamarrita americana si bien traída por los azoreños no es la misma que la practicada en las Islas Azores dado que al ser la nueva sociedad colonial portuguesa una mezcla de diversas culturas se vio influenciada también por otros ritmos.
Monzalvo hace un pormenorizado análisis de los datos obtenidos sobre: La Chamarrita azoriana, La Chimarrita riograndense y La Simarrita uruguaya, como antecedente de La Chamarrita Entrerriana, y resalta la labor del maestro Linares Cardozo, al rescatarla, valorarla y difundirla, dice en uno de sus párrafos: “Consideramos a la Chamarrita como parte del patrimonio histórico-cultural de la provincia de Entre Ríos porque genera sentimientos de pertenencia e identidad en sus ciudadanos y representa rasgos distintivos de su cultura.
Sin dudas La Chamarrita es un símbolo de identidad cultural entrerriana que debemos proteger, fomentar y difundir.
Maestro Linares Cardozo
Rubén Martínez Solís nació en la ciudad de La Paz, en la provincia de Entre Ríos, ubicada en la confluencia del arroyo Cabayú Cuatiá con el Río Paraná. Era el 29 de octubre de 1920 año del centenario de La Republica de Entre Ríos. Al finalizar los estudios secundarios se trasladó a Paraná, para estudiar en el Instituto del Profesorado Secundario donde se recibió de Profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación.
Fue docente, Investigador, folklorista, poeta, músico y pintor. Desde adolescente se interesó por la música y la cultura de los trabajadores rurales que abundaban en su ciudad natal. Tomó como nombre artístico el de Linares Cardozo, precisamente uno de ellos, capataz del campo de su tío Manuel, a quien Martínez Solís admiraba por sus conocimientos, Después de conocer a Don Atahualpa Yupanqui, y por la influencia de este, buscó conocer, recopilar y difundir la música folklórica de nuestra región, prácticamente no investigada hasta ese momento, en esa tarea recorrió y residió en distintos lugares de la provincia. Se destacó por la preservación del folklore entrerriano, en especial de la chamarrita, estilo musical del que se ha dicho, hubiera desaparecido de no ser por la obra de Linares Cardozo. Compuso innumerables canciones de raíz folklórica como «Canción de cuna costera», «Peoncito de estancia», «Coplas felicianeras», «Como los pájaros», «La biznaguita», «La cambuiré», «Islerito», «Canción de la ocarina dormida», «El alzao», «Cururú tajamarero», «Silbidos de un entrerriano», «Costeando el tajamar», «Chamarrita del Chupín», «Chamarrita de la encierra», «Soy entrerriano», esta última está considerada como el Himno de Entre Ríos, así mismo homenajeo al Supremo Entrerriano con su “Chacarera del Río seco”.
En 1975 Los Hermanos Cuestas lanzaron su álbum “Canto a Entre Ríos – Los Hermanos Cuestas”, interpretan a Linares Cardozo, junto a la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, el Coro de la Asociación Verdiana e invitados especiales. El éxito del disco hizo famoso a Linares Cardozo, tanto en el país como internacionalmente. Escribió un libro de poemas titulado” El caballo pintado y la paloma “(título tomado del arroyo Cabayú Cuatiá que cruza la ciudad de La Paz) y otro de memorias y reflexiones personales, “Júbilo de esperanza”. En pintura se dedicó a registrar la luz, la gente y el paisaje de su región. En el libro Linares Cardozo y yo de Néstor Cuesta pueden verse los dibujos y pinturas de Linares Cardozo. También puede verse una pintura de su autoría en la tapa de su álbum “Canción de cuna costera”. Entre los homenajes recibidos, quizás el más conocido el que le hiciera Horacio Guaraní, al nombra lo en su tema “Por las costas Entrerrianas”
Podríamos decir sin temor a equivocarnos que el Maestro Linares Cardozo, tuvo el talento de contar su entrerriana en versos, ponerle música y cantar sus pensamientos y sentimientos al tiempo que pinto sus notas.
Elías Almada
Correo electrónico: almada-22@hotmil.com




