Al Dr. Hugo Augusto Bacigalupo y familia:

Como amigo de Hugo de lo que me enorgullezco, deseo transmitir la honda pena por su desaparición física con unas breves palabras pretendiendo no recurrir a lugares comunes o frases hechas que en última instancia no revelan su personalidad.
Por lo que estas palabras tienden a resaltar lo que hizo Hugo en esta vida, sus amores y sus pasiones que son los que verdaderamente describen el alma de Hugo, en su larga trayectoria hizo muchas cosas comenzando por orden cronológico por la familia grande Bacigalupo Hegglin, esta ultima formada por inmigrantes que vinieron a construir la argentina proveniente de las regiones de Francia y Suiza, con coraje y sentido del progreso y con el convencimiento y deseo de que sus hijos iban a tener una vida mejor. Era hijo de los típicos inmigrantes que poblaron la argentina a partir de la organización nacional y el llamado generoso que le hizo el preámbulo “para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino para construir la unión nacional afianzar la justicia consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad”.
Sus ideas se sintonizaban con los ideales republicanos y democráticos cuya bandera siempre enarbolo, para ello recogió las enseñanzas de un personaje de suma importancia en la familia Hegglin que fue su tía Ida, notable docente y vinculada al ambiente cultural de los años 40, 50 y 60, la profesora Hegglin era una mujer de exquisita cultura, soltera volcando su cariño maternal y afecto en sus sobrinos que eran sus verdaderos hijos, a quienes les enseño la importancia de la educación y le transmitió los valores para constituirse en personas de bien. El cariño y los afectos de la profesora Hegglin fueron fundamentales en la formación de la personalidad de Hugo y que el mismo reconocía con frecuencia mediante palabras de gratitud hacia su tía y también con actos que mostraban el afecto que sentía. También el Colegio del Uruguay formo parte de sus pasiones en el que cursó estudios secundarios y luego fue profesor en la catedra de educación civica, una de sus mayores satisfacciones lo constituía el reconocimiento de sus alumnos cuando lo saludaban expresamente “adiós profesor Bacigalupo”, fue además consejero fundador de UCU.
Fue un excelente abogado ejerciendo su profesión durante mas de 50 años siendo distinguido con cargos importantes en el Colegio de Abogados de Entre Rios, en el que participo en varias de sus comisiones, siendo además presidente de la seccional Uruguay. Un abogado amante de las formas porque él decía que sin ellas no se podía lograr justicia, responsable, estudioso, mesurado, ordenado, confiable, sus escritos reflejaban sus principales cualidades por lo que era respetado entre los colegas y los miembros de la magistratura.
Le gustaba enormemente la política, en la que se destacó por su participación en el centro reformista de la facultad de derecho de la Plata, donde cursó estudios de derecho. Se adhirió fervientemente al desarrollismo integrando el MIT, siendo un admirador del ex presidente y ex alumno del Colegio Dr. Arturo Frondizi, ideas que mantuvo hasta su deceso.
Admiraba la vida y obra del Gral. Urquiza y por eso fue uno de los impulsores de la creación del Centro Cultural JJ Urquiza, del que fue miembro sobresaliente y consultado permanentemente en sus decisiones.
Unas últimas palabras para su familia chica, la que disfrutó intensamente, en la placidez que le brindaba, su esposa Laura Amatrian que lo acompaño siempre destacando el apoyo que recibió Hugo de su esposa en el ejercicio profesional, ella advirtió la complejidad y dificultades de la abogacía que requerían de su ayuda y colaboración, incluso sacrifico su carrera para acompañarlo vinculada a la historia a la que ama profundamente. Sus hijos Laurita y Andres de los que se sentía orgulloso por sus logros académicos y profesionales y su carácter de buenas personas, sus nietos que le brindaron la alegría y el amor incondicional.
Hugo cumpliste