El estrés y la ansiedad no solo afectan la mente, también pueden provocar insomnio, dolores de cabeza, palpitaciones y problemas digestivos.
Cuando el cuerpo está en constante tensión, aumenta el cortisol, debilitando el sistema inmunológico y elevando la presión arterial.
El estrés prolongado puede agravar enfermedades como gastritis, migrañas, afecciones cutáneas y problemas cardiovasculares.
Para reducir sus efectos, es importante adoptar hábitos saludables como respiración consciente, ejercicio, descanso adecuado y alimentación equilibrada.
Cuidar la salud mental fortalece el bienestar físico y mejora la calidad de vida.
¡Prioriza tu bienestar! Fuente @comunidad_biologica
