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Cada 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una fecha instaurada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el año 2002, con el objetivo de concientizar a la sociedad sobre la problemática del trabajo infantil en el mundo y promover acciones concretas para su erradicación.
Este día invita a reflexionar sobre la realidad de millones de niños, niñas y adolescentes que son obligados a trabajar, muchas veces en condiciones peligrosas, lo que vulnera sus derechos fundamentales, interfiere con su educación y afecta su salud y bienestar.
En América Latina y el Caribe, aunque se han logrado avances, el trabajo infantil sigue siendo una deuda pendiente, especialmente en zonas rurales o contextos de pobreza estructural. En nuestro país, organizaciones civiles y organismos estatales trabajan para prevenir y eliminar esta práctica, reforzando el acceso a la educación, la asistencia social y el acompañamiento familiar.
La conmemoración de este día también busca visibilizar que no todo trabajo adolescente es ilegal, ya que existen marcos legales que permiten a jóvenes mayores de 16 años trabajar, siempre que se respeten sus derechos, horarios adecuados y condiciones dignas. Sin embargo, el trabajo infantil —especialmente en menores de 16 años— es considerado una forma de explotación que debe ser combatida.
Este año, la OIT impulsa el lema: «Cumplamos con nuestros compromisos: erradiquemos el trabajo infantil», recordando que la protección de la infancia no es solo una obligación legal, sino también un compromiso ético y social que nos involucra a todos como comunidad.
