Pautas para prevenir eventos cardíacos en bebés, niños y adolescentes

Si bien es relativamente poco común, los menores no están exentos de sufrir un evento cardíaco. Se trata de situaciones sumamente trágicas, en especial porque en gran parte, son inesperadas y ocurren en niños ‘aparentemente sanos’, en colegios o clubes mientras realizan alguna actividad deportiva.

El Ministerio de Salud de Entre Ríos adhiere a la Semana Mundial de Lucha contra la Muerte Súbita -del 21 al 27 de agosto- y a los criterios de la Ley 27.159 que establece las medidas necesarias para prevenir estos eventos, particularmente con la dotación de equipamiento como desfibriladores en espacios públicos. Además es elemental mantener las recomendaciones de especialistas en el tema, como los controles cardiológicos de rutina en bebés y en niños, a los 6 y a los 12 años, como así también la ubicación boca arriba de los bebés al dormir.

El jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Materno Infantil San Roque y referente provincial del Programa Nacional de Cardiopatía Congénita, Fernando Olmedo, explicó que estos casos se presentan sobre todo en menores de un año como también en niños, niñas y adolescentes a partir de los 12 años.

«En el mundo se observan casos de muerte súbita en 1 a 8 de cada 100.000 pacientes, con cierta incidencia en determinados países asiáticos o en el norte de Italia, por ejemplo; pero en general donde más se estudian las muertes súbitas es en atletas», indicó Olmedo para destacar la importancia de los exámenes de rutina, el electrocardiograma y la consulta sobre antecedentes familiares para poder identificar posibles problemas cardíacos.

Puntualmente, en relación a los casos pediátricos, el especialista indicó que se puede iniciar a los 12-13 años, hasta los 18-20 años, en los que se han hallado malformaciones cardíacas que antes no eran vistas. Por eso, desde la Sociedad Argentina de Pediatría se recomienda realizar un electrocardiograma a los 6 años -al inicio de la actividad escolar-, y otro a los 12 años, ya que estos controles permiten identificar ciertas arritmias.

Finalmente, consultado sobre cómo proceder frente a un episodio, Olmedo remarcó: «Hay que saber hacer RCP, que es algo que puede hacer cualquier persona». Y agregó: «También debemos instar a todas las instituciones públicas y deportivas que trabajen con niños para que por lo menos haya una persona que sepa hacer RCP; y lo ideal sería que cada institución donde se realizan prácticas competitivas, tenga un cardiodesfibrilador». 

En el caso de bebés de menos de un año, estos eventos pueden ser la consecuencia de múltiples causas. De allí que las medidas de prevención son elementales. «Es muy importante recalcar que la posición de los bebés para dormir, siempre debe ser boca arriba», indicó Damián Monzón, pediatra integrante del equipo de la Dirección de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud.

Además, el profesional añadió que es esencial mantener los controles prenatales, ya que existe un marcado descenso de casos en aquellos lactantes cuyas madres han sostenido un adecuado control del embarazo. Del mismo modo la lactancia es otro factor protector frente a la muerte súbita.

Otras recomendaciones indican que se debe mantener cerca al bebé en la misma habitación pero no compartir la cama. «El riesgo al compartir la cama aumenta las probabilidades de muerte súbita», señaló Monzón, al detallar otros factores de riesgo en esta situación de colecho, como cuando los padres son fumadores habituales, consumidores habituales de ciertos medicamentos, alcohol u otras sustancias, como también cuando están en condiciones de extremo cansancio.

Asimismo, accesorios sueltos en la cuna, como mantas, edredones y almohadas también aumentan el riesgo, independientemente de la postura del bebé al dormir, por lo cual deben evitarse.

El arropamiento excesivo y sobrecalentamiento en la cuna, es otro elemento asociado con mayor riesgo, especialmente si la cabeza del bebé queda cubierta, por eso se aconseja una temperatura de 20° a 22° en el ambiente. Hasta el momento, existen evidencias de que el uso de chupete al momento de dormir también es un protector.