Argentina: 50 años sin Perón

El 1 de julio de 1974 moría el Tte. Gral. Juan Domingo Perón, había llegado al poder
como Cnel. Ejerciendo el Ministerio de Guerra y la Secretaria de trabajo y Previsión durante la etapa final del gobierno de facto del Gral. Pedro Pablo Ramírez, siendo miembro del G.O.U (Grupo de Oficiales Unidos), que luego también depondría a Ramírez, reemplazándolo por Edelmiro Farrel, quien a los cargos anteriores le agregaría su designación como Vice Presidente. Perón desarrolló una vasta tarea en favor de la clase trabajadora que hasta ese momento eran poco menos que esclavos asalariados, con algunas ideas propias y otras de raigambre socialista, mejoró notablemente las condiciones laborales y su imagen se afianzó como la de un líder propicio a los cambios necesarios para la hora.

Su accionar provocó la reacción de algunos sectores de la cúpula militar y sus aliados,
que pretendían que la situación política del país siguiera más o menos como antes del golpe del 43, haciendo negocios a costa del estado y con las clases bajas sometidas. Perón fue destituido de sus cargos y encarcelado, sin embargo las dirigencia sindical no estaba dispuesta a perder las conquistas alcanzadas y fue por el rescate del coronel al que ya identificaban como su líder.

Así pasó a la historia el 17 de octubre de 1945, que lo catapultó a la presidencia de la
nación desde la cual puso en marcha un ambicioso plan de desarrollo de la nación, con un
modelo de transformación de la renta agraria en renta industrial, y movilidad social
ascendente para la población. Su proyecto se plasmó en la constitución de 1949, pero sus
políticas en favor de las clases más pobres y en el fortalecimiento del estado provoco la
reacción de los sectores más oligárquicos y el 16 de junio la marina de guerra bombardea la plaza de mayo provocando una masacre, Perón pide no responder a la agresión pero la gente estaba muy enfurecida y el blanco de la respuesta fue la curia. Finalmente en septiembre de ese mismo año se produce un nuevo levantamiento militar y como no estaba dispuesto a producir un derramamiento de sangre mayor renuncia y parte al exilio.

Fueron 18 años lejos de su patria, en los cuales el líder supo tener autocritica, evaluar
su proyecto y prepararse para el regreso que se produce en 1972. Lejos de un espíritu
revanchista, llega dispuesto reconciliarse con sus otroras adversarios y/o enemigos y poner en marcha lo que él llamaba “la reconstrucción nacional”, sin ambición de poder, ante la mala interpretación de sus instrucciones por parte de Alberto, J. Campora, su sucesor, este renuncia y asume su tercer periodo como presidente constitucional, tras imponerse en forma amplia en las elecciones.

Las cuestiones políticas no le serian nada fácil a quien ya estaba muy enfermo, la
organización terrorista Montoneros, que tiempos antes decía que luchaban por su vuelta,
asesinó a líder sindical y amigo personal José Rucci en los días previos a su asunción, ni ellos ni el ERP estaban dispuesto a darle una tregua, solo querían llegar al poder, cuando les sirvió usaron su nombre a favor de sus acciones, pero solo eso. Las acciones violentas siguieron y al terrorismo de izquierda se le suma la respuesta organizada por José López Rega, el terrorismo de derecha, la Triple A, en ese marco se suceden secuestros, asesinatos, robos, etc. Sabiendo que su tiempo terrenal llegaba a su fin, el 1º de mayo de 1974 se dirige al país con motivo del día del trabajar, no solo expulsa a Montoneros del movimiento, demostrando sus conocimiento del mundo que se venía, anticipó 20 años la llegada de Internet al país, y en sus últimas palabras, sabiéndose rodeado de traidores y alcahuetes, designa como su único heredero al pueblo de La Nación.

Antes de morir el 1º de julio, tuvo tiempo de recibir al embajador ingles del momento
que le acercó la propuesta de restitución de las Islas Malvinas, a la que no alcanzó a responder formalmente.
Falleció en día frio de invierno, invierno que se hizo mas frio y sangriento con la llegada
de la Dictadura militar, invierno del que no nos pudieron sacar más de 40 años de democracia. De Perón se ha de seguir hablando a favor y en contra en tanto no aparezca un liderazgo fuerte capaz de aglutinar a las masas detrás de un proyecto de país serio y a la altura del desarrollo de la humanidad, puede decirse que en 1983 en las plataformas de los partidos políticos aparecieron algunas ideas interesantes, pero ninguno las plasmo en un programa consistente, luego hasta esas ideas se diluyeron, solo se ocuparon de destruir lo que pudieron del su legado, y en abandonar el movimiento nacional transformando el Partido Justicialista en una verdadera cooperativa de reparto de cargos públicos para familiares y amigos.

¿Extraña el País a Perón?, En algunos casos puede que sí, pero lo que más siente es la
mediocridad de nuestra clase dirigente.

Elías Almada
Correo electrónico: almada-22@hotmail.com