Aduana descubrió 4.000 joysticks truchos en una carga que declaraba contener mouses de PC

 

La mercadería copiaba un diseño que es marca registrada de una firma líder en el mercado de videojuegos. En ese marco, es considerada de importación prohibida y, por lo tanto, una transgresión al artículo 954 del Código Aduanero. Los productos fueron retenidos en un depósito fiscal porteño y separados para su posterior destrucción. Se estima que podrían haber sido comercializados a un valor de mercado de $140  millones.

Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP detuvieron el ingreso irregular de 4 mil controles de consola de videojuegos. Los productos eran objeto de múltiples infracciones y fueron retenidos en un depósito fiscal porteño.

La importación, que había sido registrada bajo una posición arancelaria correspondiente a mouses de PC, cursó por canal rojo en los sistemas aduaneros, determinando así la necesidad de realizar una verificación física y documental de la carga.

Al inspeccionar la mercadería el personal aduanero constató que, en realidad, consistía en joysticks de videojuegos, una posición arancelaria totalmente diferente a la declarada.

Ese hecho ya suponía una primera irregularidad, teniendo en cuenta que los derechos de importación de los mouses de computadora son del 0%, mientras que los de los controles de videojuegos son del 35%. Sin embargo, una revisión más exhaustiva de los productos advirtió que también eran objeto de fraude marcario. En efecto, la morfología de los productos copiaba un diseño que es marca registrada de una firma líder en el mercado de videojuegos.

Cabe notar, el hecho de que la mercadería no llevara inscripciones de la marca en cuestión indica que se trataba de imitaciones, que infringían los derechos de propiedad intelectual de la empresa en cuestión.

En ese marco, de acuerdo a lo que indica la Ley N° 26.458, la mercadería es considerada de importación prohibida y, por lo tanto, una transgresión al artículo 954 del Código Aduanero.

Por todo ello, la mercadería fue retenida por la Dirección General de Aduanas, y separada para su posterior destrucción. De haber ingresado al territorio, se estima que podría haber sido comercializada a un valor de mercado de, en total, cerca de $140 millones. Así, el procedimiento a cargo del personal de control técnico muestra el compromiso de la Aduana con la legalidad y la transparencia del comercio internacional.