Falleció la mujer que consumió agua contaminada sin respuestas de la Justicia

Este martes murió Graciela Marizza, vecina paranaense que, sin saberlo, consumió durante años agua contaminada con nafta y había iniciado una denuncia penal que quedó congelada en Tribunales.

A raíz del deterioro en su salud, la psicopedagoga que residía en la ciudad de Paraná, había iniciado una denuncia penal que quedó congelada en la Justicia entrerriana. La mujer fue velada este martes en Sasfer, hasta las 15 horas.

La noticia fue confirmada por el abogado que representa a la familia de Marizza, Rubén Pagliotto, quien expresó: «Graciela Marizza falleció este martes a las dos de la madrugada. Tal como lo dijimos en los tantos escritos judiciales, no se pudo ni siquiera mejorar las condiciones de vida de Graciela con lo que se debía pagar de indemnización, lamentablemente» y agregó: «Esto comenzó hace 13 años como una causa penal y continuó como una causa civil y recién estamos en los primeros trámites para apelar la sentencia de primera instancia. La Justicia actuó lenta y, como se dice, ‘Justicia que llega tarde, huye por la ventana’ y así fue».

Por su parte desde la cuenta de Instagram ‘Justicia para Graciela’, sus familiares expresaron: «Hoy ‘la flaqui’ apagó su luz en la tierra y encendió una estrella en el cielo. Esta familia, como todos aquellos que tuvimos la dicha de compartir su vida, estamos de luto». En esta línea agradecieron «a todos los que nos acompañaron, alentaron y colaboraron en esta lucha, que no termina acá. Vamos a pelear hasta el final, tal como lo hizo ella».

En julio de este año, los familiares y allegados de Graciela abrieron un perfil en Instagram para denunciar públicamente la situación que transitó la mujer, quien residía cerca de una estación de servicio. Lo que Marizza desconocía era «la falta de mantenimiento de sus tanques subterráneos, que la estaban envenenando». Lentamente su salud se deterioró y comenzó a presentar algunos síntomas, como híper sensibilidad a algunos productos, irritabilidad en garganta y nariz, así como dolores musculares.

Sus familiares le advirtieron del fuerte olor a químicos en su hogar, por lo que Graciela inició una denuncia: «La Provincia, la Municipalidad de Paraná e incluso la Policía de Entre Ríos fueron a su casa, tomaron muestras y analizaron el agua. Todo concluyó en lo mismo, la presencia de hidrocarburos (nafta) en la red», habían indicado sus allegados en Instagram.

En sus últimos días, los familiares de Marizza realizaron una rifa a beneficio ya que precisaba una internación domiciliaria que se adaptara correctamente a sus necesidades y no se contaban con los fondos suficientes para abonar los gastos que, en ocasiones, la obra social no cubría. Más tarde, gracias al esfuerzo de sus seres queridos, logró trasladarse en agosto a una residencia en la ciudad de Paraná, para estar más cerca de sus afectos. «Regresó a Paraná, ya sin sueños, con la ilusión rota y el corazón roto. Y aquí estamos hoy, con un pronóstico incierto, sin horizonte, sin Justicia», indicaron en otro post.

• Sin respuestas

La causa inició en 2010 en el ámbito penal y, desde 2013, pasó al marco civil, mientras que Graciela se vio afectada cada vez más en su salud. «Hace 13 años el sistema judicial posterga esta causa y ella se va deteriorando cada día más rápido. Por eso, queremos que se sepa, que nos ayuden a difundir y a que los responsables se hagan cargo», habían expresado sus seres queridos. En los posteos sucesivos, donde informaban el estado de Graciela, reiteraban que la Justicia no brindaba respuestas, tampoco los denunciados.

«Se acreditó científicamente la contaminación de la red de agua potable y que la causa de la enfermedad de Graciela es consecuencia directa de su exposición a hidrocarburos que provenían de la estación, cuyos dueños en ese momento era propiedad de Torrealday S.R.L, en calles Galán y Rossi», había relatado Pagliotto a UNO.

Incluso, a raíz de una nota de UNO, un ex empleado de Obras Sanitarias de Paraná que se desempeñó más de 30 años en el organismo brindó su testimonio en esta causa: «Habíamos recibido denuncias por parte de vecinos de la zona y transmití esta urgencia a mi superior. Fuimos hasta el lugar y constaté la presencia de hidrocarburos, incluso yo probé el agua y el sabor a nafta era evidente. Pedí que inhabilitaran la estación de servicio, no me correspondía pero era peligroso» y detalló que el establecimiento había permanecido cerrado por un tiempo, pero había vuelto a funcionar, publicó Diario Uno Entre Ríos.