El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en hombres y la segunda en mujeres en el mundo. En Argentina, se diagnostican más de 12.000 casos por año y, de acuerdo a proyecciones de Globocan, para el año 2030 esta cifra podría aumentar más de un 20%, tomando como referencia los registros de 2020.
El Dr. Carlos Silva, coordinador Médico y del Área Psicosocial de LALCEC, comenta que “el 84% de los pacientes de cáncer de pulmón está asociado al tabaquismo, haciendo que sea la causa principal. Pero no solo el fumador activo sino también el pasivo, es decir el que está en un ambiente lleno de humo producido por la combustión del cigarrillo y del tabaco”.
En sus primeros estadios suele ser asintomático y las manifestaciones clínicas que genera muchas veces son poco específicas, lo que produce que la sintomatología aparezca cuando el cáncer ya está avanzado. Algunos síntomas ante los cuales se recomienda consultar con un médico son tos persistente, tos con sangre o flema de color oxidado, dolor de pecho en crecimiento de intensidad, pérdida de peso o de apetito, falta de aire o dificultad para respirar, silbido de pecho o cambios en la voz.
“Así mismo, pueden alarmarnos otros síntomas que se relacionan con una enfermedad metastásica, como dolores óseos que no terminan y que están siempre en los mismos sitios del esqueleto o bien un cansancio permanente y progresivo y pérdida de peso, que son más generales para la mayoría de los tumores. Es uno de los más difíciles a la hora de detectar tempranamente, pero se pueden realizar diagnósticos con estudios por imágenes, según indicación médica, como una radiografía torácica o tomografía de baja radiación”, completa el Dr. Silva.
Entre los factores de riesgo que podrían provocar este cáncer podemos citar el humo de tabaco, la contaminación del aire, la exposición prolongada a sustancias nocivas, antecedentes familiares o edad avanzada (+65) e, inclusive, la continua aspiración de humo de leña.
“En cuanto a la prevención -explica Silva–, existe una etapa primaria, que se basa en la concientización en el evitar fumar o dejar de hacerlo, si uno ya adquirió la dependencia; no exponerse a la combustión de hidrocarburos en ambientes cerrados, y revertir la contaminación ambiental, una acción más social. Y una prevención secundaria que deriva en el screening, que es la búsqueda de pacientes que puedan tener cáncer de pulmón. Una herramienta útil cuando es dirigida específicamente a las poblaciones de riesgo que son las personas entre 40 y 50 años, con el hábito de fumar o que no hayan pasado 15 años desde el momento que abandono el tabaquismo. En estos casos, se recomienda hacer una detección precoz a través de una tomografía de tórax de baja radiación. El diagnóstico temprano contribuye al éxito del tratamiento. En estadios tempranos, este tipo de cáncer puede ser tratado quirúrgicamente con un éxito de curación en el 20% de los casos, aproximadamente”.
Por el lado de las personas que tienen que transitar el cáncer de pulmón, además de la cirugía (en caso de primeros estadios), las quimioterapias y radioterapias, en la actualidad se presentan novedosos tratamientos, como los tratamientos dirigidos contra blancos moleculares específicos para tratar este tipo de tumores, ya que al haber podido identificar las mutaciones, se puede medicar con fármacos que “trabajen” de forma localizada en ellas. También la inmunoterapia, que logra que muchos pacientes vivan mucho más tiempo y ni siquiera sea el cáncer el motivo de su defunción.
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