Los robos sin dudas generan mucho malestar, no solo a quienes los padecen, sino también a la comunidad que teme poder llegar a ser en algún momento víctima del accionar de quienes los cometen.
Sin dudas estos marginales deben recibir el castigo de la Ley, pero más severa debería ser estas sanciones, cuando se aprovechan de situaciones catastróficas o graves, cono son las crecientes y que muchas veces afectan a vecinos que temen dejar sus casas.
Lo sucedido en el camino a Banco Pelay, es uno de estos casos y afecta a todos los uruguayenses, que con sus impuestos pagan las obras o mejoras.
Vándalos aprovechando la creciente transitaron en embarcaciones por lo que sería el acceso al balneario y robaron gran parte del tendido eléctrico de las luminarias, destrozando en algunos casos las columnas, las que doblaron totalmente para lograr su propósito, causando un gran perjuicio económico al patrimonio de todos los uruguayenses, destrozos que seguramente llevará importante tiempo solucionar.
El municipio radicó la denuncia y desde la Prefectura se implementará recorridas, pero sin dudas esto no será fácil de controlar, dada las condiciones del río, el tiempo reinante y las distancias. Lamentable.