El Lobo con Legui jugando con el corazón

Gimnasia venció 2 a 0 a Unión de Sunchales por la cuarta fecha del Torneo Federal A, Zona 3. Se jugó en el Núñez ante una buena cantidad de público. Leguizamón y Borda los goles del Lobo. Se realizó un sentido homenaje a los veteranos de guerra en el entretiempo del partido.

Un infortunio como lo fue la salida de Nico Torres por una lesión allá por los 20 minutos de juego trastocó todas las ideas del DT Norberto Acosta y liberó el equipo. Lo sufrió Torres lo gozamos todos porque, a partir de ahí, se rompió el esquema conservador, ese que le permitió a Unión ser más peligroso. El Lobo hasta ese momento fue endeble, con poco juego y sin control de la redonda, pero bastó que se desarmen los cinco del fondo para que crezca Morales y Leguizamón comience a crecer, hasta redondear todo en la parte final.

El primer tiempo se fue en acomodos y en el penal malogrado por Flavio Ciampichetti por arriba del travesaño. Lo mejor estaba por venir.

En la parte final, el Lobo despegó su ambición, acorraló al verde y blanco visitante contra su buen arquero, con más ganas, sabedor que el Núñez debe volver a ser la fortaleza que mostraba hace tiempo. Valenzuela, de buen partido, lo tuvo dos veces pero el arquero y un mal cabezazo se lo negaron, todo preanunciando lo que llegaría.

A los 73′ Legui leyó como pocos lo que pedía la jugada. El cabezazo de Ciampichetti lo dejó solo ante el 1 para que saque el manual de definidor nato. Nada de apurarse o patear al cuerpo del arquero; la dejó picar, acomodó el cuerpo al gol para que el remate se clave abajo, al primer palo del uno que quedó mirando el azul del cielo uruguayense. Golazo, por inteligencia y definición.

El segundo fue otra picardía del Negro. Picando solo, dejando que lo empareje el rival, giro, toque a Morales e ir a buscar la devolución exacta del 5 (sigamos a ese pibe, Morales juega bien en serio). Legui llegó al fondo para que el arquero lo vaya a buscar y el centro, medido, exacto, llegue a Borda para el segundo. Se acabó la función.

Fue 2 a 0 con Leguizamón dirigiendo la orquesta y con el fútbol, con el juego, dejando en claro a todos lo de siempre: hay que jugar,  amigos, siempre ir a buscar el arco de enfrente, siempre. Vas a sufrir, seguro que sí, que así será, pero las alegrías serán más frecuentes y duraderas porque el fútbol premia a los valientes, a los que se atreven y castiga a los amarretes.

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