En un control realizado en Gral. Pico, La Pampa, el can Pyta, héroe de la jornada, llevó al hallazgo de MDMA, dos ladrillos de cocaína y un arma de fuego —dos hombres resultaron detenidos. El escáner del Paso Fronterizo Internacional La Quiaca-Villazón advirtió la presencia de cocaína en el equipaje de dos personas que ingresaban a la Argentina: se encontraba en forma líquida, dentro de una botella. La pareja, un hombre y una mujer, tenía antecedentes penales y resultó detenida.
Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP descubrieron, en diversos punto del país, drogas valuadas en más de $10 millones en posesión de ciudadanos de origen extranjero.
Por un lado, en General Pico, La Pampa —en un control de tránsito sobre la Ruta Nacional N°35 realizado con la colaboración de la Policía de la Pampa—, un can de la Aduana, Pyta, se convirtió en héroe de la jornada. Precisamente, cuando los inspectores aduaneros detuvieron la marcha de un Renault Clio ocupado por dos hombres de nacionalidad dominicana, Pyta comenzó a exhibir un comportamiento compatible con la presencia de narcóticos. Los ocupantes del vehículo venían de Buenos Aires y se dirigían al sur del país.
En efecto, al proceder con la correspondiente requisa, el personal de la Aduana halló, entre los paneles internos del rodado, nada menos que 1,4 kilogramos de MDMA, envueltos en dos bolsas de nylon; dos ladrillos de cocaína, que arrojaron un peso de 1,561 kilogramos, y un revólver calibre 32 con cinco proyectiles colocados en el tambor.
El valor estimado de todo ello, que fue secuestrado por la Dirección General de Aduanas, asciende a $9 millones. Ambos hombres quedaron detenidos, a disposición del magistrado interviniente.
Por otro lado, en el Paso Fronterizo Internacional La Quiaca-Villazón, en la frontera con el Estado Plurinacional de Bolivia, dos personas provenientes de Perú —una mujer y un hombre—, se presentaron en el carril de ingreso de transeúntes al territorio nacional.
Luego de realizar los trámites migratorios, sometieron su equipaje al control no intrusivo del escáner y fue allí cuando los inspectores de la Aduana observaron una imagen coincidente con sustancias orgánicas. Así, procedieron al control exhaustivo de los efectos y detectaron la presencia de una botella de plástico de pequeñas dimensiones, sin etiqueta, que contenía un líquido de color blanco y emanaba un fuerte olor.
Los agentes aduaneros consultaron a los ciudadanos peruanos acerca del contenido de la botella y la mujer declaró que se trataba de un producto anti-pulgas, para perros. No obstante, la aplicación de unas gotas del líquido de la botella sobre un pañuelo reactivo hizo que éste tomara una coloración azul —una reacción positiva de cocaína.
Así, la Aduana dio intervención inmediata a la Unidad Fiscal de Jujuy, que instruyó que se procediera con la detención de ambas personas, quienes contaban con antecedentes penales. Asimismo, la Aduana presentó una denuncia por contrabando de estupefacientes y resolvió el secuestro de la mercadería, que consistía en 293 gramos de cocaína. Su valor estimado superaría los $1,3 millones.
