A partir de inteligencia elaborada en relación con el mercado de ajo, la Aduana ha delineado, en forma conjunta con la DGI, un perfil de riesgo: operadores que adquieren la mercadería informalmente en grandes volúmenes y luego no liquidan las divisas de las exportaciones en el país. 97 toneladas de ajo iban dirigidas a Brasil y 24, a Chile —todos los exportadores responden al perfil elaborado por la DGA y la DGI. El organismo está investigando, junto con la embajada de Brasil en manos de Daniel Scioli, a la red que puede haber asistido a un ciudadano brasileño que recientemente ejecutó una maniobra similar —había exportado 156 mil dólares de ajo sin un solo empleado en blanco.
DESTINO, BRASIL: 97 TONELADAS
La Dirección General de Aduanas frenó exportaciones de 97.000 kg de ajo en base a inteligencia que había elaborado con relación a los actores que pretendían colocar la mercadería en la República Federativa de Brasil.
En efecto, al recibir la documentación de las operaciones, cuyo valor combinado ascendía a USD 94.300, el organismo que dirige Guillermo Michel advirtió que los proveedores no tenían capacidades de producción consistentes con los volúmenes de ajo que pretendían exportar.
Atento a la trazabilidad de la mercadería, les requirió que presentaran la debida documentación para justificar su legal tenencia de la misma y dado que no fueron capaces de hacerlo, resolvió la interdicción de la carga que se encontraba en zonas primarias aduaneras —concretamente, en depósitos fiscales en la Provincia de Mendoza y en el Resguardo Paso de la Barca en Misiones.
La Aduana denunció penalmente tanto a los operadores como a los auxiliares de comercio exterior de las maniobras. Asimismo, considera probable que la intención final de las mismas también fuera no liquidar las divisas de las exportaciones.
Las maniobras se ajustan a un perfil de riesgo que la Aduana viene elaborando, en forma conjunta con la DGI, en relación con las exportaciones de ajo. El mismo consiste en operadores que adquieren la mercadería en efectivo, en grandes cantidades, en el mercado informal; la exportan mediante proveedores sin una capacidad acorde a ese volumen y luego, con la mercadería ya colocada en el exterior, evaden la debida liquidación de divisas en la Argentina.
De hecho, en un caso sumamente reciente, la Aduana denunció a un operador brasileño que presentó notas de crédito de dudosa legitimidad para justificar la falta de ingreso de divisas en una exportación de USD 156 mil a su país de origen. No contaba con un solo empleado en relación de dependencia. El organismo está investigando, en conjunto con la Embajada Argentina en Brasil en manos de Daniel Scioli, a la red de personas que, desde ese país, puede haber colaborado con su conciudadano, el ejecutor de la maniobra en nuestro país.
Asimismo, en casos que la Dirección General de Aduanas dio a conocer unos meses atrás, expuso que otros exportadores estaban apelando a la creación de empresas fantasma para colocar ajo en Brasil, contando con que, luego de no liquidar los dólares recibidos, serían inhibidas por la Dirección General de Aduanas.
DESTINO, CHILE: 24 TONELADAS
Al igual que en las fallidas exportaciones a Brasil, la Aduana frenó una operación de 24 mil kg de ajo con el país trasandino como destino, dado que el proveedor no pudo justificar la tenencia de la mercadería. Tampoco acreditaba una capacidad de producción acorde al volumen de la venta, de 2.400 cajas de 10 kg cada una.
El organismo que dirige Guillermo Michel resolvió la interdicción de la carga, que se encontraba arriba de un camión de patente argentina en el depósito General Multimodal, provincia de Mendoza.
