Pidieron prisión efectiva para el joven acusado de graves hechos delictivos

 

En la Sala Penal de Concepción del Uruguay, finalizó este lunes el juicio contra Miguel Alejandro Díaz de 18 años de edad, acusado de graves delitos, como el robo a una vivienda, el haber baleado a su propio padre y de asaltar a una trabajadora de una cooperativa (barrendera). La Fiscalía pidió una pena de cumplimiento efectivo, a lo que se opuso la Defensa. Al hacer uso de la palabra el acusado negó su responsabilidad y dijo que injustamente esta pasando penurias en la cárcel de Paraná, junto a “personas malditas”, y sigue sufriendo en la UP4, donde fue trasladado y convive con gente que no es como él.

Día de alegatos

Tal como lo adelantáramos en 03442, este lunes fue la etapa de alegatos, haciendo uso de la palabra en primer momento la parte acusadora. La fiscal, doctora Gabriela Seró realizó un completo relato de los hechos y de las pruebas presentadas, lo que se extendió por unos 50 minutos.

La representante del Ministerio Público, resaltó la gravedad de los hechos, en los cuales el joven que debía afrontar un juicio abreviado, volvió a delinquir, conducta que se condice con sus actos delictivos antes de llegar a la mayoría de edad.

El imputado entró a la casa de las víctimas en el primer hecho, mientras dormían y junto con otro menor y un joven mayos, se apoderaron de varios elementos, que luego fueron recuperados en tres allanamientos, siendo captados por cámaras de la zona.

En el segundo hecho, atacó a su padre a balazos durante una discusión, generada por la reacción del progenitor de Díaz, quien le recriminó su conducta y no le aceptó que siguiera llevando elementos robados a la casa, comenzando el problema por una moto que llevara el imputado a lo de su abuela.

Díaz disparó al menos 4 veces e hirió a su padre en la pierna izquierda, culminando su ataque cuando intervinieron los hermanos y esto lo hizo retirarse del lugar.

El tercer hecho, señaló la fiscal, fue en perjuicio de una trabajadora de barrido, a quien le intentó robar el celular, hecho al cual la víctima se resistió, por lo que este disparó dos veces al aire para amedrentarla, para luego escapar.

La mujer reconoció a Díaz claramente en rueda de personas y dijo que jamás olvidaría su rostro y el momento que tuvo que vivir, que además la llevó a sentirse insegura y temerosa, lo que la sigue afectando actualmente.

Las violentas conductas del acusado y elección de estas como camino de vida, lo hacen peligroso a criterio de la Fiscalía para estar suelto y tales conductas deben tener una sanción acorde, por lo que la doctora Seró, solicitó mantener la prisión preventiva de Miguel Alejandro Díaz, hasta tanto quede firme la condena si así lo consideraba el Tribunal y una pena de 6 años de prisión de cumplimiento efectivo.

El alegato de la Defensa

A su turno, la doctora Valeria Irel, defensora oficial, intentó desvirtuar lo expuesto por la Fiscalía, señalando que su representado es inocente en los dos primeros hechos, reconociendo que en el primero de ellos solo ayudó a su hermano para ocultar las cosas y además que no atacó a su padre como fuera denunciado y que este cambió su declaración.

La defensora dijo que discutiría la materialidad del tercer hecho investigado, planteado la duda sobre el supuesto uso de un arma, ya que esta no fue habida y solo se cuenta con la palabra de la víctima y que esa noche no hubo testigos que escucharan los disparos, pero si los gritos de auxilio, por lo que se tendría que contemplar el beneficio de la duda y esto lo plantearía como un hecho de robo simple en grado de tentativa.

Por todo esto, y dada la juventud de su cliente, la doctora Irel solicitó la absolución o la aplicación de una pena de cumplimiento condicional.

La palabra del acusado

Durante todos los alegaros, Díaz observaba insistentemente a la fiscal y al juez de manera alternada, negando con su cabeza los hechos y sonriendo, incluso esta conducta se la observó al momento de ser esposado para su traslado.

Más allá de esto, al hacer uso de la palabra, intentó victimizarse, asegurando que no participó del robo a la casa y que su padre se habría auto-baleado intencionalmente, desconociendo los motivos, pero que este es alcohólico y violento, teniendo denuncias de su madre en contra.

También negó el asalto a la barrendera y dijo que se hizo una mala investigación en su contra y esto lo llevó a estar detenido desde hace tanto tiempo, pasando pro la cárcel de Paraná, donde vive momentos aterradores, recibiendo amenazas, robos y cortes con elementos punzantes por parte de los presos, a los que calificó de personas malditas.

También dijo que, tras su traslado a la UP4, si bien está cerca de su familia, se ve rodeado de personas que no son como él, ya que antes de caer preso estaba estudiando e intentando conseguir trabajo.

Díaz, con una voz entrecortada, pidió que se haga justicia y aclaró que cree que así será y agradeció a la defensora por su trabajo.

Finalizada la jornada de alegatos, el doctor Fernando Martínez Uncal, presidente del Tribunal unipersonal, dispuso pasar al 6 de marzo, a las 12:30 horas, para dar lectura a la sentencia.