Jóvenes ciclistas que iban rumbo al Banco Pelay, se encontraron con un espectáculo poco grato a un costado del camino.
Fue sobre la primera curva luego del puente que pasa sobre el arroyo Molino, donde se percibía un fuerte olor que provenía del lado este del camino.
Los ciclistas fueron hasta las malezas y la sorpresa fue total, había restos de vísceras, cueros y tres cabezas de ciervos faenados, evidenciando que por el lugar anduvieron cazadores, llamando la atención que nadie denunciara o se percatara de lo ocurrido.
