Cada 28 de mayo se celebra el Día de los jardines de infantes y de la maestra jardinera en memoria de Rosario Vera Peñaloza, quien falleciera un 28 de mayo de 1950. La educadora y pedagoga nacida en La Rioja fundó el primer jardín de infantes argentino.
La Declaración Universal de los Derechos del niño dice que:
* “El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales”
* “El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho”
Hablar de educación inicial es hacer referencia al primer nivel que forma parte del Sistema Educativo Argentino, y que según la Ley Federal de Educación se ocupa de la educación escolar del niño desde los 45 días hasta su ingreso a la Enseñanza General Básica. Comprende Maternal (para los niños de 45 días a 2 años) y el Jardín de Infantes (de 3 a 5 años) siendo obligatorio el de 5 años.
Se lo define como un espacio institucionalizado de enseñanza y de aprendizaje donde la socialización y juego se conjugan con la apropiación de contenidos educativos por parte del niño.
El Nivel Inicial promueve una relación estrecha entre el grupo familiar en primer lugar, y a la comunidad en general, como participantes activos del proceso de educación del niño.
El aprendizaje en el Nivel Inicial
El jardín de infantes hoy resulta un espacio que provoca la apropiación del conocimiento, desde las propuestas de enseñanza lúdica y no lúdica que organiza la docente.
Es importante aclarar que no por ello el Jardín de Infantes deja de lado sus ámbitos fundacionales que son la socialización, el juego y los hábitos, sino que adquieren una reasignación del sentido desde una concepción, en la que confluye la contención afectiva, con el planteo del tratamiento del contenido escolar, considerando las posibilidades cognitivo-afectivas-sociales y corporales de los niños.
Esta reasignación de sentido de los ámbitos clásicos, determina la expansión del Jardín de Infantes desde una mirada disciplinar-didáctica del aprendizaje, abriendo fronteras poco transitadas. Estar construyendo conciencias acerca de la legitimidad del conocimiento en el Nivel Inicial, significa que progresivamente se materializa la democratización del conocimiento, desde el lugar de la escuela, en particular desde la identidad de Nivel.
Todo lo expuesto, responde a un interrogante planteado a partir de la reforma educativa. ¿Cómo se materializa el derecho a la educación en tanto es uno de los derechos de la infancia?
El Nivel Inicial, entonces, materializa el inicio al derecho social, a la educación y al carácter público del conocimiento: es en el jardín donde el conocimiento, desde la acción de la docente, se convierte en un patrimonio colectivo, para que todos accedan a éste. El jardín brinda al niño, las herramientas que promueven la apropiación del conocimiento, que no las encuentra de manera sistemática y elaboradas adecuadamente en otros espacios. Es allí donde se amplía el horizonte de todos los sectores sociales y culturales; y favorece un tratamiento placentero de saberes con mayor grado de elaboración. Al mismo tiempo complementa su acción trabajando el esfuerzo, el compromiso y la asunción de determinadas responsabilidades por parte de los niños. Cuando se habla de educación inicial se debe considerar también a las familias en primer lugar, y a la comunidad en general, como participantes activos del proceso de educación del niño. La función de la escuela no es la de sustituir a la familia, sino la de integrar y profundizar su acción, prosiguiendo y extendiendo con nuevas y mayores experiencias de vida y de socialización, en unidad de esfuerzos y de dirección.
Socialización y desarrollo del lenguaje
La entrada al jardín es fundamental para socializar, y socializar es clave para el desarrollo integral. En el jardín se dan dos procesos fundamentales: la socialización y el desarrollo del lenguaje. El primero es esencial para el crecimiento del pequeño, porque le enseña la espera del turno, la tolerancia a la frustración y los buenos modales, procesos que, en su mayoría, no se dan cuando los niños no comparten con otros. Los pequeños se integran, se relacionan y aceptan, con mayor conciencia, que son diferentes a otros. Además, el hecho de tener que compartir juguetes, tener una rutina para el descanso, el juego y la alimentación, los hace enriquecer su proceso de socialización.
En cuanto al desarrollo del lenguaje, lo más probable es que la mamá le entienda todo a su hijo, así hable a media lengua. En cambio, los otros niños no. Al relacionarse con pares, el niño tendrá que esforzarse para hacerse entender.
Otros beneficios de la socialización son:
– Aprender a solucionar conflictos. Es probable que en su casa no tenga con quién pelear por un juguete, con quién compartir a la mamá, pero en el jardín sí lo tendrá. Le quitarán el juguete, él hará lo mismo con otro niño, tendrá que compartir a la profesora. Estos primeros problemas son fundamentales para aprender a hacerles frente y a saber qué hacer.
– Jugar con otros. El juego tiene una evolución, desde el solitario hasta la diversión con normas claras, ganadores y perdedores. Para que este proceso se dé naturalmente en el niño, es clave jugar con otros, porque aprenderá a compartir, a cumplir las normas del juego, a entender qué hacen otros y qué puede hacer él. No es lo mismo jugar con un adulto que con pequeños de su edad.
– Se moverá más. Lo que hagan los demás niños puede ser un estímulo. Tal vez el niño querrá correr como el compañero, o subir las escaleras como el amigo, permitiendo un mejor desarrollo de la motricidad y las habilidades físicas.
Por todo lo aquí expuesto y mucho más, es muy importante que los niños accedan a la educación desde sus primeros años y puedan comenzar a explorar el mundo que los rodea, ampliando sus horizontes y preparándolos para los años siguientes, tanto en lo relativo a la adquisición de conocimientos como a los procesos de socialización. Aprovechamos este espacio para saludar a las maestras jardineras y a los Jardines de Infantes en su día, y resaltar el valiosísimo aporte que hacen a la comunidad.
Escrito y confeccionado por el Psicólogo Gastón Fernández Montani y revisado por Equipo de Profesionales de la LINEA 102 “Teléfono del Niño”, del Centro de Fortalecimiento Social de la Municipalidad de Concordia. FUENTE EL HERALDO
