Los cánceres de la sangre son lo que ahora se llaman más comúnmente ‘enfermedades oncohematológicas’. Entre las más frecuentes, se encuentran las leucemias, que afectan a 3000 argentinos por año. La leucemia mieloide aguda es la más común (36% de los casos), la linfocítica crónica representa el 30% de los casos. La mieloide crónica, un 11,5% y la linfoblástica aguda es la más frecuente en menores de 8 años (11% del total).
El Día Mundial del Cáncer de la Sangre, por lo tanto, lleva concientizar a la comunidad de pacientes el diagnóstico a tiempo y la indicación del tratamiento más indicado para el tipo de paciente.
Las leucemias están entre las enfermedades oncohematológicas más frecuentes, aunque son de difícil sospecha porque sus síntomas tienden a ser algo inespecíficos: decaimiento, fatiga constante y fiebre, entre otros. Existen distintos tipos de leucemia, según la clase de glóbulo blanco que se multiplica en forma descontrolada y según la forma de evolución de la enfermedad.
Las leucemias agudas son aquellas de avance rápido, que requieren ser diagnosticadas y comenzadas a tratar cuanto antes. La mieloide aguda, por ejemplo, que es la más frecuente de todas las leucemias, se trata con esquemas intensivos de quimioterapia, con internaciones prolongadas y la posibilidad de trasplante de médula ósea en un grupo de pacientes con características determinadas. Para quienes tengan contraindicada la quimioterapia o presenten algunas alteraciones genéticas específicas, empieza a haber otras opciones terapéuticas, que el profesional de la salud evaluará.
