Con importante convocatoria en Entre Ríos y todo el país contra la intransigencia del gobierno mientras crece al hambre, se desarrolló la nueva movilización piquetera contra el ajuste. Nuevamente se vivieron momentos de complicación para quienes debían ir o venir a sus trabajos en distintas localidades, sobre todo en Buenos Aires.
Las organizaciones de la Unidad Piquetera se movilizaron en Paraná, Concepción del Uruguay, La Paz y todas las provincias del país con epicentro en Plaza de Mayo frente a la negativa del gobierno a brindar asistencia económica del Estado a las y los desocupados, en un cuadro de falta de trabajo para millones de personas y de agravamiento de la pobreza y el hambre.
Esta acción implicó la continuidad del plan de lucha resuelto por el Plenario Piquetero Nacional, el 11 y 12 de marzo, cuya última medida consistió en un acame nacional de 48 horas, con epicentro en Desarrollo Social de Nación, que puso de manifiesto la realidad de miles de familias obreras, de los barrios más carenciados del país.
Tras el acampe piquetero, las organizaciones de la Unidad Piquetera mantuvieron dos reuniones con la cartera de Desarrollo Social, a cargo del ministro Juan Zabaleta, las cuales no llegaron a buen puerto, debido a que no pasaron de nuevos compromisos -muchos de los cuales luego se incumplen- en las cantidades y calidad de la asistencia alimentaria a los comedores y en la oferta de herramientas para supuestos proyectos productivos, algo inviable para las familias obreras.
“El gobierno nacional elude dar respuesta a las necesidades urgentes de la población trabajadora debido a que intenta profundizar el camino del ajuste fiscal, emprendido de la mano del pacto con el FMI. El dinero que no se destina a la creación de un seguro universal al desocupado se fuga del país vía el pago de la usurera e ilegítima deuda externa, mientras la población trabajadora se sumerge en la pobreza”, sostienen.
Por otra parte reclamaron que “Esto se agrava aún más ante un Consejo del Salario que resolvió un aumento escalonado del 45% en el salario mínimo y los programas sociales, los cuales ascienden a escasos $16.500 en la actualidad, cuando se espera que los datos de la inflación de marzo vuelvan a batir récords, deteriorando aún más los ingresos de los trabajadores.”
Mientras numerosos sectores consideran que es imposible seguir sosteniendo el aumento de nuevos planes sociales a base de impuestos que ya se tornan impagables, desde la Unidad Piquetera señalan que darán continuidad al plan de lucha resuelto, con medidas progresivas, hasta quebrar esta orientación antiobrera y antipopular del gobierno nacional, el FMI y la oposición patronal.