Citricultura: Manifestación de citricultores contra la Industria del Juicio y una Ley Laboral acorde a la actividad

Productores del norte entrerriano se manifestaron en las calles de la ciudad de Chajarí contra la Industria del Juicio y una Ley Laboral acorde a la actividad.

Propietarios de quintas se manifestaron en las calles de la norteña ciudad pidiendo que se pare con la industria del juicio y se aplique una Ley Laboral acorde a la actividad. La zafra arranca en mayo y termina en diciembre. Los productores están cansados de una serie de demandas por parte de algunos zafreros que trabajan en la quinta en la recolección de la fruta. En el norte de la provincia se encuentran unos 1400 quinteros y unas 400 plantas de empaque que año a año generan miles de puestos de trabajo durante la cosecha y el empaque.

Elvio Calgaro, productor que integra las filas de Federación Agraria señaló que los “los quinteros llegamos a una situación límite, la cual pone en riesgo nuestra actividad”. Contó que “productores del norte de la provincia que se dedican a la citricultura pusieron en marcha sus tractores y camionetas para expresarse pacíficamente en la ciudad de Chajarí para que sus reclamos sean escuchados y que las autoridades tomen carta en el asunto, como así también en el Colegio de Abogados para frenar demandas laborales de personas que trabajan un corto tiempo, y luego, por diferentes razones, dejan la zafra, se van a otra quitan o directamente no trabajan más y entablan un juicio contra el quintero que le dio trabajo en una actividad en la que la recolección se hace normal y en donde un trabajador conocer del rubro, en una buena jornada de trabajo puede levantar entre 4000 y 5000 pesos. Lamentablemente -destaca- algunos están unos días establecen una demanda y si había que abonarle -a modo de ejemplo- 40000 pesos se termina arreglando por 100000 pesos o más, además de los honorarios del profesional que lo patrocina. Ni hablar si ha trabajado un tiempo prudencial, y si bien normalmente los productores arreglan antes de llegar a un juicio es plata tirada a la calle por una demanda falsa”. Calgaro dijo que el reclamo apunta a que se termine con esta situación y que si bien el convenio colectivo de trabajo -a su entender-, está “bien en un principio, la regulación del mismo no funciona”.

En poco tiempo, comenta, las quintas “van a entrar en el tiempo de la zafra que, con las distintas variedades de naranja, mandarina y demás se estira hasta el mes de diciembre con una recolección que se hace a mano llegando cuadrillas desde Concordia, Feliciano, Corrientes y otros lugares a efectuar una tarea que es manual y para la cual se requieren ciertos conocimientos de cómo trabajar la fruta cuando está lista. El tiempo de cosecha no es extenso, razón por la cual hay que sacarla del árbol antes de que caiga y pudra. Eso lo saben bien todos los trabajadores, pero algunos sacan provecho de la industria del juicio patrocinados por abogados sin escrúpulos que están terminando con las quintas, porque el productor tiene un límite y el mismo ya llegó a lo más alto. Lo demuestra la movilización de Chajarí con gente muy enojada, molesta, debido a que no puede trabajar con tranquilidad”. Por otro lado, están “los sindicatos que generan más problemas que soluciones, y si continúan en esta senda lo único que van a lograr es que se termine la actividad en las quintas”.  Y si bien “la gente para trabajar está, también nos encontramos que muchos que antes laburaban y se ganaban su plata con dignidad hoy son beneficiarios de planes sociales y prefieren quedarse en su casa, antes de salir a ganar el pan de cada día con su esfuerzo”.

El quintero sostuvo que “necesitamos urgente, ya una Ley Laboral acorde a lo que es la citricultura en la recolección”. Destacó que en el “empaque la historia es un poco diferente y no se generan demasiados problemas”.

Volviendo a la Ley Laboral recordó que el “sector le ha pedido que tomen cartas en el asunto a funcionarios, legisladores oficialistas y opositores, pero todo ha caído en saco roto”.

Señaló que el productor paga dos sueldos. “Uno es para el trabajador, y el otro para el estado con cargas sociales gigantescas que también se tienen que rever”.