Alrededor de unoas 400 personas acompañaron el acto de reclamo a tres meses de la muerte de la médica Analia Fernandez en Plaza Urquiza de la ciudad de Villa Elisa. Fue en horas de la novhe de este viernes 11 de marzo de 2022, en lo que consideraron una autentica asamblea popular.
En esta oportunidad, Clarisa Marano enrostro a los fiscales su pésimo desempeño y complicidad con la corrupción. Dejo a salvo, a la doctora Micaela Di Pretoro, los otros , incluido el muy conocido Alejandro Perroud , fueron duramente cuestionados en un escrito que leyó por varios minutos. Ella hizo foco en que la investigación es solo parcial, abarca un espacio de tiempo muy escaso, cuando el hecho denunciado data de al menos 10 años.
Desde la opinion publica, se deduce, que la causa del Hospital, la corrupción que denuncio la extinta Doctora Fernández, fue uno de los sucesos que motivaron su drástica determinación hace tres meses.
Ella es la querellante, y su embestida publica a través de este acto, tiene como objetivo hacer conocer la pasividad y/o complicidad con que procede la justicia. Muy valiente en sus convicciones, más aun, imputando a una franja de la justicia, donde a ella le toca caminar sus pasillos y cruzarse con los cuestionados hombres de la ley.
La Medica y colega de Analia, Eugenia Palma, con voz pàusada, en una locucion improvisada, abarco con sus palabras todo el acontecimiento. Destaco al nuevo Director del Hospital como una persona activa y de alcanzar logros importantes como las guardias pasivas y otras no menos importantes, para el unico centro de salud en 2022 de Villa Elisa. Insto a la gente a apoyarlo, mas alla de los que pueden ir a Puigary u otros centros de alta complejidad; porque para la urgencia, solo esta el Hospital.Hablo de Analia Fernandez y sus condiciones particulares, subrayando su sentido de humanidad.
Miki Roude, realizo un reclamo similar, dando detalles de varias situaciones irregulares ocurridas a través del tiempo. Puso el acento en el Asilo de ancianos, y la preocupación que demostró Analia Fernández por sus condiciones, que no se correspondía con el accionar de los que debían estar involucrados.
También, con un mensaje similar se manifestó Sandra Giovenale, otra de las denunciantes , de este suceso que conmociono el año anterior, cuando fue la propia Doctora Fernández quien lo expresara públicamente.
Hablaron como participantes, una señora que no es de Villa Elisa, paciente de Analia Fernández, y Roberto Rodríguez, expresando su pesar y los dones profesionales y humanitarios de la Medica.
Es indudable que hay muchas cosas que solo se conocen en los pasillos del Hospital. La necesidad de una convocatoria pública en la plaza principal de la ciudad, es una señal de impotencia.
La institución es provincial, y los actores de ese nivel no se comprometen demasiado según las organizadoras de esta cruzada anticorrupción. La ausencia de voces opuestas y/o presuntamente implicadas, el silencio sugestivo de otros caminantes del hospital, hace que quienes escuchamos las acusaciones que pudieron ser la causa que llevaron a la muerte de una médica, solo nos queda esperar un libro, de alguna escritora renombrada, que contenga las claves desconocidas y los nombres en código de los malhechores.
Las organizadoras se preguntan si seguiran organizando encuentros, ante la endeble y tibia respuesta de la sociedad. No hay dudas que la plaza y la convocatoria a asamblea, es la mejor forma de reclamar con respeto y sin violencia por las causas justas. Hoy, los que no fueron ayer, estan leyendo, oyendo o viendo lo que ocurriò, aunque no quieran mostrarse.
Estas pocas mujeres hurgan por reivindicar la memoria de sus mensajes de puño y letra, donde instaba a no caer ante la impunidad, hermana de la corrupción que acecha cada cosa que pasa en el país.
Esto no es ajeno a lo demás. Las causas se adormecen para que el tiempo las extinga. La presencia de menos del 5 % de la población en un acto de reclamo, se hace amigo del silencio, lo contrario a lo que insistió Miki Roude. Olvidarnos de reclamar por causas justas, es habilitar el camino de seguir escondiendo la basura bajo la alfombra.
Rafael Pirolla.
Fuente Villa Elisa Al Día