Días pasados, convocados por la Comisión de Contratistas de la Filial Gualeguaychú de Federación Agraria, mantuvieron una reunión en la cual analizaron el presente y futuro de su trabajo. La inflación galopante, la suba de insumos, falta de algunos de ellos, aumento y faltante de gasoil y cómo confeccionar una nueva tarifa para elevarla a los dadores de servicios.
Los tiempos, desde hace una buena parte a nuestros días, en materia de producción agropecuaria han cambiado. La cantidad de hectáreas que se han destinado a la agricultura subió y la demanda de maquinarias e implementos agrícolas también. Muchos productores que tienen pequeñas extensiones de superficie, además de trabajar su tierra, apostaron a los fierros y a trabajar como contratistas rurales, aunque también están los que no tienen campo, salvo un galpón donde guarda la maquinaria.
Es mucha la gente que trabaja como contratista y a la que en el contexto que nos toca atravesar donde reina la incertidumbre y las reglas de juego son anárquicas, resulta más que difícil confeccionar un presupuesto que a los dos días quedó atrasado en relación a los precios.
Es así que luego de un largo debate y de común acuerdo entre el numeroso grupo de contratistas presentes se elaboró una tarifa de referencia.
Fredy Simone, presidente de Cámara Bonaerense de Contratistas Rurales y vicepresidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (FACMA), presente en la reunión, señaló que “la situación en mi provincia es difícil, mientras que en Entre Ríos es mucho peor que en Buenos Aires por la variedad de cultivos, los rindes que se obtiene, además de que vienen con bajas tarifas que desde hace un tiempo. Si a esto le sumamos la inflación, queda claro que le cuesta llegar a lo que tendría que ser. Pasando en limpio, una tarifa justa, porque literalmente están corriendo detrás de la inflación”.
Consultado sobre cómo hacen para elaborar un presupuesto indicó que “las tarifas deberían actualizarse mes a mes por la ya mencionada inflación, que no pase un presupuesto con mucha anterioridad dado que va a quedar totalmente desactualizado y poniendo plata de su bolsillo. Una vez que se dio un precio cuesta renegociar con el dador de trabajo porque ya se entregó un presupuesto”. Sostuvo que los “contratistas somos personas de palabra y no de papeles”.
A su vez dijo, que “como contratistas es muy difícil que podamos adquirir una maquinaría agrícola de punta. Es algo imposible, algo a lo que estamos muy lejanos no nos dan los créditos”. Acotó que muchos de los que están en el rubro “al no tener campos, inmuebles, las carpetas, en los bancos, suelen ser muy flacas, no tenemos espaldas como para afrontar un crédito de mucha magnitud como para adquirir, ejemplificó, una cosechadora que ronda el millón de dólares”.
Señaló que “tampoco da el contexto para llegar a esa maquinaria, dado que ni siquiera está visualizado por el dador de trabajo”. Acotó que “siembra, trilla, distintas labores en el campo lo hacemos con lo que tenemos y cada vez estamos peor, debido a que no podemos incorporar nueva tecnología a lo que debemos sumarles el tema de neumáticos que están faltando, cuando el productor y el contratista se había esforzado mucho por tener radiales que tenían sus beneficios, y ahora estamos volviendo a la goma común y a la recapada”. Sostuvo que la situación con las cubiertas y la falta de las mismas “nos lleva a ser menos eficientes y si vamos a la economía primaria, queda más que claro que estamos retrocediendo y eso en el corto plazo va a influir en la economía del país”.
Dijo que “resulta inexplicable la controversia que tiene la política hacia el productor y el campo”.
Sostuvo que ser contratista en la actualidad significa encarar una “actividad antieconómica, debido a que no se puede seguir trabajando en la situación en la que nos encontramos. Sin créditos, cero previsibilidad y así no se puede. Son muy pocos los que pueden comprar maquinarias. Empresas agrícolas muy grandes o fondos de inversión nada más, el chacarero a duras penas mantiene los fierros de hace quince o más años”.
Se mostró drástico en cuanto al panorama que se avecina para los contratistas, pese a que “fuimos y somos muy importantes en la cadena productiva”.