Jaroslavsky celebró la aprobación de la ley de asistencia a las mujeres víctimas de violencia e instó a “no caer en fundamentalismos”

La diputada Gracia Jaroslavsky (UCR) celebró la aprobación del proyecto de ley que crea el Régimen de Protección, Asistencia y Prevención de la violencia por razones de género y resaltó la necesidad de escuchar las distintas voces y evitar miradas sesgadas. “Las mujeres tenemos la capacidad para generar acuerdos y avanzar en un cambio de conciencia de raíz: hagámoslo”, aseveró. Puso el foco en la naturalización de ciertos insultos que “encierran un enojo atávico del hombre hacia la mujer”.

En su alocución, la diputada provincial recordó que en la última sesión el Interbloque Cambiemos cuestionó el tratamiento sobre tablas del proyecto porque entendía que era apresurado votar una ley de tamaña envergadura sin debate previo: “Sabemos que tuvo un extenso tratamiento en el Senado, pero en Diputados pretendieron aprobarlo con demasiada celeridad”.

Aclaró que “siempre tuvimos la intención de aprobarlo, pero consideramos que era necesario darnos un tiempo para debatirlo con mayor profundidad e incorporar más miradas”. En tal sentido, sostuvo que “la diversidad y la diferencia de pensamientos es lo que posibilita que las ideas (y las leyes) contengan una visión transformadora”.

“Tanta razón teníamos en esto de la necesidad de profundizar el debate, que hoy estamos aprobando el proyecto con modificaciones en dos artículos. Se trata de una norma que tiene implicancia en varias otras y la Comisión de Legislación debió atender estas cuestiones al simple efecto de evitar superposiciones o reiteraciones innecesarias que a posteriori puedan dificultar su aplicación”, indicó Jaroslavsky.

“Con esta ley la provincia se está reservando la regulación del procedimiento y, en ese marco, crea instancias, establece competencias judiciales, simplifica plazos, otorga intervención a los equipos técnicos, genera espacios de capacitación etc”, agregó.

“Está claro que en esta materia como en todas aquellas fundacionales para estructurar una sociedad más igualitaria, hay visiones diferentes de acuerdo a la formación, a la filosofía o la ideología que cada uno profese. Y por eso creo que es un error tratar de imponer un único mensaje y no entender que solo de la diversidad surge el crecimiento”, enfatizó.

“El aumento de los casos de violencia que se registran aún a pesar de tener un Ministerio nacional y una importante cantidad de recursos para invertir, pone en evidencia la necesidad de revertir una conducta enraizada en la sociedad y esto es una tarea ciclópea que requiere un cambio de conciencia que se debe dar a partir de una refundación de la educación”, aseveró.

“Es necesario ir a la raíz del conflicto. Ese es el desafío. La sociedad está tan contaminada de violencia hacia la mujer que habitualmente utilizamos una serie de insultos sin siquiera advertir el enorme significado simbólico que tienen”, acotó luego.

“La p… que te parió, la c… de tu hermana, hija de p… son insultos que utilizamos cotidianamente y tienen que ver con la mujer y con el sexo de la mujer. A pesar de eso, los decimos con una naturalidad escalofriante. Esto me hace pensar que es tanto lo que hay que modificar que se necesita de un proceso que realmente nos involucre”, aseveró.

“Esos insultos encierran un enojo atávico del hombre para con la mujer y están tan arraigados en el lenguaje cotidiano que ni siquiera los alcanzamos a identificar, ni somos conscientes de lo que decimos cuando lo decimos”, expresó.

En otro tramo de su discurso, la diputada Jaroslavsky cuestionó los fundamentalismos y las generalizaciones: “Nos hacemos militantes feministas y decimos que todo lo que tiene que ver con la mujer está bien y todo lo otro está mal. Es necesario escuchar al otro y no tener una mirada sesgada”.

“Debemos tener la suficiente amplitud para involucrar la mayor cantidad de voces posibles en este debate, tener cuidado con los mensajes que pretendemos dar y no sobreactuar porque es un tema sumamente delicado”, remarcó la legisladora.

“Esta ley es un avance enorme, pero tenemos que aprender a mirar más allá y evitar hacer de esta norma un panfleto porque, de lo contrario, caeremos en un reduccionismo y vamos a perder la batalla contra la violencia hacia las mujeres. Debemos dejar de lado los fundamentalismos y no hacer lo que nos hicieron a nosotras: las mujeres tenemos la capacidad para generar acuerdos y avanzar en un cambio de conciencia de raíz. Hagámoslo”, apuntó.

“Esta ley instala conceptos, genera conciencia y funda una mirada profunda para que la Justicia tenga en cuenta todo esto a la hora de llevar adelante las causas sobre violencia. Pero también instala en nosotros la posibilidad de abrir un debate más generoso que genere transformaciones y posibilite la construcción de una sociedad más igualitaria”, concluyó.