Hoy, nuestra columna de Astronomía, será una columna de historia. ¿Porqué ?, simplemente para explicar el porqué el año comienza el 1 de enero y no cualquier otro día (nunca se hizo la pregunta de porqué el 1 de enero marca el comienzo del año , si realmente no hay ningún fenómeno que lo determine ??)
Bien, esta fecha fue elegida en época romana y se extendió a partir de la instauración del calendario gregoriano. Conozcamos la historia:
El primer paso necesario para que el comienzo del nuevo año caiga en el primer día de enero es que exista este mes.
Según los textos de Plutarco, Numa Pompilio (sucesor de Rómulo) añadió dos nuevos meses al calendario ya existente en el siglo VIII a.C. para alcanzar los doce meses actuales, el entonces rey añadió Januro (Enero) en honor al dios Jano y Februo (Febrero) por Plutón.
Aún con todos los meses ya establecidos dentro del calendario de Roma, pasarían siglos hasta que enero se convirtiera en el primer mes del año.
Los pueblos de la Antigüedad celebraban sus grandes fiestas aprovechando los momentos de solsticio y equinoccio debido a la visión más telúrica y naturalista de sus mitologías por la que relacionaban la primavera y el invierno con un ciclo de vida y muerte.
Precisamente por esta concepción, los romanos y muchos otras civilizaciones celebraban el comienzo del nuevo año en marzo, coincidiendo con el equinoccio y el comienzo de la primavera, las cosechas y la naturaleza más desbordante (todo ésto, para el hemisferio Norte).
No fue hasta el año 153 a.C. que se produjo este cambio que aún dura hoy en día. Roma tenía la costumbre de elegir a sus cónsules al comienzo del nuevo año pero, durante la segunda guerra contra los celtíberos de Hispania, el general Quinto Fulvio Nobilior pidió al Senado que adelantaran la fecha al invierno para poder organizar el envío de tropas y preparar la campaña militar que arrancaría a principios de primavera y cuyo principal objetivo era la toma de Segeda (hoy Zaragoza).
Aunque el pueblo siguió celebrando sus fiestas de siempre, el Senado de Roma adelantó el comienzo del año político del idus de marzo a las calendas de enero (primera Luna nueva del mes).
Se estima que Roma trasladó a un total de 30 000 soldados para hacer frente a casi el mismo número de belos de Segeda.
Un siglo después, en el 46 a.C., tuvo lugar la reforma del calendario romano para dar paso al calendario juliano con enero como principio de todo.
Aún con esto, Roma y los pueblos que estaban bajo su influencia rechazaron este cambio durante siglos.
Incluso cuando el cristianismo se generalizó, muchos tenían reticencias a celebrar el comienzo del nuevo año en un mes que honraba a un dios pagano.
Carlomagno intentó cambiar esto renombrando los meses con fenómenos atmosféricos o labores de labranza.
No fue hasta el año 1582, con la instauración del calendario gregoriano, cuando el papa Gregorio XIII estableció el 1 de enero como primer día del año para todos los países católicos. Calendario que con sus años bisiestos aún hoy utilizamos.
Otra “curiosidad” técnica: el 0 de enero.
Si le preguntás a un astrónomo cuál es el primer día del año, posiblemente te responda que no es el 1 de enero, sino el 0 de enero. Lo más interesante es que cuando leas su justificación dirás: «sí claro, ¡tiene razón!», Y te dejará pensando bastante en el tema.
Por ejemplo, al primer día del 2022 lo estamos llamando 1 de enero desde las 0 horas, pero técnicamente aún no ha transcurrido el día entero de ese año, nos preguntamos si en realidad ¿contamos los días o los ordenamos en el calendario?
Lo mismo que ocurre con los días pasa con los años, el año siguiente al -1 a.C. fue el 1 d.C. y entonces ¿qué pasó con el año 0? No existe.
Es por eso que, por ejemplo, el año 2000 es el último año del siglo XX, y no el primero del siglo XXI.
Entonces, respondiendo a la pregunta de si contamos u ordenamos días en el calendario, la respuesta es que con ausencia del año 0 y de los días 0 de cada mes queda en evidencia que lo que hacemos es nombrar los días en números ordinales. O sea que no existe el día 0 en el calendario simplemente porque en una lista ordenada tampoco existe una posición previa a la primera.
El astrónomo Jorge Núñez de Murga, catedrático del Departamento de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Barcelona, describió el origen de la confusión: «¿por qué al primer día del 2022 lo llamamos 1 de enero desde las 0 horas, si técnicamente todavía no ha transcurrido ese día entero? »
«El 1 de enero de 2022 a las 12 del mediodía, transcurrió recién 0.5 días del 2022, y se completa recién justo a medianoche, cuando en realidad en nuestro calendario ya es 2 de enero», remarca Nuñez. Este lapso entre el nombre que el calendario da a los días y el tiempo por el que efectivamente transcurren, genera un problema para los cálculos astronómicos.
En el momento en que se tiene que hacer cálculos sobre el tiempo (usando números cardinales), surgió la necesidad de designar un día 0. Por eso, Nuñez explica que «la Astronomía optó por usar como recurso el último día del año, o sea que este misterioso y nuevo 0 de enero, es el 31 de diciembre del año anterior».
El astrónomo explica que «es muy útil para los cálculos en los que tienes que usar fracciones de año o de mes». De hecho «los libros de efemérides publican los datos de posición de astros y planetas con fecha de 0 de enero, y las tablas astronómicas comienzan por ese mismo día».
O sea que el 0 de enero es «simplemente un recurso usado para los cálculos astronómicos», y que a la hora de publicar los datos se adaptan al calendario regular, explican los astrónomos. El 0 de enero seguirá apareciendo en los libros técnicos de astronomía, aunque ahora, con las computadoras ya no es tan importante.
Entonces, queda claro entonces que el 0 de enero es un día ficticio, su objetivo es mantener la fecha del año para el cual fue publicado una efeméride evitando así cualquier referencia al año anterior, incluso habiendo aceptado que se trata de la misma fecha que el 31 de diciembre del año anterior.
Se trata del espacio de tiempo transcurrido desde las 12 del mediodía del 31 de diciembre hasta las 12 del mediodía del 1 de enero y se corresponde con el tiempo solar medio, y no de medianoche a medianoche como el tiempo civil. Con este sistema se empieza a contar el tiempo a través del meridiano superior, y no del meridiano inferior, por lo que es una medida de día astronómico.
En una reunión en Dublín en 1955, la Unión Astronómica Internacional adoptó un calendario juliano especial, que se iniciaba al mediodía del 0 de enero de 1900, el propósito de su creación fue únicamente astronómico
Actividades.
Éste miércoles, 5 de enero, si el clima lo permite y los incendios, llevaremos a cabo la jornada de observación que tuvo que ser suspendida el pasado martes:
Con algo de suerte, podremos ver el cometa Leonard (en los últimos días ha decrecido su luminosidad) y diferentes cuerpos celestes.
Sugerimos, antes de desplazarse hasta el lugar chequear las redes si se realiza el evento, y, desde luego no olvidarse el repelente !!, los esperamos !
Los invitamos a seguirnos con más novedades y actualidad de los eventos programados en nuestras redes: facebook: astroamigos Concepción del Uruguay ó astroamigos Colón y en insta astroamigos_cdelu.
