Día del Gaucho

Un aviso publicado en el diario La República, 28 de noviembre de 1872: Martín Fierro. Muy
pronto saldrá a luz un folleto en versos gauchescos, escrito por el señor D. José Hernández.
Entendemos que el gaucho Martín Fierro canta en su estilo nacional sus aventuras, desdichas y tribulaciones de una vida nómade y del soldado en la frontera. Unos días después (nunca se ha podido precisar la fecha exacta, pero la mayoría de las versiones indica el 6 de diciembre), esos versos gauchescos, con el título El gaucho Martín Fierro fueron editados en un modesto volumen de 76 páginas impresas en papel de diario. Agotó su primera edición en dos meses.

Fue un verdadero éxito para la época. A casi 150 años de su primera edición, el libro de
Hernández ya no se discute. Clásico entre los clásicos, biblia de la literatura argentina, es un libro esencial, leído por todas las clases sociales. Cuesta creer, hoy, que cuando salió a la venta solo fue leído masivamente en la pampa, y que los sectores cultos y urbanos lo ignoraron, juzgándolo una obra menor, gracias a Lugones, Tiscornia, Borges y Prieto entre otros en el ámbito nacional y a Unamuno en el plano internacional esta obra ha sido merecidamente revalorada, de Prieto podemos extraer “La respuesta efectiva al poema sería dada por el lector de las áreas rurales. En las pulperías -donde principalmente se vendía yerba mate, azúcar, tabaco, harina y bebidas-, los peones pedían la ginebra junto al Martín Fierro.

La
mayoría eran analfabetos, pero conocían de memoria el contenido del libro: junto al fogón,
con un mate en la mano, escuchaban la lectura de los versos que hacía el pulpero. En los
primeros seis años se vendieron 48.000 ejemplares. Cuando se publicó la décima edición, un aviso aclaraba que estaba adornada con tres láminas y el retrato del autor. El éxito de venta que tuvo El gaucho Martín Fierro hizo que Hernández pensara en una continuación. Así nació, en 1879, La vuelta de Martín Fierro, con una tirada inicial de 20.000 ejemplares, cifra asombrosa para la época. Otra vez el grueso de los ejemplares fue absorbido por las áreas rurales.

Otra vez algunos críticos y curiosos de la literatura se mostraron comprensivos y hasta
generosos con su empeño. Otra vez el lector urbano se abstuvo,”. Recién en octubre de 1881, un crítico boliviano, P. Subieta, descubre la grandeza literaria de Martín Fierro y la califica -en una serie de artículos que escribe para el diario Las Provincias- como la primera gran obra genuinamente latinoamericana, que no abrevaba en fuentes europeas. Pero Subieta era un desconocido, y su juicio no interesó a nadie. En 1894, el filósofo Miguel de Unamuno también ponderó el poema de Hernández en un ensayo que publicó la Revista Española. Pero a partir de Leopoldo Lugones, cuando en 1916, lo califica de poema épico, Martín Fierro empezó a ser aceptado, aunque tibiamente, por esos remisos sectores urbanos y cultos de la Argentina, hoy se considera que el Martin Fierro es a las letras latinoamericanas lo que el Canto del Mío Cid es para las españolas.

En su homenaje el 6 de diciembre celebrando el Día del Gaucho”

Elías Antonio Almada
Almada-22@hotmail.com