El PO marchó en Concepción y en todo el país

El Polo Obrero y demás organizaciones piqueteras combativas e independientes del Estado realizamos cortes, marchas y concentraciones en Entre Ríos (Paraná, Concepción del Uruguay y La Paz) y distintos puntos del país cuyo epicentro es en Plaza de Mayo en una acción de repudio al pacto con el FMI y el ajuste, y de reclamo de trabajo genuino, aguinaldo y alimentos.

Ningún trabajador puede estar cobrando por debajo de la Canasta Básica de $75.000, entre ellos los trabajadores precarizados del Potenciar Trabajo –y otros-, quienes se encuentran percibiendo $16.000 de miseria.

A su vez, reclamamos por el pago del aguinaldo completo de fin de año, el cual muchas veces es reemplazado por el gobierno por un bono acotado e insuficiente.

También denunciamos los límites en la variedad, calidad y cantidad de alimentos que reciben los comedores populares, los cuales juegan un papel imprescindible en la alimentación de las familias obreras.

Venimos enfrentando en las calles el ajuste brutal que el gobierno nacional descarga contra las y los trabajadores para defender el pago de una deuda externa ilegítima e ilegal, que constituye un mecanismo por el que los gobiernos de las últimas décadas realizan una transferencia de recursos de los que menos tienen, la inmensa mayoría del país, hacia un puñado de bancos y grandes capitales concentrados.

Denunciamos el envío del gobierno de Alberto Fernández al Congreso del “programa económico plurianual”, que implica una hoja de ruta de ajuste fondomonetarista, con énfasis en la reducción del gasto social y una política de ajuste fiscal que golpeará fuertemente sobre los trabajadores y los sectores más pobres.

Cuando el país más necesita de una inversión de recursos para reactivar la industria y la obra pública, generando millones de puestos de trabajo y mejorando la calidad de vida y los ingresos de la población trabajadora, el gobierno y la oposición patronal se disponen a avanzar en sentido contrario, recortando el gasto público y cercenando derechos obreros por medio de reformas estructurales, avances antiobreros en los convenios y lugares de trabajo y liquidando la precaria asistencia social para transferir esos recursos a las patronales por medio de subsidios, como el plan empalme.

Este pacto de ajuste implica que el gobierno refuerce su aparato represivo y violencia contra el pueblo trabajador, para hacer pasar estas medidas antiobreras y antipopulares, como se está viendo en la represión a los pueblos originarios en Chaco, los asesinatos contra la comunidad mapuche en el sur, los casos de gatillo fácil y la militarización de la Patagonia.