Sin agua y sin clases presenciales: Consecuencias de un robo que afecta a muchos chicos

Es realmente repudiable que los amigos de lo ajeno se crean dueños de apoderarse de las pertenencias de los demás, sin importar el sacrificio que la víctima hace para llegar a eso objetivos.

Esto es mucho más doloroso e inentendible, cuando estos personajes toman como blanco instituciones educativas, afectando a niños que se ven imposibilitados de recibir la educación o en otros casos una comida.

Los sucedido este fin de semana en la Escuela Nº 31 “Martín Fierro”, no solo fue un robo de cables, sino que fue un daño a la ya castigada economía de un establecimiento, que la mayoría de las veces supera escollos con el aporte de la Cooperadora de padres o vecinos.

Las consecuencias del accionar de estos inadaptados, obligó a los docentes a la suspensión de clases y cuando se está saliendo de una pandemia que alejó a los niños de las escuelas y se puede retornar a la presencialidad en las aulas, en la Escuela 31 se ven obligados a recurrir nuevamente la virtualidad y a la entrega de cuadernillos, para que estudien en sus casas.

En diálogo con miembros de esa comunidad educativa, se supo que las autoridades ya se comunicaron con la Dirección Departamental y con Arquitectura, para ver de solucionar esto cuanto antes.

El robo de cables (la bomba afortunadamente no lograron sacarla) demandará una importante inversión, ya que no solo se tiene que hablar de cables, sino que para evitar que esto se repita y que la obra sea algo seguro y definitivo, se tiene que construir con materiales el paso de los caños que lleven por dentro la instalación eléctrica y construir un gabinete para mayor seguridad de la bomba de agua.

Por el momento no hay respuestas de quien o quienes serán los que aporten los fondos para los materiales y la mano de obra. Mientras tanto, gracias a la desidia de estos delincuentes, numerosos niños deberán esperar para poder regresar a su segundo hogar, La Escuela.