Bajo un organigrama operativo que incluye la presencia de Agentes de Tránsito y Guardia Urbana y efectivos de Policía, se realizan controles en distintos lugares y horarios dentro de la ciudad. Desde la Dirección de Seguridad Ciudadana, articulado por la Secretaría de Gobierno Municipal, se informó que continúan los controles conjuntamente con Policía de Entre Ríos. Las actuaciones son puestas a disposición del Juzgado de Faltas, previo paso por Fiscalía Administrativa.
Como resultado del trabajo preventivo, durante el fin de semana se demoró un vehículo que circulaba por calles Ereño y Mariano López con la música excesivamente alta, el cual se verificó que tenía alteración del sonido original, contaba con cornetas amplificadoras y dos torres con parlantes, resultando además su conductor positivo para alcoholemia al arrojar el test un valor de 0,38g/l. El automotor tampoco tenía seguro.
Por otro lado se retuvo y trasladó al depósito municipal un vehículo que en Av. Paysandú y calle 9 de julio su conductor dio positivo para alcoholemia con 0,17g/l, esta persona no tenía licencia para conducir, no poseía seguro del vehículo y tampoco autorización de manejo del mismo.
También quedó retenida una motocicleta marca Honda modelo Twister por tener caño de escape no original, generando ruidos molestos.
POR UNA SANA CONVIVENCIA: Se trabaja fuertemente en el cumplimiento del Código de Faltas Municipal y la Ley Nacional de Tránsito y Seguridad Vial, de manera articulada con Policía de Entre Ríos en el contralor de Ruidos Molestos generados por caños de escapes alterados de motovehículos y automotores con alteración en el sistema de audio original.
En relación a los controles preventivos el Director de Seguridad Ciudadana GUSTAVO HANZA expresó: “Existe la necesidad de resolver un tema complejo que provoca recurrentes quejas y reclamos de vecinos al tránsito de vehículos con excesivos niveles de volumen de música producida por equipos de audios y sus amplificadores, como así también de motovehículos con escapes rotos, adulterados, modificados o sin su silenciador correspondiente, conocidos como ´escapes libres´. Estos vehículos, en cualquiera de sus formas expresadas, atentan contra la convivencia social razonable y necesaria, perturbando la tranquilidad y armonía ciudadana, no respetando incluso horarios ni lugares donde se necesita silencio (Hospitales, Clínicas, Escuelas, Residencia de adultos mayores, entre otros lugares)”.
UNA CUESTION DE SALUD: Muchas personas, entre ellas quienes tienen alguna condición del espectro autista, pueden presentar alteraciones en el procesamiento auditivo. En niños, jóvenes y adultos con autismo, por ejemplo, las dificultades relacionadas con la audición son bastante frecuentes y normalmente visibles, siendo el signo más evidente el de la hipersensibilidad. Estas personas, ante determinadas frecuencias auditivas suelen presentar respuestas o conductas de hiperreactiva (conductas de huida y evitamiento), mientras que ante otras manifiestan una reacción hiporreactiva (no responden o lo hacen con respuestas más pasivas, quietud, apatía). Este desorden puede provocar ansiedad e irritabilidad, ya que muchos de ellos presentan desafíos para la autorregulación de la información y de las emociones que se generan en su cuerpo.
Juan Martin Garay, Secretario de Gobierno del Municipio hizo consideraciones al respecto: “Para las personas con autismo, la exposición a ruidos provocados por escapes libres o dispositivos mecánicos similares, al igual que equipos de audios a niveles excesivamente altos -entre otros- suelen ser perjudiciales para su calidad de vida (y la de las familias), según nos han comentado esto genera ´berrinches´ en apariencia sin sentido, golpes, autolesiones, gritos, búsqueda de lugares que ´los protejan´ de esos ruidos que ´duelen´, ellos se ´tapan´ los oídos, deambulan por los espacios sin rumbo preestablecido, ´no escuchan´ órdenes que en otros ambientes sí atienden, es decir que presentan muchas veces un déficit de atención asociado a esas exposiciones que los ´alteran´. También es necesario velar por la protección de animales y mascotas de acuerdo con la legislación vigente, para evitar su sufrimiento, sus eventuales huidas y perdidas, con riesgos hacia personas, otros animales, e incluso accidentes viales, dada la extrema sensibilidad auditiva que poseen, no pudiéndose controlar las consecuencias sobre ellos de irritabilidad, temblor, reacciones a escapar y ataques por total incomprensión de la naturaleza de los ruidos”.