No hay un causante único por el cual Francia es considerada el país de los 1000 quesos. Son muchos por qué, y las historias del apodo se mezclan entre sí para perderse en lo efusivo del tiempo. A pesar de esto, haremos un breve recorrido para que terminen de comprender la mitología que recubre al tema en sí. Para comenzar deberíamos destacar que claramente es el país del queso por excelencia, y eso no está en discusión. Todos los tipos de quesos del mundo se fabrican aquí: los de vaca, los de oveja, los de cabra, los curados, los frescos, los azules, los semicurados, etc. El país en su totalidad produce casi 2 millones de toneladas de queso al año, y sus habitantes presumen de tener una clase diferente de queso para comer cada día del año. Para no aburrirse ni empalagarse…
Desde hace ya casi 20 años que el 29 de Marzo se festeja el Día Nacional del Queso a lo largo y lo ancho de todo el país, con festejos y eventos organizados por las queserías pero también por el estado. Es tal la fascinación por el queso que no solo constituye uno de los alimentos más afamados de la gloriosa Gastronomía Francesa, sino que es un importante estandarte cultural y turístico.
Los verdaderos 1000 quesos.
Existen más de 1000 variedades de quesos franceses, pero como táctica de mercadeo el número redondo sumaba muchísimo. Más allá de esto, hay 4 estilos que se destacan por sobre los otros. Estos son los 4 más consumidos por los franceses, pero también los que más se exportan.
Dos de los más conocidos, son los olorosos Brie y Camembert. Estos entran dentro de la dominación de pasta blanda, y si pasan mucho tiempo fuera de la heladera se derretirían con gusto.
Otro de los más tradicionales es el Emmental, que tanta fama ha ganado en Occidente y Estados Unidos por ser un fiel acompañante para las hamburguesas. Este queso entra en la familia de la pasta prensada cocida. Se elabora con leche de vaca y su preparación se beneficia de las alturas. Por eso en general se fabrica en montañas. La característica visual del mismo se visualiza en los agujeros enormes que tiene, lo cual denota una estética preciosa. La viciosa cantidad de calcio que contiene es apuntada por médicos y nutricionistas.
Pero hay un solo “Rey de los Quesos”: el mal llamado Roquefort. En realidad su verdadero nombre es Queso Azul, pero popularmente se lo conoce como Roquefort por la familia que comenzó a fabricarlo, añares atrás. Es el Rey pues se conjuga perfectamente con una multitud de alimentos, tanto dulces como salados, a pesar de su fuertísimo sabor y aroma. La distinción del mismo, en comparación con los otros tres, es que este se produce con leche de oveja, la cual le agrega una cremosidad extra y un gusto muy particular.
En nuestro país suelen encontrarse quesos importados de Francia, aunque no siempre podrás estar seguro de hallarlos en las góndolas. Cabe destacar que recientemente Carrefour Ofertas lanzó un catálogo específico denominado “Semana Francesa”, con los precios de quesos como “Petit Cambebert” o “Mini Brie”, además de acompañarlos con tentadores baguettes desde $65.
Asimismo, no fueron tiempos prósperos para las queserías. Los productos caseros no han tenido suficiente distribución. Cerca de 5000 toneladas no llegaron a consumirse en pandemia, y las pérdidas monetarias ascienden hasta 157 millones de euros. Sin ayuda estatal o privada, las pequeñas granjas queseras buscan prevalecer, y poco a poco reponerse para recuperar esa cultura quesera que ha caracterizado a Francia desde sus inicios.