«Malvinas: Hoy fueron ocupadas»

Era la tarde del 8 de septiembre de 1964, Héctor Ricardo García tenía la primicia, y en su
escritorio pensaba el titulo para la nota que ya tenía redactada, sin fotos como él quiso en un principio, pero sabía que tenía un golpe de efecto en sus manos que sin dudas le daría un salto cuantitativo a su recién nacido Diario “Crónica” y entonces se le ocurrió “MALVINAS: HOY FUERON OCUPADAS”.

El piloto Miguel Fitzgerald hijo de irlandeses, nació el 8 de septiembre de 1926 y falleció
el 25 de noviembre de 2010, fue el primer argentino en volar a nuestras Islas Malvinas y
plantar la Bandera Argentina el 8 de septiembre de 1964, como una manera particular de
celebrar su cumpleaños. Lo hizo solo, piloteando un avión monomotor Cessna.

Fitzgerald soñaba con ser piloto de avión desde muy pequeño, a los 16 años voló
planeadores y a los 20 años, aviones con motor. Era un avezado piloto, en el año 1962 había realizado otra hazaña, fue un vuelo a Nueva York sin escalas con un monomotor Cessna 210 (260 HP), empleado de Aerolíneas Argentinas, hizo fotografía aérea, taxi aéreo, remolque de carteles y aclara que no hizo fumigación ni contrabando, pero hizo de todo.

En 1964, Malvinas estaba en la agenda de las Naciones Unidas, no por iniciativa del
gobierno argentino, sino por decisión de la Asamblea, se estaba por tratar el tema de las
colonias en América y en los hangares del país, en las charlas entre pilotos, aparecía y
reaparecía el sueño de cruzar a Malvinas y plantar nuestra bandera Argentina. Fitzgerald
decidió que lo haría y a través de un amigo suyo que trabajaba en el diario “La Razón”,
averiguó si les interesaba la cobertura periodística ya que a él a su vez le interesaba la
difusión, además le serviría supuestamente para protegerse de ser sancionado por la Fuerza Aérea con una suspensión severa.

Al editor del diario, no le interesó la propuesta y como acababa de salir el diario Crónica, su joven director se entusiasmó con la misma. Le ofreció el avión, el combustible y los gastos, si viajaba con él un fotógrafo del diario, pero Fitzgerald no acepto ser acompañado por lo que el avión y el combustible se lo termino facilitando Siro Alberto Comi, presidente del Aeroclub de Monte Grande; partió rumbo al Aero club de Rio Gallegos y el 8 realizo su viaje a Malvinas que así fue descripto por el:
“Varias veces hube de desistir de mi intento de volar hasta las Malvinas por diversas
circunstancias. Si hubiera anunciado mi intención, declarándola en la hoja de vuelo, no habría sido autorizado a salir. El mismo día que cumplí los treinta y nueve años besé a mi mujer y a mis hijos me encaminé hacia el avión Cessna 185, cuyos asientos habían sido sustituidos por tanques de combustible y en el que había un equipo de radio y un teléfono. Con provisiones de chocolate y café levanté vuelo hacia Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, siguiendo en seguida y en línea recta hacia el archipiélago malvino, que se halla a quinientos cincuenta kilómetros. Navegando entre nubes, advertí algunos claros que me permitieron fijar la situación de las islas, orientándome entre la isla Gran Malvina y la isla Soledad cuando vi el canal de San Carlos. La bandera británica ondeaba sobre la residencia del gobernador, mostrándome la dirección de los vientos, cosa que aproveché para aterrizar, después de describir varios círculos sobre la población. Tomé tierra en un campo de carreras de caballos…

Inmediatamente icé la bandera argentina en un poste. Llegaron cinco personas que me
preguntaron en inglés si deseaba o necesitaba algo. Les dije que solo queda entregarles un
pliego que llevaba destinado al representante del gobierno británico en el archipiélago. Así lo hice. Diez minutos después levanté nuevamente el vuelo para dirigirme a Río Gallegos. Estaba cumplido mi anhelo. Mi vuelo había sido registrado por Gran Bretaña. Si así no hubiera sido, habría tenido que repetirlo, no por animosidad contra el país ocupante sino en defensa de lo argentino. Por otra parte, todo lo tenía previsto; hasta que me hubiesen arrestado. Para esa coyuntura también tenía un plan de fuga en la misma avioneta. Olvidaba decir que el episodio había tenido un curioso prefacio: horas antes de emprender el vuelo, los habitantes de las Malvinas habían escuchado por las principales radioemisoras de Buenos Aires un mensaje que decía:
//Isleños: no se asusten. No les haremos daño. Nuestras fuerzas llegan a la una de la tarde//
Exactamente a esa hora yo aterrizaba entre ellos.
El mensaje entregado al gobernador británico decía:
//Yo, Miguel Fitzgerald, con todo el derecho que me da ser ciudadano argentino, les exijo que se retiren de las Islas Malvinas.//”​
La nota causó gran impacto, fijo el estilo de “Crónica”, “La Razón” tuvo una gran caída
en sus ventas, luego de una fuerte protesta, por primera vez los “canillitas” devolvieron
ejemplares, algo que no ocurría hasta ese momento, tanto ellos como kiosqueros debían
comprarlos a todos, Fitzgerald fue recibido por una multitud que se había reunido en el
aeródromo metropolitano de Buenos Aires, que lo saludó como a un héroe. Iba a ser
sancionado por la Fuerza Aérea Argentina con suspensión de su licencia de piloto, pero ante las masivas expresiones de apoyo al piloto, el presidente Arturo Illia decidió anular el castigo, miembros del Movimiento Nacionalista Tacuara lo subieron a un jeep y lo llevaron a dar vuelas por toda la ciudad. Inglaterra protestó airadamente, pero el gobierno argentino como correspondía rechazo las mismas pues no tenía nada que ver con el viaje.

En 1968 Fitzgerald intentaría un segundo viaje, esta vez acompañado por García y el
periodista Juan Carlos Nava, pero serian deportados como inmigrantes ilegales en el HMS
Endurance, recordado en 1982 pues tuvo actuación en el conflicto de Georgias previo a la
recuperación de Malvinas.

Elías Almada
Correo electrónico: almada-22@hotmail.com