«Día del bibliotecario” – Los primeros

Este día 13 de Septiembre de 1810, la edición de la «Gaceta de Buenos Aires» órgano creado, para difundir las tareas del primer Gobierno Patrio, por Mariano Moreno , apareció un artículo titulado «Educación», mediante el cual se informaba sobre la creación por parte de la Junta de Mayo de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy Biblioteca Nacional y de los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de la República.
Saturnino del Corazón de Jesús Segurola y Lezica
(Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, 11 de febrero de 1776-Buenos Aires, Argentina, 23 de abril de 1854).
Sacerdote, que de destacó por impulsar la vacuna antivariólica y ser uno de los dos primeros bibliotecarios y además director de la Biblioteca Nacional.
Segurola Lezica fue bautizado el 12 de febrero de 1776 en la iglesia Nuestra Señora de la Merced, en la ciudad de Buenos Aires, hijo de Bernarda Lezica y de Francisco de Segurola Çelayarán y Oliden. Su padre era hermano del brigadier Sebastián de Segurola y Oliden, gobernador intendente de La Paz en 1781, cuando la sublevación de Túpac Katari.
Estudio en el Real Colegio de San Carlos hasta consagrarse presbítero y siguió los cursos de filosofía del doctor Mariano Medrano. En 1798 pasó a la universidad de San Felipe en Santiago de Chile, donde estudió teología hasta doctorarse. A su regreso fue párroco de la iglesia del Socorro entre 1799 y 1810. Desde joven demostró gran afición a los estudios históricos, coleccionando documentos y obras muy valiosas. Fue el introductor y gran difusor de la vacuna antivariólica en Chile y Argentina. El 13 de setiembre de 1810, fue nombrado por la Primera Junta como bibliotecario de la Biblioteca Pública hasta que fuera nombrado diputado a la Asamblea Constituyente hacia fines de 1812. Al año siguiente el Triunvirato lo nombró Director General de Vacuna en la ciudad y la campaña. En 1817 ocupó la administración de la Casa de Niños Expósitos y `posteriormente Inspector General de Escuelas, Segurola se preocupaba mucho por los niños desprotegidos. En 1820, el Cabildo le confirió un asiento perpetuo con voz y voto en sus deliberaciones, cargo que ocupó hasta la extinción de ese cuerpo deliberativo en 1821. Durante 16 años propagó la vacuna. Por decreto de Martín Rodríguez del 7 de setiembre de 1821 fue nombrado director de la que luego fuera la Biblioteca Nacional hasta ser sucedido por Manuel Moreno, además participó como tesorero de la construcción de la Catedral de Buenos Aires, donando para tales fines en 1835 una casa de su propiedad. Dictaba también una cátedra de anatomía. Cuando Rosas dispuso el cierre de la Casa de Expósitos, tuvo a su cargo durante algún tiempo más de 1000 niños y el sostenimiento de la misma. Después de la batalla de Caseros, el gobernador provisional de la provincia, Vicente López y Planes lo nombró presidente del Senado Eclesiástico, y el Gral. Urquiza le otorgó una jubilación con sueldo íntegro de acuerdo a su investidura.
Pasó sus últimos años en el retiro de su hogar junto a una inmensa colección de objetos que había logrado atesorar, recibiendo numerosas visitas de estudiosos que buscaban en sus mapas, manuscritos, planos originales y ejemplares de la mineralogía, flora y fauna de Argentina, referencia para sus trabajos.

Cayetano José Rodríguez
(San Pedro, Gobernación del Río de la Plata, 17611 – Buenos Aires, Provincias Unidas del Río de la Plata, 21 de enero de 1823)
Fray y sacerdote franciscano y poeta, estudió en el Colegio del Convento de los Padres Franciscanos, uniéndose a esa orden religiosa a la edad de 16 años; recibiendo las órdenes menores y mayores en Córdoba de La Nueva Andalucía en 1778. Desde 1783 fue sacerdote, desde ese año y hasta 1790, tuvo a su cargo las cátedras de Teología y Filosofía en la Universidad de Córdoba
En 1790 retornó a Buenos Aires, donde enseñó teología, filosofía, Hermenéutica y Física en el Convento Franciscano de la capital del novísimo Virreinato del Río de la Plata. Sus enseñanzas se conservan en el convento de San Francisco en Jujuy. Rodríguez quedó muy impactado por los patriotas que luego serían, los hombres de mayo, por lo que abrazó su ideario y escribió un poema en 1807 dedicado a los esclavos que defendieron Buenos Aires durante las Invasiones inglesas, siendo amigo y maestro de Mariano Moreno, participando activamente del proceso independentistas y fue nombrado director de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, cargo que desempeñó hasta 1814. También obtuvo el nombramiento como Superior Provincial de la orden Franciscana.
En 1811 fue ministro provincial y miembro de la Asamblea General Constituyente de 1813, encargándose de redactar los diarios de las sesiones hasta la disolución de la asamblea en 1815. Luego fue elegido como representante de Buenos Aires para el Congreso de Tucumán que en 1816 reunió a las Provincias Unidas del Sud y como tal fue uno de los 29 diputados que suscribieron el acta de la Declaración de la Independencia Argentina, el 9 de julio.
Después del Congreso, Rodríguez volvió a sus responsabilidades religiosas y públicas. En 1822 fundó el periódico “El oficial del día”, en el cual se oponía a la Reforma eclesiástica de Rivadavia, entre las que se contaban la abolición del fuero eclesiástico y el diezmo y la supresión de varias órdenes religiosas, las cuales eran defendidas por el periódico” El Centinela”. Luego de la promulgación de las leyes de Rivadavia se retiró de la vida pública, dedicándose a sus deberes religiosos. Como poeta fue autor del primer Himno Nacional de 1812 y escribió las Odas en honor de Carlos María de Alvear, del Cruce de los Andes y la Victoria de Chacabuco, y el panegírico en honor del General Manuel Belgrano, y un soneto dedicado a Los Colorados, regimiento de caballería que al mando de Juan Manuel de Rosas impuso el Orden en los aciagos momentos de anarquía en Buenos Aires, el 5 de octubre de 1820.
Elías Almada
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