El 2 de septiembre de 1587 zarpó del fondeadero del Riachuelo la carabela San Antonio, al mando de Antonio Pereyra, con rumbo a Brasil. El barco transportaba cubrecamas, sombreros, frazadas y bolsas de harina, producidos en Santiago del Estero. Pero escondidos en el interior, también llevaba barras de plata provenientes de Potosí, cuya exportación estaba prohibida.
Pese a que se tratara de un acto de contrabando y comercio ilegal, se recuerda este viaje como la primera «exportación argentina» y por este motivo, a partir de 1941 se eligió el 2 de septiembre para conmemorar este hecho.
El cargamento había sido enviado por el Obispo Francisco de Vitoria, quien entabló relaciones comerciales con los miembros más importantes del virreinato, lo que le permitió importar esclavos desde el Río de la Plata. Cabe mencionar que Francisco de Vitoria fue el pionero del tráfico de esclavos negros en nuestro país.
Día de la Industria: la salida es por arriba
Por Leandro Garciandía, presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos
Las industrias de Entre Ríos tenemos todo para crecer y desarrollarnos junto a nuestras comunidades. El sector agrega valor en cada uno de los encadenamientos productivos y se despliega como un entramado de empresas capaces de enfrentar nuevos proyectos, que generen riqueza y empleo. Por ello, con vistas a la pospandemia, resulta clave que el sector público y privado consensúen las condiciones para que la salida sea un camino de oportunidades reales.
La pandemia por el coronavirus fue un cimbronazo en nuestras empresas, para los trabajadores y sus familias. Si bien la matriz industrial de Entre Ríos permitió enfrentar el contexto con otras herramientas, no es menos cierto que todos los establecimientos, en mayor o menor medida, sintieron el embate, por la transformación de los mercados, los repentinos cambios en las reglas de juego y un escenario incierto que tensionó la toma de decisiones.
A partir de esta experiencia y sobre la base de variables macroeconómicas críticas en el país, la Unión Industrial de Entre Ríos promueve un norte común, que trace un horizonte claro de hacia dónde vamos y de cómo podemos desarrollarnos como sociedad. Tenemos todo para poder hacerlo. Es necesario consolidar la reactivación productiva mediante una batería de políticas armónicas y sustentables en el tiempo, que permitan mirar el futuro más allá de mañana, en equilibrio con el medio ambiente.
El diagnóstico ya es conocido. La inflación es un flagelo que debemos abordar porque nos conduce a un mayor empobrecimiento social. La presión tributaria entre las tres jurisdicciones del Estado exige de una política fiscal que genere alivio, favorezca la creación de trabajo genuino y revierta los indicadores de informalidad y desempleo. El cepo cambiario y las restricciones externas, con medidas ambiguas para exportar y que frenan las importaciones, atentan contra cualquier proyección de crecimiento. La seguridad jurídica debe brindar confianza y estabilidad.
Claro está, los problemas son comunes a todos los sectores y regiones productivas del país y la provincia y obligan a redoblar esfuerzos para seguir en pie. La fuerza que nace desde el corazón de las industrias, con el impulso de miles de trabajadores, es el motor que mantiene las naves vivas. De todas maneras, las condiciones macro por resolver también deben complementarse con políticas de financiamiento concretas, programas de educación consistentes, además de planes que apoyen la ciencia, la tecnología y la innovación.
Estamos confiados de que es posible otra Argentina y otra Entre Ríos, donde las oportunidades sean caminos seguros para recorrer. Las ventajas comparativas nos fortalecen y, más aún, las potencialidades que llegan de la mano de recursos humanos formados y creativos que nos dan tranquilidad para intentarlo. En ese sentido, la experiencia de la pandemia debe servirnos para levantar la cabeza y ver que hay muchas más luces por encender. Es cuestión de lograr acuerdos, a pesar de las diferencias.
En esta fecha tan especial, los industriales apostamos una vez más por nuestra tierra y nuestra gente. Porque hay ejemplos en la provincia que nos respaldan, creemos en nuestra capacidad para transformar la realidad, con más inversiones, nuevos puestos de trabajo, incorporación de desarrollos técnicos y mayor agregado de valor. Depende de nosotros, empresas, instituciones y el Estado, sobreponernos a las adversidades, dejar atrás la pandemia y enfocarnos en construir una salida sólida y previsible.
¿Cómo lo hacemos? Con planes integrales que incluyan, entre otras, medidas concretas como las señaladas, dejando de lado discursos rimbombantes, estériles y de una vez por todas mirar el futuro como una construcción en la que cada actor tiene un lugar trascendental y es responsable de la provincia y el país que queremos para nuestros hijos y nietos. La “salida es por arriba” de intereses particulares, ambiciones políticas y visiones sesgadas.