EXODO JUJEÑO: Producido el desastre de Huaqui o Guaqui, finaliza la expedición del Dr. Juan José Castelli al alto Perú, el General Manuel Belgrano asume la jefatura del Ejercito del Norte, con la misión de reorganizarlo. Las tropas estaban desmoralizadas, sin pertrechos y mal armadas, como primer medida y buscando llegar a las fibras más íntimas de sus soldados y de la población , hace bendecir la bandera en Salta, pese a la oposición del 1° Triunvirato, que dudaba de seguir con la gesta emancipadora de Mayo de 1810; establece su cuartel general en la Quebrada de Humahuaca y solicita refuerzos y armas, como respuesta recibe la orden de retroceder hasta Córdoba, la magnitud de las fuerzas españolas hacia presuponer a las autoridades del Triunvirato la imposibilidad de enfrentarlas con éxito, y a su vez priorizaban el enfrentamiento con los Realista en Montevideo.
A los casi 3000 hombres de Pió Tristán, solo podía oponerle 800, entonces tomo la decisión.
“Pueblo jujeño… La patria les reclama un gran sacrificio: abandonar la ciudad y las fincas, quemar los campos sembrados, arrear los animales. A los ojos del español invasor, sólo debe quedar tierra arrasada.
Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata. Os he hablado con verdad. Siguiendo son ella os manifiesto que las armas d Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre nosotros y no se pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad, y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llego pues la época de que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al Ejercito a mi mando, si como aseguráis queréis ser liebres”
Con determinación, enérgico y sin dudas, ordeno dejar la tierra, cagar todo lo que pudieran en cuanto enceres y víveres, dejar tierra arrasada a su espalda, para que el enemigo no pudiera aprovisionarse de nada hasta las casas y cosechas se quemaron.
El propio Belgrano a la vanguardia y el general Eustoquio Díaz Vélez con la caballería irregular en la retaguardia emprendieron una marcha forzada de hasta 50km diarios, el 23 de agosto al atardecer parten las últimas tropas desde Jujuy. Tristán ordena al coronel Huici la persecución, el día 3 de septiembre de 1812 en Las Piedras Díaz Vélez lo enfrenta con sus irregulares, lo derrota y lo toma prisionero.
Con la moral en alza e invitado por la familia Aráoz, emparentados con Díaz Vélez (su madre era Aráoz) y con el joven teniente Gregorio Aráoz de la Madrid se detiene la marcha en Tucumán.
BATALLA DE TUCUMAN
Belgrano le ordena a Balcarce adelantarse a Tucumán y reclutar tropas, esta misión más los rumores de su retirada hasta Córdoba hacen que el Cabildo tucumano envié a los oficiales Rudecindo Alvarado y Bernabé Aráoz y al eclesiástico Pedro Aráoz a su encuentro, estos comprometen a doblar las necesidades del Ejercito en cuanto a hombres y dinero para financiarlo. Belgrano tenía así el apoyo necesario para desobedecer al Triunvirato y seguir sus planes, engaño al jefe Realista Tristán simulando dirigirse a Santiago del Estero y lo espero en Tucumán. El 24 de septiembre de 1812 ambos ejércitos chocaron, la artillería la mando del barón Eduardo Kaunitz de Holmberg , secundado por José Maria paz inicio la batalla, la novel tropa comandada por Balcarce cargo desde la izquierda con furia contra la caballería de Tarija desbandándola junto con la infantería y apoderándose del parque, oro y provisiones, por la derecha la comandada por Díaz Vélez contribuyo a ese éxito , la infantería patriota dividida en 3 alas al mando del coronel José Superì secundados por los capitanes Warnes y Forest resistió los embates de la fuerzas realistas en medio de la confusión que provocaba el fuerte viento y una enorme banda de langostas, por lo que retrocedieron a la ciudad amparados por la reserva del coronel Dorrego, en un primer momento Tristan se creyó vencedor e intimo la rendición de Díaz Vélez, este le respondió que en tal caso procedería a degollar a los mas de 350 prisioneros Realistas.
En tal circunstancia Belgrano se encuentra con Paz y este le da la novedad de que tanto la artillería como la infantería estaban intactas aguardando al enemigo en la ciudad, deciden recorre el campo de batalla junto a Balcarce quien le confirma la victoria.
Intimado por el Coronel José moldes el 25 Tristán decide la retirada siendo perseguido por Aráoz de la Madrid que logra liberar a los prisioneros criollos y tomar algunos más de las fuerzas españolas.
Como consecuencia de esta batalla y la posterior de Salta las provincias del norte quedan definitivamente incorporadas a la Nación naciente.
Belgrano proclamo a la Virgen de la Merced como genérala de Ejército.
El 8 de octubre de ese año el 1° Triunvirato fue derrocado.
CNEl. CORNELIO ZELAYA (1782-1855).
Fue uno de los subordinados más distinguidos que contó Belgrano en la batalla de Tucumán
“El grande y augusto deber que nos impone la memoria de las víctimas sacrificadas el 24 de septiembre, es declarar y sostener la Independencia de América… de no haberse producido ese triunfo, los realistas ya estarían en Córdoba, y los enemigos interiores acelerarían el momento de nuestra desolación. … Jurad la Independencia, sostenedla con vuestra sangre, enarbolad su pabellón, y estas serán las exequias más dignas de los mártires de Tucumán”.
Nacido en Buenos Aires, fue un productor ganadero devenido en militar a raíz de las invasiones inglesas siendo uno de los Húsares de Pueyrredón, apoyó la revolución de mayo, como comandante de unos de los regimientos de caballería marcho al Ato Perú, combatió en la primer victoria de las armas de la Patria en Suipacha, por su actuación de Tucumán, comandó la caballería en Salta y luego de esta batalla fue ascendido a Coronel.
Permaneció en el Ejército del Norte e hizo las campañas del Directorio de las Provincias Unidas contra Santa Fe de 1818 y 1819. En enero de 1820, el Ejército se sublevó en el llamado Motín de Arequito, por el que Zelaya fue arrestado y trasladado a Córdoba. Fue enviado a Tucumán donde se puso al frente de la caballería de la provincia en la guerra civil contra Martín Miguel de Güemes. El gobernador Bernabé Aráoz lo reemplazó en ese mando, por haber pretendido deponerlo. De allí marchó a Mendoza, donde peleó a órdenes de Francisco Fernández de la Cruz contra la montonera de José Miguel Carrera. Regresó a principios de 1822 a la Provincia de Buenos Aires donde prestó servicios en las luchas contra los aborígenes. En 1826 fue elegido diputado por Buenos Aires al Congreso Constituyente, en el que votó a favor de la constitución de 1826, que establecía la forma de estado unitario.
En 1828 apoyó la revolución de Juan Lavalle, que terminó con el fusilamiento de gobernador de Buenos Aires Manuel Dorrego. Tras la caída del jefe unitario se exilió en Corrientes. Allí se dedicó a la ganadería, y no participó en la guerra civil que azotó esa provincia desde 1838 hasta 1847, año se refugió en Montevideo. Regresó a Buenos Aires después de la batalla de Caseros y el general Justo José de Urquiza lo nombró jefe de la Fortaleza de Buenos Aires. Desde ese puesto apoyó la revolución del 11 de septiembre de 1852 contra el propio Urquiza, y ejerció el mismo cargo hasta su fallecimiento en 1855.
Elías Almada -DNI 1493681
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