Este viernes en la ciudad de Colón, se desarrolla una nueva audiencia de prórroga de prisión preventiva de Rubén Martirena, acusado del femicidio de Gisela Grispi (39), que fuera encontrada sin vida en el baño de su casa en esa ciudad en noviembre del 2020.
La medida se viene adoptando periódicamente y el acusado sigue detenido, pero la sociedad reclama se lo lleve a juicio y condene.
La causa está en manos del fiscal Alejandro Perroud, quien ya realizó numerosas diligencias entre las que se encuentran pericias, autopsia del cuerpo y testimoniales.
Cabe recordar que el cuerpo de Gisela, al momento del hallazgo presentaba una avanzado estado de descomposición, lo que impedía determinar a simple vista lesiones corporales externas, por lo que se dispuso la extracción de muestras (cuñas) de órganos vitales, para ser sometidos a estudios anatomopatológicos y lograr determinar los causales de la muerte, algo muy complicado por el estado del cadáver.
En diálogo con el doctor Perroud, este señaló a 03442 que la causa está a punto de concluir y que esta será remitida a juicio, en cual será en la modalidad de Jurado Popular.
Cabe destacar que Martirena está detenido desde el momento del hecho y se encuentra alojado en la Unidad Penal Nº 1 de la ciudad de Paraná.
Más allá de esta situación, se enviaron comunicados a los medios de prensa, reclamando la realización del juicio, trascendiendo que en estas horas habría un encuentro de la Justicia con familiares de la víctima.
COMUNICADO:
No tenemos justicia, tenemos agonía
A 8 meses de su cobarde asesinato, familiares y amigas y amigos de Gisela Grispi seguimos pidiendo justicia
Si buscás en internet su nombre y la última noticia sobre este caso, data del 28 de noviembre del año pasado, apenas unos días después de su femicidio. Desde ese momento la memoria de Gina ha ido quedando en el olvido. Nadie habla del caso, los medios no se hacen eco de su nombre y la sociedad se indigna fugazmente ante nuevos rostros olvidando el brutal femicidio que hace menos de un año estremeció a Colón y toda la región.
En simultáneo la agenda que ya conocemos; descoordinación entre agencias del Estado para abordar violencias machistas y detrás de las responsabilidades compartidas, encontramos destacadas lógicas policiales y la acción burocrática e indiferente del poder judicial.
El femicida Rubén Martiarena sigue sin una condena firme con extensión de su preventiva cada 30 días y con tiempo suficiente para difamar la memoria de Gisela. Este escenario pone en evidencia que cuando la experiencia fallida del sistema judicial ante la violación en su forma más extrema y amenazante aparece, realizando la amenaza potencial bajo la que las mujeres somos socializadas en un régimen de estatus basado en el género, se desata un vale todo que en nombre de la aberración cometida, invita a los desbocados de siempre a proponernos cosas cada vez más atroces, que corrientemente nada tienen que ver con la solución del caso.
Asimismo la máquina que debe realizar el proceso para obtener la pericia genética se encuentra rota y sin fecha de reparación. Esto significa que no se pueden terminar de peritar las muestras que aportan la verdad sobre lo sucedido.
Cada día sin una condena firme es una agonía muy grande. Detrás del crimen están sus familiares y sus hijos, quienes padecen el sufrimiento de no poder hacer el luto desde las bases de una justicia presente con condenas efectivas y ejemplares. La perspectiva de género no es un concepto abstracto. Es una manera de aplicar las leyes que modifica la interpretación de testimonios, la valoración de pruebas, las medidas procesales y los tiempos de implementación de la justicia.
Pedimos a la sociedad que nos acompañe en este pedido de justicia. No podemos permitir que los femicidios sean algo normal, anecdótico y sobre todo impune.
Este viernes se realizará una nueva audiencia para evaluar la preventiva del femicida. ¿Se la extenderán o será otro femicida en la calle? ¿Seguiremos sin definiciones claras? ¿Sin fecha de juicio ni justicia? Estaremos presentes en todas partes, para hacer oír el pedido de justicia y acompañar a la familia. Seremos las voces que representen la memoria de Gina y de todas las compañeras asesinadas.
La impunidad frente a la muerte o el asesinato de una mujer no sólo alienta nuevos abusos, sino que también transmite como mensaje que la violencia contra la mujer es aceptable o normal. Y el resultado de esa impunidad no sólo consiste en la denegación de justicia a la víctima o sus familiares, sino también en el refuerzo de las relaciones de género reinantes y la reproducción de desigualdades estructurales de dominación.
VIVAS NOS QUEREMOS
EXIGIMOS JUSTICIA INMEDIATA POR GISELA GRISPI