El pasado domingo, Infobae publicaba una nota firmada por Pablo Yurman (Profesor, director del CEHCA), titulada «Justo José de Urquiza, el hombre al servicio del Brasil» en la cual se criticaba duramente al General Justo José de Urquiza, señalando al “pronunciamiento” como el paso inicial hacia una guerra internacional disfrazada de enfrentamiento civil “entre argentinos”.
Esto no tardó mucho en generar la reacción del doctor Bernardo I. Salduna (presidente de la Asociación Justo José de Urquiza de Concordia), que contestó dicha publicación con una contundente nota publicada en El Heraldo, de la ciudad de Concordia. la cual coincide plenamente con quienes integran el Centro Cultural Urquiza de Concepción del Uruguay.
¿HOMBRE AL SERVICIO DEL BRASIL? En el 170 Aniversario del PRONUNCIAMIENTO
Un conocido medio digital, recordando lo que llama “70 años de un “pronunciamiento”, publica un artículo con el título que encabeza la nota.
En primer lugar si el Pronunciamiento de Urquiza fue el 1º de Mayo de 1851, no son 70 años, sino 170 los que se cumplen.
NO FUE “GUERRA INTERNACIONAL”
Partamos de la base que lo sucedido entonces no fue, como dice el articulista, una “guerra internacional”, entre Argentina y Brasil..
Porque Argentina, por entonces, no existía como Nación.
HISTORIA DE UNA FRUSTRACIÓN
¿Y por qué no existía?
Porque el gobernador de Buenos Aires don Juan Manuel de Rosas, había usurpado las atribuciones que el Pacto Federal de 1831 (Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe), le otorgaran a la “Comisión Representativa”, formada por representantes de las cuatro Provincias.
La cual, en el plazo más breve posible, debía convocar a un Congreso representativo para dictar la Constitución que organizara jurídica y políticamente el Estado nacional.
En vez de eso, Rosas mantuvo el “status” de desorganización durante más de veinte años.
Impidiendo y saboteando toda tentativa de los pueblos del interior en esa dirección (el asesinato de Facundo Quiroga y el fusilamiento de Cullen en Santa Fe, Avellaneda en Tucumán y Cubas en Catamarca, fueron jalones de esa historia).
EL “PUERTO ÚNICO”
A Rosas , y la clase de ganaderos y comerciantes porteños y bonaerenses que lo sostenía les era favorable mantener tal situación. Porque, de tal manera, conservaban el monopolio del puerto y la Aduana porteño.
Es decir, el control de entrada y salida de buques y mercaderías, que llegaban a o partían del Río de la Plata.
LAS INSTRUCCIONES DEL AÑO 13
Por eso ya Artigas en el año 1813 había levantado, en sus célebres “Instrucciones”, su bandera de habilitar como puertos de ultramar a Maldonado, Montevideo y Colonia.
Y fluviales a Rosario, Santa Fe o Asunción.
Y la libre navegación del Uruguay y el Paraná, para que los pueblos de las provincias aledañas pudiesen navegar y comercial en las mismas condiciones privilegiadas que lo hacía Buenos Aires.
LA DIVISION DEL VIRREINATO
El centralismo y monopolio porteño del puerto y la Aduana fue causa de las guerras civiles, que aniquilaron a José Artigas y provocaron su definitivo exilio en Paraguay.
Y, por consecuencia, que la Banda Oriental terminase segregándose y convirtiendo en nación autónoma (1826).
Fue la causa también que Paraguay, como medida de autodefensa del centralismo porteño, declarase su independencia.
Que el Perú y Alto Perú, parte del antiguo Virreinato, buscasen salida por el Pacífico.
LAS INTRIGAS DEL IMPERIO
Fue motivo también que el Imperio del Brasil, aprovechando la desorganización y falta de unidad argentina, nos impusiese duras condiciones de paz, aún después de perder la batalla de Ituzaingó.
Y que los “bandeirantes” avanzaran invadiendo las Misiones, provocando verdadero genocidio de poblaciones indígenas guaraníes.
TRATADO ESCLAVISTA
Pocos saben que en el año 1850 estaba a punto de firmarse un tratado entre Buenos Aires y el Imperio del Brasil.
Juan Manuel de Rosas proponía se formara una alianza por la cual, el gobierno porteño lo ayudaría a reprimir el movimiento separatista y republicano del Estado de Río Grande -los “farrapilhos”- y a devolverle al Brasil los esclavos huidos e ingresados a territorio argentino.
AMIGA INGLATERRA
Inglaterra, que, después de la batalla de Obligado, acababa de acordar con Rosas reconocerle, a cambio de grandes ventajas, el monopolio porteño sobre el puerto y los ríos interiores, sería la garante de este tratado, esclavista y feudal.
NADA DE “METÁLICO” A ENTRE RÍOS
Verdaderamente resulta risible, leer el artículo, donde se critica a Urquiza por comerciar productos entrerrianos a través del puerto de Montevideo, cuando Rosas lo hacía abiertamente, negociando en el puerto de Buenos Aires con ingleses, franceses y norteamericanos, mercaderías de las provincias del interior.
Que los extranjeros pagaban en oro y plata, mientras Rosas se quedaba el oro extranjero y enviaba bonos a las Provincias.
¿O no nos acordamos que cuando Urquiza eleva su protesta, por este sistema desigual, el Ministro porteño Roxas y Patrón dicta un decreto, prohibiendo la “extracción de metálico”, con destino a Entre Ríos?.
EL PRONUNCIAMIENTO
Es en ese contexto que se produce el 1º de mayo de 1851, el Pronunciamiento de Urquiza contra Rosas: respondiendo, en buena medida al fastidio de los pueblos del interior, hartos del aprovechamiento y la explotación de sus recursos por parte del monopolio de la oligarquía porteña y bonaerense.
Y anhelosos de la organización de un Estado nacional, que asegurase más o menos equilibradamente los derechos y obligaciones de cada uno.
ALIANZA CONTRA EL MONOPOLIO
Sabedor de las gestiones de alianza por parte del dictador porteño, Urquiza se le adelanta y, con diplomacia más hábil o sutil, plasma un acuerdo de varias partes: Entre Ríos, Corrientes, Montevideo, el Paraguay y el Imperio del Brasil.
Tenía derecho legal a hacerlo, porque no existiendo Estado nacional, cada Provincia era libre de suscribir tratados con cualquier “gobierno del mundo”.
MERCENARIOS PARA DON JUAN MANUEL
El Imperio del Brasil actúa con dualidad.
Y, mientras cerca de tres mil soldados brasileños forman parte del Ejército Grande de Urquiza -que eran en total más de treinta mil hombres- otro de aproximadamente diez mil, en su mayoría mercenarios alemanes, al servicio de Brasil, han sido comprados por Rosas, y permanecen a la expectativa para intervenir en su favor.
Por fortuna, fallan los barcos ingleses que debían transportarlos y el rápido triunfo de Urquiza en la batalla de Caseros -3 de febrero de 1852- define de inmediato la situación.
La derrota y huida a Inglaterra del dictador fue el punto de partida de la Organización política, tan buscada por los pueblos en más de medio siglo.
La Constitución de 1853, significó crear el Estado nacional, asegurar la unidad territorial de la Patria, en un sistema federal.
Y, en definitiva, el surgimiento de una Nación en el extremo sur del continente, que, con el tiempo se transformaría en un elemento de equilibrio que pondría límite al hegemonismo del Imperio del Brasil.
No tardaría en caer la monarquía en ese país e instaurarse la república.
La hábil gestión de Urquiza logró de Brasil la provisión de elementos financieros para su campaña liberadora, y el apoyo de barcos para
el cruce del Paraná con sus tropas.
No cedió el entrerriano un palmo de territorio.
Evitó que el Imperio se aprovechase de nuestras diferencias internas para lograr ventajas desmesuradas.
E incluso hizo colocar en la Constitución Nacional una cláusula -art.15, todavía vigente- según la cual los esclavos negros y mulatos, huidos de fazendas y cafetales brasileros que, de cualquier forma entrasen al país, eran libres con sólo pisar territorio argentino.
No parece una forma muy eficaz de estar “al servicio de Brasil”.
ASOCIACION «JUSTO J. DE URQUIZA»
CONCORDIA (E.R.)
