Al parecer hace tres días, señalaron los dueños de las colmenas, una máquina fumigó un campo de sorgo, sin el correspondiente aviso y dado los resultados, tampoco sin analizar el sentido del viento. Perdieron el 90% de las abejas.
«Mezcla de bronca, una profunda tristeza, angustia y decepción: así están las piqueras de las colmenas, después de que fumigaron un sorgo en las cercanías», expresó en las redes sociales un apicultor que tiene las colmenas en un campo de Colonia Nueva, en el ejido rural de Villa Urquiza (departamento Paraná).
Los damnificados por la fumigación realizaron una exposición en la comisaría de Villa Urquiza, en la cual expresan que hace tres días una máquina fumigó un campo de sorgo, sin el correspondiente aviso y dado los resultados, tampoco sin analizar el sentido del viento. Perdieron el 90% de las abejas. «Pedimos que se tenga más cuidado, hoy nos tocó a nosotros, pero le puede pasar a cualquier productor», lamentó Gustavo Reist.
Existen requisitos para fumigar un campo, como notificar 48 horas antes como fija la resolución Nº 47/2004 y contar con la receta agronómica con la firma del responsable técnico profesional. Para estos apicultores que desde hace 35 años llevan adelante la actividad familiar ya nada sirve, porque perdieron su trabajo de años.
En La Balsa
El 2 de marzo de 2021 en el paraje La Balsa, a pocos kilómetros de Colonia Nueva pulverizaron otro campo de sorgo con Philimida Foliar, un producto altamente tóxico para las abejas. Fue sin aviso, sin presentación de la receta agronómica y con el viento en contra del vecino, según publico Era Verde. El resultado fue que le mataron todas las abejas a un joven apicultor. El chacarero dio aviso a la policía jurisdiccional, pero no pudieron ir porque, le dijeron, cuentan con un solo móvil y estaba ocupado en otro caso de fumigación.
“Era impresionante el olor”, describió, y en cuando menos pensó, cuando fue a ver a la huerta que está en límite con el sembrado lindante, “pasó la fumigadora” y roció los colmenares. El productor se quejó y los vecinos, dice, le pidieron disculpas, “que se habían equivocado, porque había viento”, un viento en contra que venía del Este. El damnificado alcanzó a tomar una fotografía del producto: Philimida Foliar
La situación de esta víctima de fumigación se agravo cuando comprobó el estado de las colmenas. Al llevarles agua, escuchó el revuelo de los insectos muriéndose. La mayoría de las abejas murieron cuando intentaba ingresar a sus hogares. La pérdida fue de 20 cajones cuyo costo se estima en unos 15.000 pesos cada uno.
FUENTE UNO