Columna de astronomía. Leyenda de la Cruz del Sur y las Tres Marías

Esta semana, no pasearemos por el espacio que nos rodea, conoceremos una hermosa leyenda sobre la Cruz del Sur y las Tres Marías:

Una tarde, hace muchísimos años, un grupo de hombres estaba cazando con boleadoras, iban tras el rastro de un gran ñandú macho (hasta le habían puesto nombre “kank”, el ñandú, en nuestro Sur lo llaman “choique”) que se les venía escapando desde hacía tiempo.
Muy arisco, no bien presentía la presencia humana huía velozmente hasta quedar fuera del alcance de sus perseguidores. Esa tarde en particular acababa de llover y entre las nubes había salido el sol que se iba poniendo lentamente.
Los hombres lo fueron cercando, pero el ñandú se escapó otra vez y enfiló hacia el sur.
Los cazadores corrieron tras de él, arrojándole flechas y boleadoras. Pero ninguna pudo alcanzar al escurridizo animal.
La persecución siguió. Más allá, sobre el filo de la meseta, hacia donde se dirigía el ñandú, el sol había pintado un hermoso arcoiris (gijer). Justo en ese momento, el más ligero y resistente de los cazadores, llamado Korkoronke, se acercó bastante.
Pero el ñandú astuto, sabiéndose acorralado en el borde del abismo, giró bruscamente y, como si se lanzara al vacío, apoyó una de sus patas sobre el arco iris que surgía justamente desde allí y empezó a trepar por ese camino de colores con sus largas y elásticas zancadas.
Korkoronke quedó azorado. Pero se recuperó rápido y lanzó su boleadora de tres bolas en un último y desesperado intento por atraparlo. El viejo ñandú hizo un paso al costado y las boleadoras pasaron de largo. Así escapó para siempre de sus perseguidores quienes, al volver esa noche tuvieron que soportar las burlas de todo el campamento. Nadie les creyó la fantástica huida del ñandú por el camino del arco iris.
Cuando cayó la noche el cielo les dio la razón, porque vieron brillar varias nuevas estrellas.
Una de las huellas que el ñandú dejó en su carrera sobre el arco iris quedó para siempre grabada en el cielo, dibujada con cuatro estrellas. La llamaron choiols, que significa «huella de ñandú en el cielo». Esta constelación no es otra que la Cruz del Sur, el inevitable punto de referencia de todos los caminantes y marinos del hemisferio austral.
Korkoronke no pudo hallar sus boleadoras en el suelo. Pero las descubrió en el cielo, convertidas en una nueva constelación que recibió el nombre de cheljelén.
Que no es otra que las Tres Marías.

Veamos, cómo queda sobreimpresa una huella de choique sobre la Cruz del Sur, tal

como está situada la Cruz en éstos días a las 22 horas en nuestra zona:

Se ve que la huella del choique cubre perfectamente la Cruz del Sur.

Una historia más para narrar.

 

El domingo que viene, 21 de marzo, no solamente comienza el Otoño, para muchos la estación más linda del año, sino que también se hace la Luna en cuarto creciente, el mejor momento para mirarla.

Así es que, retomando las observaciones y siendo que el pasado 27 de febrero en la Plaza Ramírez hubo personas interesadas en la temática, aporvechando ésta Luna en cuarto creciente, realizaremos una jornada de observación de nuestro satélite natural, esta vez en la querida Plaza Columna, al igual que la observación pasada, proyectaremos lo que el telescopio ve sobre una pantalla, así, podremos ver claramente los cráteres y la sombra de sus bordes proyectada en la profundidad de los mismos; así qque agendar: domingo 21 de marzo, desde las 19:15 a las 21:00 horas en Plaza Columna nos encontraremos nuevamente.

Como siempre, invitamos a seguirnos a través de nuestras redes para estar al tanto de las actividades referentes a esta hermosa ciencia; en face: astroamigos Concepción del Uruguay ó astroamigos Colón y en insta astroamigos_cdelu.

Buenos cielos y hasta la semana que viene !