La muerte violenta y la mutilación del cuerpo de Marcelo Cabeza, chofer del Ministerio de Salud, de 49 años de edad, en la ciudad de Paraná, sigue dando que hablar.
Las características del asesinato ocurrido este miércoles por la madrugada, son sin dudas un crimen mafioso, el cual va más allá de la muerte de la víctima, sino también el mensaje que se pretende dejar con la mutilación y a quienes va dirigido. Casos de crímenes tipo mafiosos también se registraron tiempo atrás en Concepción del Uruguay, casos que siguen sin culpables entre rejas.
Baleado, mutilado y quemado
El hecho sucedido en las últimas horas en Paraná, siembra un tendal de dudas en relación al mensaje enviado por los presuntos autores: ¿Qué significa la amputación de las manos en el ambiente criminal? Se tejen diferentes hipótesis, pero algunos, se atreven a calificar el crimen de mafioso.
Como se recordará, el cuerpo de Cabeza, fue encontrado calcinado en la parte trasera del auto de su hermana, luego que el vehículo fuera incendiado en la zona de calle Virrey Vertiz de la capital entrerriana.
Horas después, un hombre que revolvía la basura en el basural a cielo abierto de Paraná, encontró dos manos que estaban en una bolsa de residuos, confirmándose luego que eran las manos del hombre asesinado, a lo que se sumaba una herida de bala presuntamente en el rostro.
La planificación del horroroso asesinato de Cabeza, la amputación de sus miembros superiores y la incineración del cuerpo en su auto, sin dudas dan cuenta de un preocupante mensaje criminal que tendría sello mafioso. Si bien los investigadores, no descartan ninguna hipótesis, fuera de micrófono se inclinarían a que el móvil puede estar vinculado a una venganza o, a crimen mafioso., señalaron colegas del elonce TV.
Para Ángel Iturria, perito, docente de UADER y exjefe de Criminalística de la Policía de Entre Ríos, el corte de las manos a la víctima “es un mensaje que quiere dejar el autor” (del crimen). Asimismo, avizoró que la investigación “podría ir por el lado del narcotráfico”.
Venganzas y mensajes
La capital entrerriana vive una escalada de crímenes llevados a cabo con una fina planificación, que configuran preocupantes mensajes, que algunos califican de “mafiosos”.
Hace menos de tres meses, la ciudad se vio sacudida por un triple crimen sin precedentes en Paraná y el hecho, llevaba la firma de un sello narco, que aún se investiga.
Tres hombres fueron asesinados a tiros y un cuarto, hermano de una de las víctimas, se salvó de milagro, dio cuenta Elonce y mostró el video del ataque a disparos. «Tengo más de 20 años en la Fiscalía y nunca vi nada igual», dijo por esos días, el fiscal Martín Wasinger.
De este lado de la provincia
También en Concepción del Uruguay, hubo hechos de características similares cuando fuera asesinado José María “Zengo” Ventos, muerto de dos tiros en la cabeza cuando en la madrugada del 11 de diciembre de 2016, salió a atender el llamado a su puerta.; o el de Pablo “Toti” Burguello, cometido un mes después, el 11 de enero de 2017 en la colectora sur del acceso a Concepción del Uruguay por dos sicarios que pasaron en moto y lo acribillaron a balazos a plena luz del día mientras estaba sentado en su auto y ante la mirada de la gente, para luego escapar.
En ambos casos, pasó el tiempo y hasta el momento, no se supo quiénes fueron los verdaderos asesinos y los motivos de semejantes crímenes que conmovieron a la comunidad de La Histórica.
Debe destacarse en el caso de Ventos, fueron a juicio la concubina, Ana Libertad Sánchez, su hija menor de edad y el novio de esta, también menor de edad. Estos fueron absueltos, por lo que la Fiscalía a cargo del doctor Juan Pablo Gile apeló ante la Cámara de Casación, fue tratada y se hizo lugar al pedido fiscal, por lo que se ordenó la conformación de nuevo Tribunal y la realización de un nuevo debate oral, pero hasta el momento no hay novedades y la realidad es que no se saba que fue lo que hubo detrás de este homicidio.
Todos estos crímenes violentos y de características generalmente macabras, pueden estar relacionados a venganzas o mensajes a terceros, teniendo un sello mafioso, por lo que llevan complejas y extensas investigaciones, que demandan conocer todo el entorno de las víctimas.