A partir de ésta semana, iremos visitando los cuerpos celestes notables que podemos ver desde nuestro cielo.
Comenzaremos con Sirio.
Sirio (Sirius en griego, su “verdadero” nombre) es la estrella más brillante del cielo.
La podemos situar fácilmente a la derecha de las “3 marías”, conjunto de estrellas que todos conocemos. Al caer el Sol, ya está sobre el horizonte Este y a lo largo de la noche la situaremos fácilmente utilizando la siguiente imagen:
Sirio se encuentra a una distancia de 8.6 años luz, es decir la luz que nos permite verla en ésta noche, salió de ésta estrella hace 8.6 años !, estamos viendo una luz “antigua”, estamos mirando algo que tiene 8.6 años de antiguo, estamos haciendo uso de una máquina del tiempo que nos transporta al pasado.
Demos algunos datos interesantes de ésta estrella: tiene un diámetro 2 381 000 kilómetros (recordemos, el Sol tiene 1 391 400 kilómetros) es casi 2.5 veces más grande que el Sol. Vemos su luz tan blanca pues su superficie es mucho más caliente que el Sol, su temperatura superficial es de unos 9940 grados Kelvin (Sol: 5400 °K) y tiene una masa 2.5 masa solar, así que a pesar de ser más grande, es menos densa, podríamos decir “mas liviana” que el Sol.
En el 150 antes de Cristo, el astrónomo Claudio Ptolomeo, describió a Sirio como un disco rojizo, así que posiblemente haya cambiado de color con el paso del tiempo, pero……. en 1864, un astrónomo norteamericano Alvan Graham Clark descubrió una estrella compañera a Sirio.
Ésto hizo que Sirio pasara a ser catalogado como “sistema binario”, la estrella que orbita a Sirio se llamó Sirio B y la que “vemos” es Sirio A. Esta nueva estrella, es una enana roja, muy densa: tiene el tamaño de la Tierra y su masa es el 89% de la masa del Sol, lo que hace que su gravedad sea 350 000 veces mayor a la gravedad terrestre: si una persona pesa 75 kilogramos en la Tierra, en Sirio B, pesará 25 millones de kilos !!
Aquí tenemos una imagen del sistema binario tomada por el Hubble:
Lo que vemos: el centro de la imagen, es Sirio A, debajo, a la izquierda, ése puntito brillante es Sirio B, los anillos y los rayos de luz que están en Sirio A se deben a imperfecciones en el Hubble.
Bueno, volviendo a nuestra historia sobre el color que Ptolomeo adjudicaba a Sirio: posiblemente, hace más de 2000 años, Sirio B era mucho más grande, entonces, la luz que ambos cuerpos emitían (blanca + rojiza) hacía que se viera con colores rojizos en nuestro planeta.
Esta teoría fué propuesta en 1985 por los astrónomos Wolfhard Schlosser y Werner Bergmann quienes estudiando un libro del siglo VIII que contenía el “De cursu stellarum ratio” escrito por San Gregorio de Tours, determinaron que hasta ésa época Sirio B una gigante roja, afectando de ésa manera la luz de ambas estrellas.
Sirio, en el calendario de los antiguos Egipcios marcaba el comienzo de la época en que se debía aprontar para la inundación del Nilo y así dar comienzo a la siembra.
Así que el calendario egipcio antiguo estaba regido por la aparición de ésta estrella en el horizonte Este al ocultarse el Sol. Una muestra más de la influencia de la Astronomía en la humanidad.
Supuestamente, en sistema binario Sirio tiene una tercera componente, es decir, hay una tercera estrella girando en el sistema ó, tal vez, en vez de ser una estrella es un planeta, pero, al día de hoy y a pesar de búsquedas metódicas no ha podido ser descubierto nada aún.
Ésta suposición se debe a que las estrellas tienen un pequeño “bamboleo” que debe al tirón gravitacional de un cuerpo próximo y a pesar de que los cálculos determinan su masa no ha podido ser descubierto nada. Con los nuevos dispositivos que se pondrán en órbita en los próximos años tal vez se pueda llegar a descubrir éste tercer componente de la estrella más brillante del firmamento.
Buena suerte en la búsqueda, ubicación y observación de Sirio!!
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Hasta la semana que viene !