Homero Manzi

(Añatuya, Santiago del Estero; 1 de noviembre de 1907 – Buenos Aires; 3 de mayo de 1951)

Su  nombre de nacimiento era Homero Nicolás Manzione, fue poeta, político, guionista y director de cine argentino, periodista, autor de varios tangos y milongas muy famosos. Fue el quinto hijo de Luis Manzione, modesto hacendado, y de Ángela Prestera, entrerriana de Concepción del Uruguay, y tuvo ocho hermanos. Se crio en Añatuya, provincia de Santiago del Estero, hasta los nueve años; cuando fue llevado por su madre a Buenos Aires en tanto el padre permanecía trabajando en Añatuya.

La familia regresaba de vacaciones a su ciudad natal. De su infancia en el barrio de Pompeya data su familiaridad con la cultura del arrabal porteño, siempre presente en su obra; sin embargo, Manzi destacaba su filiación del interior y, en ocasiones, firmó con el seudónimo Arauco («rebelde» en quichua), para enfatizar su afinidad con la identidad santiagueña. Pompeya   le dio a Manzi uno de sus más grandes e influyentes amigos: Cátulo Castillo, hijo del escritor José González Castillo. Conocedor de la vida cultural de Boedo, Manzi gravitó hacia este vecino de su misma edad, quien, a su vez, lo instó a desarrollar su talento artístico y lo aconsejó con gran éxito, del mismo modo que Jose` lo impulsó a la literatura.

Tal es así que, cuando Manzi le mostró una letra y le pidió que lo ayudara a musicalizarla, Castillo le presentó a Sebastián Piana, y juntos los tres elaboraron el primer tango importante de su carrera, “Viejo Ciego” (1926), ese año Ignacio Corsini le graba su primer letra “¿Por qué no me besàs?” , también por eso tiempos escribe “Viejo Ciego”,  en los siguientes años, Manzi adoptó el nombre que lo haría famoso y elaboró algunos valses y tangos, pero se destacó especialmente su labor, junto con Piana, en la renovación de la milonga. Considerados los fundadores de la milonga “porteña”, ellos básicamente tomaron este estilo, percibido por entonces como algo puramente rural, y le dieron un giro netamente urbano, representado por antonomasia en casos como “Milonga Sentimental” (1931), “Milonga del 900” (1933) y “Milonga Triste” (1936).

Es importante recordar que tras una breve incursión en el periodismo, Manzi trabajó como profesor de literatura y en los colegios nacionales Mariano Moreno y Domingo Faustino Sarmiento hasta 1930. Afiliado a la Unión Cívica Radical, debido a su apoyo militante al derrocado Hipólito Yrigoyen, y por su rol activista de la Reforma Universitaria, el gobierno de facto de José Félix Uriburu lo encarceló por un tiempo breve y lo expulsó de ambas cátedras. Exonerado de sus responsabilidades docentes, se dedicó enteramente al arte; organizó una compañía de danza con la que salió de gira por el interior del país, por Chile y por Perú. A lo largo de la década compuso, también, tangos que reflejaban el sentir popular, indagando en las cuestiones del corazón, la nostalgia del barrio y otros temas de fuerte contenido sentimental.

Sin embargo, no fue sino a partir de 1941, cuando afianzó su amistad con el bandoneonista Aníbal Troilo, que escribió algunas de sus letras más emblemáticas, como “Malena” (1941) – supuestamente hecha para su amor prohibido, Nelly Omar – “Barrio de Tango” o “Sur” (1948). Además de su carrera musical, Manzi también incursionó en otras áreas de la cultura como la radio, el periodismo y, notablemente, el cine. Desde 1934, cuando denunciaba desde Crítica la forma en la que funcionaba la industria local, se esforzó por transformarla. Escribió canciones para distintas películas e, interesado en desarrollar un nuevo tipo de cine que explorara los temas históricos argentinos,  produjo en estos años varios guiones, entre ellos el de “Nobleza gaucha”, de Sebastián Naón —la película muda de más éxito de la historia del cine argentino—,” Escuela de campeones”, “Todo un hombre” (con Francisco Petrone), “Donde mueren las palabras” y “Rosa de América”, se asoció con la productora Artistas Argentinos Asociados y junto con Ulyses Petit de Murat guionó proyectos tales como “La guerra gaucha” (1942), “Su mejor alumno” (1944) o “Pampa Bárbara” (1945). Además, como muestra de que realmente no había nada que él no pudiera hacer, codirigió con Ralph Pappier dos películas protagonizadas por Hugo del Carril conocidas como “Pobre mi madre querida” (1948) y “El último payador”  (1950). A partir de 1943 dentro de una campaña iniciada por la dictadura militar que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país, así, por ejemplo, se prohibió la emisión por radio de “Cafetín de Buenos Aires”, por su supuesto pesimismo y por la comparación entre el cafetín y la madre, también Manzi sufre la censura , el tango “Tal vez será mi alcohol” fue compuesto el 27 de mayo de 1943 con letra de él y música de Lucio Demare.

En ese mismo año lo grabaron Demare con Raúl Berón y Aníbal Troilo con Alberto Marino. La prohibición oficial de términos lunfardos e inconvenientes obligó a Manzi a reformar el título, que pasó a ser “Tal vez será su voz”, y a modificar la letra, para que la protagonista no fuera ya la muchacha que trabajaba en el cabaré hasta la madrugada, no se la retrataba “a la luz del alba” sino “al sol de la mañana”, siendo ya presidente de SADAIC en 1950 logra que Perón levante estas restricciones, que según el Gral.,  desconocía.

No conforme son su basta tarea cultural, también tuvo tiempo para incursionar en la política, seguidor del pensamiento de Hipolito Yrigoyen, en 1935, insatisfecho con la dirección alvearista de la Unión Cívica Radical participó de la fundación de FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) junto con Arturo Jauretche, Luis Dellepiane y Raúl Scalabrini Ortiz. FORJA, un movimiento que preconizaba el retorno a los principios federalistas de la Constitución, hispanoamericanista y antiimperialista, criticó activamente la política del gobierno durante la llamada Década Infame por su sumisión a los intereses del capital internacional, vinculándose luego al peronismo, sin definirse como un peronista propiamente dicho, es expulsado por este motivo de la UCR en 1947, respondiendo a través de radio Belgrano “Perón, como dijo Farías Gómez, es el reconductor de la obra inconclusa de Hipólito Yrigoyen. Mientras siga siendo así y nosotros continuemos creyéndolo, seremos solidarios con la causa de su revolución que es esencialmente nuestra propia causa.

Para ello, no tenemos por qué abdicar de nuestro radicalismo ni por qué sumarnos al movimiento peronista. No somos ni oficialistas ni opositores, somos radicales revolucionarios”. A poco de cumplir 44 años falleció víctima de una penosa enfermedad.

Elías Antonio Almada – DNI 14936811

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