«IRRESPONSABLES” (*): El gobernador Bordet y el presidente del CGE Muller han decretado la vuelta a clase presenciales para el próximo lunes 26 octubre.
Esta decisión se da en un momento de crecimientos récord de casos de contagios a nivel provincial y en el departamento Uruguay en particular, con un sistema de salud pública a punto de colapsar.
Bordet sigue la política que impulsa el gobierno Nacional de los Fernández, cuando a través del ministro Trotta, armaron un vidrioso “semáforo” de riesgo sanitario para la reapertura de escuelas, y de este modo dieron vía libre a las provincias a tomar este tipo de medidas en un claro “sálvense quien pueda”.
A la situación epidemiológica se suma la realidad concreta de nuestras escuelas que vienen siendo vaciadas de insumos, de personal de limpieza y que los edificios escolares no han sido objeto de ninguna reforma edilicia para enfrentar la vuelta a clases y se encuentran en las mismas condiciones (o peor, sin mantenimiento), que en marzo, cuando se decretó la cuarentena.
El gobierno, que nunca garantizó las condiciones para el acceso a la virtualidad, ahora expone a la población a un posible contagio en masa, bajo un sistema de salud a punto de colapsar producto de la falta de inversión.
Es evidente que el improvisado regreso no responde a criterios pedagógicos ni epidemiológicos, sino a una presión de las patronales para avanzar en una “normalización” económica y de circulación del capital, que permita “liberar” a las y los trabajadores de las tareas de cuidado, terminar con las licencias, bajar los índices de ausentismo laboral y elevar la productividad.
Desde la CDD de Agmer Uruguay por la Fuentealba NOS OPONEMOS CONTUNDENTEMENTE A LA VUELTA A CLASES PRESENCIALES entendiendo como una condición indispensable para discutir la vuelta a las aulas, es que haya nula o muy baja circulación del Covid.
Que se hayan encarado los trabajos de infraestructura en las escuelas para que puedan volver a ser habitables y no pongan en riesgo a la comunidad educativa, y se constituyan en cada escuela, comités de bioseguridad formado por sus trabajadores, que organice y controle el protocolo sanitario particular del establecimiento.