Una ciudad color naranja

Este jueves 17 de septiembre a propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se celebra el Día Internacional de la seguridad del Paciente. El objetivo es que todos tomemos conciencia de las alarmantes cifras que arrojan las estadísticas a nivel mundial sobre la cantidad de muertes y lesiones evitables dentro del sistema de salud por causas de mala praxis.

“Nadie debería ser dañado en la asistencia sanitaria” asegura la OMS, y sin embargo son millones los que en la atención primaria y ambulatoria sufren algún tipo de daño llegando inclusive a la muerte. Los especialistas afirman que el 80% de esos daños podrían evitarse.

La idea de declarar a este día como el de la “seguridad del paciente” no se centra solamente en el mero reclamo por mala praxis, sino que se pide que el sistema de salud no intente tapar u ocultar esos errores. Lo que se pretende es que de esos errores se aprenda, se registren y se desarrollen protocolos para evitar futuros daños.

En nuestro país Gabriela Covelli una abogada que perdió a su hijo Nicolás de 24 años quien muere por meningitis luego de haber sido mal diagnosticado en varias oportunidades, es la que ha tomado la iniciativa y comenzado el largo camino de la concientización. Solamente dos municipios de Argentina, Villa Gesel y Las Flores, son los que han aceptado la propuesta de la OMS que invita a las ciudades de todo el mundo a iluminar de color naranja a un monumento o un espacio público como forma de concientización. 

Seguridad del paciente no es apuntarle al médico y culparlos de asesinos, de eso se encargará la justicia que deberá trabajar con una ley adecuada y cuyos funcionarios no tengan miedo de actuar por temor a que después en forma particular puedan tener algún tipo de falta de atención por parte del sistema de salud. Si hubo mala praxis se condenará como lo prevea la ley. 

Debemos entender que el 17 de septiembre no solo se reclama por las víctimas, sino que se reclama por aspectos que tienen que ver con la formación que recibe el profesional de la salud en cualquiera de las áreas en las que les toque actuar. Se reclama para que estos, trabajen en condiciones humanamente aceptables y no con guardias interminables, con falta de insumos, hospitales sobrepasados de pacientes y con sueldos realmente injustos dada la importante tarea que realizan. Se trata de humanizar la medicina y en esto vamos todos. El funcionario político, el judicial, el de la salud y también los pacientes y familiares. 

En Concepción del Uruguay un 18 de noviembre de 2017 fallece en el Hospital local la niña Catalina de 5 años estando su caso actualmente en instancias judiciales. 

Florencia y Cristian De Gracia padres de Catalina han asumido el compromiso de movilizar a la comunidad para que este día 17 de septiembre se ilumine de color naranja un monumento público o porque no, toda la ciudad. Así como Gabriela empezó su derrotero para que no haya más casos como el de Nicolás, ellos se suman para que no haya más casos como el de Catalina.

Es por eso que presentaron un pedido formal a través del propio Presidente del Concejo Deliberante que los recibió personalmente y cursó el pedido en forma inmediata para que sea tratado en el área correspondiente.

La Comisión de Educación y Cultura fue donde se trató este pedido y a través del despacho Nº 22/20 resuelve declarar de interés municipal al día 17 de septiembre como “Día Mundial de la Seguridad del Paciente”.

De esta manera, Concepción del Uruguay es el tercer municipio del país que se adhiere a este largo camino de la toma de conciencia por un tema que está presente en nuestra sociedad desde hace mucho tiempo. 

El color naranja dicen que indica capacidad para ser maestros o guías espirituales. Son personas a quienes buscan como consejeros. Hoy esos guías son los Nicolás y Catalinas que se suman por miles, ausentes en lo físico, pero presentes en forma permanente en los seres que los aman. Son ellos los que impulsan para que una luz naranja sea el faro que marque el rumbo para un mundo mejor.