Joven uruguayense entre los hielos eternos de los Glaciares

«Mate por medio» es un diario web de argentinos por el mundo que eligió 03442 para compartir con la gente de Concepción del Uruguay y de toda la provincia, las historias de argentinos, pero mejor mucho más aún de muchos entrerrianos que se dedican a conocer partes del país y del mundo. Muchos de ellos desarrollándose profesionalmente, aprendiendo algún idioma o simplemente conociendo lugares impensados.
En esta primera entrevista, Luz Oradini de @matepormedio eligió compartir la historia de una joven que fue voluntaria durante un mes en el medio de los glaciares del sur argentino.

«ROCIO VIVIÓ LA EXPERIENCIA DEL VOLUNTARIADO EN MEDIO DEL LOS GLACIARES»

Rocio Morera, nacida en Concepción del Uruguay, estudia Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Plata. En el verano 2018-2019, decidió ponerle algo de emoción viajera a su vida, pero esta vez no hablamos de un viaje de meses o años, de Europa o un país lejano por Asia. Rocío decide ir al sur de Argentina y conocer a fondo esos paisajes llenos de montañas y glaciares. Así fue que eligió la mejor opción para conocer cada rincón y viajó como voluntaria de Parques Nacionales, más precisamente al Parque Nacional Los Glaciares.

Ustedes se preguntarán que hace una comunicadora social en el medio del hielo. Lo mismo que muchos piensan y pocos se animan a hacer: salir de la rutina, descubrir nuevos horizontes, reinventarse, para volver a la facultad y la vida diaria sabiendo que los cambios nos mueven fuertes, pero es un movimiento que vale la pena pasar. Además, «el viaje decidí hacerlo porque no conocía el sur , y que haya sido en forma de voluntariado me pareció una oportunidad para conocer esos lugares de otra forma, más aventurera y económica. También me entusiasmó que haya sido por un mes, cuanto más tiempo tenés para estar en un lugar, podés apreciar todo de otra manera», explica Rocío.

“Un conocido me contó sobre el voluntariado que hizo y quedé re manija con la idea. Le pregunte a una amiga si me acompañaba y buscamos toda la información en la página de Parques Nacionales. Mandamos mail y nos respondieron con todos los requisitos necesarios. No es una experiencia tan conocida, por eso fuimos a ver que pasaba, sin mucha información. Nos inscribimos en noviembre de 2018 y nos confirmaron en enero de 2019 para ir en febrero”, relata Ro al comenzar al entrevista.

El voluntariado de Parques Nacionales que comenzaron a transitar Rocio y su amiga era por un mes, el alojamiento se lo daban, y ellas debían pagar su comida y el vuelo al sur. “Te dicen que ropa llevar y te dan opciones de ir a tres lugares diferentes, porque el Parque Nacional Los Glaciares es el parque mas gran de la Argentina y tiene tres sectores para ir a visitar: el Lago Roca, el Glaciar Perito Moreno y el Chalten, que es un pueblito maravilloso. Estábamos tan manija de ir que elegimos los tres lugares”, relata Ro, transmitiendo la emoción de la experiencia en cada palabra y recuerda que le tocó Perito Moreno.

En los primeros días de su experiencia llegaron al Calafate, parando en una casa conocida como el punto de encuentro entre toda la gente de Parques Nacionales, donde permanecieron dos días con todo el grupo de voluntarios. “Eramos algo de 20 personas, fue muy hermoso, con gente de todos lados. Gente que estudiaba para ser guardaparques, otros que simplemente le gustaba o querían ver que onda”. Ro define ese primer encuentro como: “era una mezcla barbara”. Claro que de eso se tratan estas experiencias de viajar, de ver como el mundo es tan pequeño y está al alcance de la mano, que en un simple encuentro de voluntarios podés escuchar todos los acentos, idiomas de otros países o culturas diversas.

Un claro ejemplo de esto, fue lo que le paso a Rocío al llegar a la casa donde pasarían las próximas semanas. “Cenamos ahí con un montón de gente y había un chico con el que nos pusimos a hablar, y dice que es de Entre Ríos. Cuando le preguntamos de qué parte era dice de Concepción del Uruguay. Yo me empiezo a reir diciendo yo también. Él volvía de hacer el voluntariado en el Chalten durante todo enero y yo llegaba”, dos uruguayenses sin plan de encuentro, como voluntarios en el sur argentino, seguimos confirmando lo pequeño que es el mundo, aunque lo veamos imponente.

Las chicas como voluntarias podían trabajar cinco días y tenían dos francos. Pero en cambio ellas pidieron para solo tener un franco y disfrutar el pendiente por semana, todos juntos al finalizar el viaje para recorrer.

En el caso de las chicas, dedicaron su voluntariado a trabajos de mantenimiento, por ejemplo, de carteles señaladores, pasarelas, atención al público y asistencia a los turistas, aprendiendo antes del manual que le otorgaron desde el Parque y de los guardaparques que las acompañan en más de una oportunidad. “Por ejemplo, si el parque cerraba a las 7, nosotros teníamos que ir a hacer recorrido para que no haya gente, no permitíamos el acceso a ciertos lugares, recorríamos brindando información sobre los cuidados a la naturaleza. Además, los guardaparques nos iban enseñando, ellos tienen una vida muy sacrificada y dedicada a su amor a la naturaleza. Para mí eso era admirable y lo transmitían con mucha pasión. Gracias a ellos aprendimos muchísimo sobre glaciares, las especies de aves del lugar, todo”, dijo la uruguayense.

Más allá de la gran experiencia que vivieron, este viaje las esperaba con muchas sorpresas, como las excursiones gratis por trabajar ahí, el conocer gente muy cálida que las hicieron sentir como en casa y el descubrir algo nuevo cada día. Por ejemplo “dormíamos en una casona frente al Lago Argentino. Estábamos durmiendo y escuchábamos una explosión que era pedazo de glaciar que se rompía. Nos levantábamos y salíamos de la casa y encontrábamos pedazos de glaciares ahí, cosas que solo viviendo en ese lugar podrías ver y sentir”.

Lo que relata Ro, es un evento hidrológico natural. El Perito Moreno es un glaciar activo. Es uno de los pocos en el mundo y el único en la Patagonia que avanza, a diferencia de otros. Este avance, de 100 metros anuales aproximadamente, genera otro fenómeno de estremecedora belleza: el rompimiento del dique que forma en el brazo Rico del lago Argentino, ya que al avanzar el glaciar, toca la costa opuesta y forma el dique que interrumpe el paso del agua. Luego el agua se filtra bajo el glaciar y comienza a socavar su base. En el año 1917 se registró la primera ruptura. (www.patagonia.com.ar)

Entre otras de las experiencias inolvidables del voluntariado, Rocío relata “hubo una noche que había luna llena y pedimos para ir al glaciar a mirarla. Nos llevamos un vino blanco y fuimos. Era hermoso ver como la luna iluminando el hielo. A estas cosas las vivís solo de esta manera, haciendo voluntariado”.

Por otro lado, al aceptar esta experiencias las chicas sabían que tendrían una cierta desconexión, otros de los desafíos de este siglo. “La casa donde vivíamos estaba alejada de todo, por eso no podíamos comprar nada. No hay luz, así que a las 22 hs se apagaba el generador y comíamos siempre a la luz de la vela. Wifi ni en joda teníamos. Fue un gran nivel de desconexión”.

La experiencia de Rocío contempla otra forma de viaje, pero que de igual manera nos muestra cómo el mundo se une en solo una decisión de cambiar, por un mes de voluntariado, por unos meses estudiando afuera o por una vida viajando. No importa cuánto, ni si es en tu propio país o en otro continente. Viajar se trata de cambiar la página y animarse a más, perdiendo miedos y la zona de confort que tanto nos encasilla entre cuatro paredes y nos llena de pánico. Sigamos animandonos a más y entregándonos a la aventura que queremos, que podemos y que buscamos.

Gracias a 03442 por acompañar a @matepormedio y a cada argentino por el mundo. Todas las semanas tendremos nuevas historias para compartir. Luz Oradini